¡Aguante! Aquí estamos otra vez hablando de Celso Gamboa, el hombre que parece tener más procesos que pelos en la cabeza. Esta vez, el exmagistrado, exministro y –pa’ qué te cuento– extraditable, deberá enfrentar un juicio rapidito este jueves por un asunto de falso testimonio. Pero ojo, que no anda solito en esto, porque ahí también anda metido el abogado Irving Malespín, quien fuera director de la Policía de Control Fiscal. ¡Una vaina!
La historia es así: aparentemente, Malespín le firmó un papelito a Gamboa para justificar su ausencia a una cita en el juzgado. Se sospecha que el documento tenía información inventada, pura mentira. Según la Fiscalía, don Celso debía presentarse, pero se hizo el loco y usó ese papelucho como excusa, diciendo que no pudo ir por problemas con el carro. ¡Imagínate la torta! Un tipo con tanto poder haciendo esas jueguetes.
El caso, que lleva el número 19-000218-0622-TP, arrastró desde 2019, y originalmente iba a debatir en marzo del año pasado. Pero bueno, pa’ allá van las cosas, siempre con sorpresas. Ahora, el juicio será en el I Circuito Judicial de San José, dentro de la Jurisdicción Especializada en Delincuencia Organizada (JEDO). Y no es nomás, pues dicen que se cambió la sede por temas de seguridad, porque hay quienes quieren rescatar al señor Gamboa o hasta hacerle daño. ¡Qué sal!
Y eso no es todo, paisano. Resulta que Gamboa y Malespín son casi compadres, amigos inseparables. Hasta hay fotos de Malespín posando con una camiseta del extinto Limón F.C., club que, casualmente, tenía como principal patrocinador al bufete de abogados de Gamboa. ¡Conexiones, conexiones por doquier! Además, aparece un tal Allan Pérez, cirujano plástico que confesó haberle puesto bótox a Gamboa en su casa, donde vive el mismísimo presidente Chaves. Lo curioso es que este doctor no tenía permiso para ejercer en ese condominio. ¡Qué brete!
Recientemente, Gamboa salió absuelto en otro juicio relacionado con tráfico de influencias, junto con Berenice Smith y Johnny Araya. El tribunal dijo que la acusación no tenía fundamentos sólidos ni pruebas convincentes. Pero claro, esto es solo un capítulo más en esta telenovela interminable. Porque este es ya el segundo juicio que enfrenta mientras espera la decisión de Estados Unidos sobre su extradición. ¡Parece que nunca vamos a salir de esta maraña legal!
Pero esperen, que aún hay más. La DEA, la agencia antidrogas gringa, lo investigó por narcotráfico y descubrió que estaría vinculado con bandas criminales pesadísimas como el Cartel de Sinaloa y el Clan del Golfo. Por eso, Estados Unidos lo quiere juzgar en Dallas por cargos de conspiración para traficar drogas y distribuir cocaína a nivel internacional. ¡Una olla bien podrida! Si lo agarran allá, se le puede ir al traste toda su carrera y fortuna.
Para mover a este señor, las autoridades tienen que desplegar un operativo digno de película. Lo transportan en vehículos blindados, como la “Bestia”, lo resguardan agentes del SERT y lo equipan con chaleco y casco antibalas. ¡No es para menos, si las amenazas son reales! El Poder Judicial tuvo que cambiar la sede del juicio precisamente por estas razones de seguridad, para evitar cualquier incidente desagradable. Total, un día dura el juicio, así que mejor prevenir que lamentar.
Bueno, pues hemos resumido la situación, pero me pregunto... ¿Crees que el juicio rápido servirá para aclarar realmente las aguas en este caso, o simplemente será otro episodio más en la larga saga de los problemas legales de Celso Gamboa? Déjanos tus opiniones en el foro, ¡nos interesa saber qué piensas!
La historia es así: aparentemente, Malespín le firmó un papelito a Gamboa para justificar su ausencia a una cita en el juzgado. Se sospecha que el documento tenía información inventada, pura mentira. Según la Fiscalía, don Celso debía presentarse, pero se hizo el loco y usó ese papelucho como excusa, diciendo que no pudo ir por problemas con el carro. ¡Imagínate la torta! Un tipo con tanto poder haciendo esas jueguetes.
El caso, que lleva el número 19-000218-0622-TP, arrastró desde 2019, y originalmente iba a debatir en marzo del año pasado. Pero bueno, pa’ allá van las cosas, siempre con sorpresas. Ahora, el juicio será en el I Circuito Judicial de San José, dentro de la Jurisdicción Especializada en Delincuencia Organizada (JEDO). Y no es nomás, pues dicen que se cambió la sede por temas de seguridad, porque hay quienes quieren rescatar al señor Gamboa o hasta hacerle daño. ¡Qué sal!
Y eso no es todo, paisano. Resulta que Gamboa y Malespín son casi compadres, amigos inseparables. Hasta hay fotos de Malespín posando con una camiseta del extinto Limón F.C., club que, casualmente, tenía como principal patrocinador al bufete de abogados de Gamboa. ¡Conexiones, conexiones por doquier! Además, aparece un tal Allan Pérez, cirujano plástico que confesó haberle puesto bótox a Gamboa en su casa, donde vive el mismísimo presidente Chaves. Lo curioso es que este doctor no tenía permiso para ejercer en ese condominio. ¡Qué brete!
Recientemente, Gamboa salió absuelto en otro juicio relacionado con tráfico de influencias, junto con Berenice Smith y Johnny Araya. El tribunal dijo que la acusación no tenía fundamentos sólidos ni pruebas convincentes. Pero claro, esto es solo un capítulo más en esta telenovela interminable. Porque este es ya el segundo juicio que enfrenta mientras espera la decisión de Estados Unidos sobre su extradición. ¡Parece que nunca vamos a salir de esta maraña legal!
Pero esperen, que aún hay más. La DEA, la agencia antidrogas gringa, lo investigó por narcotráfico y descubrió que estaría vinculado con bandas criminales pesadísimas como el Cartel de Sinaloa y el Clan del Golfo. Por eso, Estados Unidos lo quiere juzgar en Dallas por cargos de conspiración para traficar drogas y distribuir cocaína a nivel internacional. ¡Una olla bien podrida! Si lo agarran allá, se le puede ir al traste toda su carrera y fortuna.
Para mover a este señor, las autoridades tienen que desplegar un operativo digno de película. Lo transportan en vehículos blindados, como la “Bestia”, lo resguardan agentes del SERT y lo equipan con chaleco y casco antibalas. ¡No es para menos, si las amenazas son reales! El Poder Judicial tuvo que cambiar la sede del juicio precisamente por estas razones de seguridad, para evitar cualquier incidente desagradable. Total, un día dura el juicio, así que mejor prevenir que lamentar.
Bueno, pues hemos resumido la situación, pero me pregunto... ¿Crees que el juicio rápido servirá para aclarar realmente las aguas en este caso, o simplemente será otro episodio más en la larga saga de los problemas legales de Celso Gamboa? Déjanos tus opiniones en el foro, ¡nos interesa saber qué piensas!
