¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo, echándole ganas para llevar a alguien de los nuestros a dirigir la ONU. Resulta que ahora le toca el turno a Doña Rebeca Grynspan, quien ya tuvo un buen brete en el gobierno y ahora nos representa en el escenario mundial. El Poder Ejecutivo mandó la propuesta oficial y parece que estamos dispuestos a rompernos la espalda para que esto salga bien, a pesar de los historiales anteriores.
Como recordarán, hace unos cuantos años intentamos meterle mano a la Secretaría General con doña Christianne Figueres Olsen. Ese fue un meneo, un cuarto de hora de fama que terminó en retirada voluntaria. Aunque nos dimos aires por un rato, la verdad es que dejó un sabor amargo, como café frío. Ahora volvemos a intentarlo con Grynspan, esperando que la suerte nos acompañe y no terminemos siendo el hazme reír de toda la comunidad internacional.
Rebeca, para los que no la conocen tan bien, es una economista de pura cepa, estudió en la UCR y se fue a hacer doctorados afuera. Dejó su huella en varios ministerios durante el gobierno de Don Óscar Arias, y luego fue vicepresidenta con Don José María Figueres Olsen, acumulando experiencia en temas sociales y económicos. Después de eso, se fue a laburar para la ONU, recorriendo varios cargos hasta llegar a dirigir la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo, un trabajo importante, claro que sí, pero no precisamente relajado.
Lo bueno de Grynspan es que no es una desconocida en estos asuntos, como dice ella misma. Tiene contactos, sabe cómo moverse en esos círculos internacionales y, aparentemente, conoce el camino para conseguir apoyo. El canciller Tinoco prometió una campaña austera, sin muchos gastos ni lujos. Dice que todo se hará con el giro normal de la Cancillería, lo cual suena bastante responsable, aunque siempre queda la duda si será suficiente para competir con otros países que sí tienen billetera para gastar en lobby y propaganda.
Y hablando de competencia, ¡ay, qué barra! Tenemos a Michelle Bachelet de Chile, Alicia Bárcena de México, María Fernanda Espinosa de Ecuador, Jacinda Arden de Nueva Zelanda, Kristalina Georgieva del FMI y David Choquehuanca de Bolivia, todos metidos en la mezcla. Son pesos pesados, gente con mucho poder e influencia. No es tarea fácil enfrentarse a semejante elenco, pero como dicen por ahí, “quien no arriesga, no gana”.
Los expertos aseguran que el proceso de selección dentro de la ONU será largo y complicado. Habrá varias rondas de evaluación, con filtros como el Consejo de Seguridad, donde los países poderosos tendrán la última palabra. Por eso es crucial que Costa Rica haga bien su trabajo, promocionando a Grynspan y destacando su trayectoria y experiencia. Necesitamos mostrarle al mundo que somos un país comprometido con la paz, el desarrollo y los derechos humanos.
El tiempo dirá si esta vez tendremos más suerte. Ya hemos tenido algunos golpes duros en el pasado, pero seguimos echándole corazón a las cosas. Grynspan tiene la capacidad y el conocimiento para representar a Costa Rica dignamente en la ONU, pero también necesita nuestro apoyo y fe. Veremos si los demás países ven en ella las cualidades necesarias para liderar una organización tan importante como la ONU, con todos los desafíos y responsabilidades que ello conlleva. Este brete requiere de toda nuestra atención y respaldo, ¡pues vaya que importa!
Ahora bien, ¿ustedes creen que Doña Rebeca realmente tiene posibilidades de ganar la Secretaría General, considerando la dura competencia y los obstáculos que enfrenta? ¿O simplemente estamos ilusionándonos otra vez?
Como recordarán, hace unos cuantos años intentamos meterle mano a la Secretaría General con doña Christianne Figueres Olsen. Ese fue un meneo, un cuarto de hora de fama que terminó en retirada voluntaria. Aunque nos dimos aires por un rato, la verdad es que dejó un sabor amargo, como café frío. Ahora volvemos a intentarlo con Grynspan, esperando que la suerte nos acompañe y no terminemos siendo el hazme reír de toda la comunidad internacional.
Rebeca, para los que no la conocen tan bien, es una economista de pura cepa, estudió en la UCR y se fue a hacer doctorados afuera. Dejó su huella en varios ministerios durante el gobierno de Don Óscar Arias, y luego fue vicepresidenta con Don José María Figueres Olsen, acumulando experiencia en temas sociales y económicos. Después de eso, se fue a laburar para la ONU, recorriendo varios cargos hasta llegar a dirigir la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo, un trabajo importante, claro que sí, pero no precisamente relajado.
Lo bueno de Grynspan es que no es una desconocida en estos asuntos, como dice ella misma. Tiene contactos, sabe cómo moverse en esos círculos internacionales y, aparentemente, conoce el camino para conseguir apoyo. El canciller Tinoco prometió una campaña austera, sin muchos gastos ni lujos. Dice que todo se hará con el giro normal de la Cancillería, lo cual suena bastante responsable, aunque siempre queda la duda si será suficiente para competir con otros países que sí tienen billetera para gastar en lobby y propaganda.
Y hablando de competencia, ¡ay, qué barra! Tenemos a Michelle Bachelet de Chile, Alicia Bárcena de México, María Fernanda Espinosa de Ecuador, Jacinda Arden de Nueva Zelanda, Kristalina Georgieva del FMI y David Choquehuanca de Bolivia, todos metidos en la mezcla. Son pesos pesados, gente con mucho poder e influencia. No es tarea fácil enfrentarse a semejante elenco, pero como dicen por ahí, “quien no arriesga, no gana”.
Los expertos aseguran que el proceso de selección dentro de la ONU será largo y complicado. Habrá varias rondas de evaluación, con filtros como el Consejo de Seguridad, donde los países poderosos tendrán la última palabra. Por eso es crucial que Costa Rica haga bien su trabajo, promocionando a Grynspan y destacando su trayectoria y experiencia. Necesitamos mostrarle al mundo que somos un país comprometido con la paz, el desarrollo y los derechos humanos.
El tiempo dirá si esta vez tendremos más suerte. Ya hemos tenido algunos golpes duros en el pasado, pero seguimos echándole corazón a las cosas. Grynspan tiene la capacidad y el conocimiento para representar a Costa Rica dignamente en la ONU, pero también necesita nuestro apoyo y fe. Veremos si los demás países ven en ella las cualidades necesarias para liderar una organización tan importante como la ONU, con todos los desafíos y responsabilidades que ello conlleva. Este brete requiere de toda nuestra atención y respaldo, ¡pues vaya que importa!
Ahora bien, ¿ustedes creen que Doña Rebeca realmente tiene posibilidades de ganar la Secretaría General, considerando la dura competencia y los obstáculos que enfrenta? ¿O simplemente estamos ilusionándonos otra vez?
