¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con las promesas electorales, ¿eh? Resulta que la candidata Laura Fernández anduvo paseándose por el Golfo de Nicoya agarrada de la mano de los pescadores puntarenenses. Un recorrido marítimo, dicen… Como si eso fuera a solucionar todos los problemas del sector, pero bueno, al menos le dieron visibilidad a la causa. Uno tiene que darle crédito, se fajó a la aventura en lancha, aunque imagino que no tuvo que limpiar ni un peñazo de red.
La movida toda empezó el miércoles pasado, ahí en Puntarenas. Fernández, acompañada por gente del Partido Pueblo Soberano (PPS), recorrió las aguas del Golfo en medio de barcos adornados con banderas partidarias. Parece sacado de una película, ¿verdad? Pero así es la política, pura peli. Se juntó con pescadores de Isla Venado, Isla Chira y Costa de Pájaros, todos esperando verle la cara a alguien que les escuche, aunque ya sabemos cómo suele acabar esto… Con promesas vacías, diay.
El brete de los pescadores es complicado, mae. Llevan años batallando contra la competencia china, los precios bajos del pescado y la burocracia kafkiana de INCOPESCA. Y encima, ahora tienen que aguantar que los traten como si fueran narcotraficantes, como bien lo señaló Fernández. ¡Qué barbaridad! Una generalización injusta y dañina para un sector que alimenta a miles de familias en nuestro país. Uno esperaría que las autoridades tengan más tacto y comprensión, pero parece que eso es pedir mucho, ¿no?
Fernández aprovechó el espacio para hablar de sus planes, claro. Dice que va a mantener el apoyo al sector pesquero y promete una reforma radical a INCOPESCA. Suena lindo, pero hay que verlo aplicado. Todos prometen cosas bonitas en campaña, pero luego… pues ya saben cómo sigue la historia. También mencionó que van a construir embarcaderos nuevos, dragar esteros y reforzar la seguridad marítima. Todo muy chévere en teoría, pero necesitamos ver resultados concretos, ¿me entienden?
Visitó también la planta exportadora de Peko Fish, allá en Puntarenas centro. Ahí pudo ver de cerca la realidad del negocio, la logística y los desafíos que enfrentan estos productores. Al menos, se dio el tiempo de bajar a tierra firme y entender qué pasa realmente. No se quedó solo en los discursos grandilocuentes, eso sí se le da crédito. El turismo y la infraestructura portuaria también quedaron dentro de sus prioridades, porque entiende que todo está conectado. Un buen puerto facilita la exportación del pescado, y un buen pescado atrae turistas, chunche.
Pero la gran pregunta que queda en el aire es: ¿realmente va a cambiar INCOPESCA? Esa institución ha sido fuente de controversias y críticas durante años. Burocracia excesiva, decisiones cuestionables y falta de transparencia son algunas de las quejas recurrentes. Si Fernández quiere ganarse el respeto de los pescadores, necesita demostrar que puede meterle mano a INCOPESCA y hacerlo funcionar de verdad. Sino, será otra promesa que se queda en el camino, ¡qué pena!
Y hablando de penas, ¿recuerdan aquel fiasco de la última reforma pesquera? Pues uno teme que estemos frente a algo similar. La política nacional ha demostrado tener una habilidad especial para convertir buenas intenciones en proyectos que terminan siendo un desastre. Esperemos que esta vez sea diferente, pero no nos hagamos ilusiones fáciles. Hay que estar ojo avizor y exigir cuentas a quien gane la elección, mándale flores si cumple y critícalo si no, así hacemos nuestro trabajo como ciudadanos responsables.
Ahora dime, compa, ¿crees que estas promesas de Laura Fernández son sinceras o simplemente estrategia electoral para captar votos? ¿Realmente podemos esperar un cambio significativo en el sector pesquero, o estamos condenados a repetir los mismos errores de siempre? Déjanos tus comentarios abajo y vamos a debatir este tema con la honestidad y el criterio que nos caracteriza a nosotros, los costarricenses.
La movida toda empezó el miércoles pasado, ahí en Puntarenas. Fernández, acompañada por gente del Partido Pueblo Soberano (PPS), recorrió las aguas del Golfo en medio de barcos adornados con banderas partidarias. Parece sacado de una película, ¿verdad? Pero así es la política, pura peli. Se juntó con pescadores de Isla Venado, Isla Chira y Costa de Pájaros, todos esperando verle la cara a alguien que les escuche, aunque ya sabemos cómo suele acabar esto… Con promesas vacías, diay.
El brete de los pescadores es complicado, mae. Llevan años batallando contra la competencia china, los precios bajos del pescado y la burocracia kafkiana de INCOPESCA. Y encima, ahora tienen que aguantar que los traten como si fueran narcotraficantes, como bien lo señaló Fernández. ¡Qué barbaridad! Una generalización injusta y dañina para un sector que alimenta a miles de familias en nuestro país. Uno esperaría que las autoridades tengan más tacto y comprensión, pero parece que eso es pedir mucho, ¿no?
Fernández aprovechó el espacio para hablar de sus planes, claro. Dice que va a mantener el apoyo al sector pesquero y promete una reforma radical a INCOPESCA. Suena lindo, pero hay que verlo aplicado. Todos prometen cosas bonitas en campaña, pero luego… pues ya saben cómo sigue la historia. También mencionó que van a construir embarcaderos nuevos, dragar esteros y reforzar la seguridad marítima. Todo muy chévere en teoría, pero necesitamos ver resultados concretos, ¿me entienden?
Visitó también la planta exportadora de Peko Fish, allá en Puntarenas centro. Ahí pudo ver de cerca la realidad del negocio, la logística y los desafíos que enfrentan estos productores. Al menos, se dio el tiempo de bajar a tierra firme y entender qué pasa realmente. No se quedó solo en los discursos grandilocuentes, eso sí se le da crédito. El turismo y la infraestructura portuaria también quedaron dentro de sus prioridades, porque entiende que todo está conectado. Un buen puerto facilita la exportación del pescado, y un buen pescado atrae turistas, chunche.
Pero la gran pregunta que queda en el aire es: ¿realmente va a cambiar INCOPESCA? Esa institución ha sido fuente de controversias y críticas durante años. Burocracia excesiva, decisiones cuestionables y falta de transparencia son algunas de las quejas recurrentes. Si Fernández quiere ganarse el respeto de los pescadores, necesita demostrar que puede meterle mano a INCOPESCA y hacerlo funcionar de verdad. Sino, será otra promesa que se queda en el camino, ¡qué pena!
Y hablando de penas, ¿recuerdan aquel fiasco de la última reforma pesquera? Pues uno teme que estemos frente a algo similar. La política nacional ha demostrado tener una habilidad especial para convertir buenas intenciones en proyectos que terminan siendo un desastre. Esperemos que esta vez sea diferente, pero no nos hagamos ilusiones fáciles. Hay que estar ojo avizor y exigir cuentas a quien gane la elección, mándale flores si cumple y critícalo si no, así hacemos nuestro trabajo como ciudadanos responsables.
Ahora dime, compa, ¿crees que estas promesas de Laura Fernández son sinceras o simplemente estrategia electoral para captar votos? ¿Realmente podemos esperar un cambio significativo en el sector pesquero, o estamos condenados a repetir los mismos errores de siempre? Déjanos tus comentarios abajo y vamos a debatir este tema con la honestidad y el criterio que nos caracteriza a nosotros, los costarricenses.
