Ha pasado una importante cantidad de tiempo con el número dos como primer dígito en la versión del kernel Linux. Hoy nos encontramos con el 2.6.39 como último build estable y disponible en el sitio oficial, pero hay una novedad: Linus Torvalds le ha dado luz verde al primer Release Candidate del kernel 3.0. De acuerdo a las palabras de Torvalds, los usuarios no deben esperar nada extraordinario de este nuevo build más allá del cambio de número, pero aún así habrá varias actualizaciones, optimizaciones, correcciones, e incorporaciones de soporte para nuevo hardware.
Una de las tantas cosas que puede enseñar el kernel Linux es que la última versión no siempre es la más adecuada para el usuario final. Tomemos a Debian como ejemplo: Su última versión estable cuenta con el kernel 2.6.32, mientras que la última versión disponible en el sitio kernel.org es la 2.6.39. Si nos guiamos por la “filosofía Windows” podríamos pensar que el kernel está desactualizado, y aunque los números así lo determinan, la última versión estable de Debian está funcionando de maravillas. Incluso Ubuntu posee un kernel que está un punto por detrás de la versión estable. ¿Cuál es el problema? Ninguno en absoluto. Cada responsable de una distro adapta el kernel a sus necesidades, otra manifestación más de la libertad que existe en el universo Linux.
Después de varios años de desarrollo, se ha discutido la posibilidad de cambiar la nomenclatura del kernel Linux, abandonando la versión 2.6.x. Se hablaba de un posible salto a la versión 2.8, pero con la reciente aprobación de Linus Torvalds al Release Candidate, se ha establecido que el próximo kernel Linux será 3.0. Ahora, es el mismo Torvalds quien se encarga de minimizar la situación. No hay “grandes cambios” más allá de las actualizaciones y las correcciones pertinentes, y la utilización del “3.0” como número de versión no marca ningún avance en especial, al contrario de lo que sucedió con GNOME en su versión 3 o KDE 4 en su momento. Ni los desarrolladores ni los usuarios deberían esperar sobresaltos con la próxima versión.
De todas formas, habrá algunas mejoras. En primer lugar, se incorporará al kernel el controlador para Microsoft Kinect, algo que seguramente será apreciado por muchos entusiastas. También se aplicarán varias mejoras en los controladores abiertos para vídeo Nvidia y AMD, optimizaciones para plataformas Sandy Bridge, avances en AMD Llano, soporte inicial para Ivy Bridge, y la inclusión de la función cleancache. Para la estabilización final del kernel, Torvalds ha pedido que la comunidad priorice las correcciones de mayor importancia, ya que se encontrará viajando con un Intel Atom bajo el brazo, y ciertamente no es el mejor hardware para estar compilando un kernel. Es un punto más para el equipo Linux, damas y caballeros. Estaremos esperando su eventual llegada a las distros.
fuente
El kernel Linux se acerca a la versión 3.0
Una de las tantas cosas que puede enseñar el kernel Linux es que la última versión no siempre es la más adecuada para el usuario final. Tomemos a Debian como ejemplo: Su última versión estable cuenta con el kernel 2.6.32, mientras que la última versión disponible en el sitio kernel.org es la 2.6.39. Si nos guiamos por la “filosofía Windows” podríamos pensar que el kernel está desactualizado, y aunque los números así lo determinan, la última versión estable de Debian está funcionando de maravillas. Incluso Ubuntu posee un kernel que está un punto por detrás de la versión estable. ¿Cuál es el problema? Ninguno en absoluto. Cada responsable de una distro adapta el kernel a sus necesidades, otra manifestación más de la libertad que existe en el universo Linux.
Después de varios años de desarrollo, se ha discutido la posibilidad de cambiar la nomenclatura del kernel Linux, abandonando la versión 2.6.x. Se hablaba de un posible salto a la versión 2.8, pero con la reciente aprobación de Linus Torvalds al Release Candidate, se ha establecido que el próximo kernel Linux será 3.0. Ahora, es el mismo Torvalds quien se encarga de minimizar la situación. No hay “grandes cambios” más allá de las actualizaciones y las correcciones pertinentes, y la utilización del “3.0” como número de versión no marca ningún avance en especial, al contrario de lo que sucedió con GNOME en su versión 3 o KDE 4 en su momento. Ni los desarrolladores ni los usuarios deberían esperar sobresaltos con la próxima versión.
De todas formas, habrá algunas mejoras. En primer lugar, se incorporará al kernel el controlador para Microsoft Kinect, algo que seguramente será apreciado por muchos entusiastas. También se aplicarán varias mejoras en los controladores abiertos para vídeo Nvidia y AMD, optimizaciones para plataformas Sandy Bridge, avances en AMD Llano, soporte inicial para Ivy Bridge, y la inclusión de la función cleancache. Para la estabilización final del kernel, Torvalds ha pedido que la comunidad priorice las correcciones de mayor importancia, ya que se encontrará viajando con un Intel Atom bajo el brazo, y ciertamente no es el mejor hardware para estar compilando un kernel. Es un punto más para el equipo Linux, damas y caballeros. Estaremos esperando su eventual llegada a las distros.
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El kernel Linux se acerca a la versión 3.0
