¡Ay, Dios mío, qué historia nos cuenta Melissa Alvarado! Nuestra querida periodista y presentadora de Teletica, conocida por su labia y su estilo relajado, decidió lanzarse a la piscina (o mejor dicho, a la carretera) y correr la maratón de Berlín. Pero, como dice el dicho, ni todo lo que brilla es oro, y parece que la experiencia tuvo sus altos y bajos, ¡pero vaya si aprendió!
Melissa, siempre sincera como pocas, nos compartió con CR Hoy que la clave de todo fue el clima. Resulta que ella se preparó para enfrentar el frío, porque acá en Costa Rica la mayoría de las carreras son así, pero cuando llegó a Alemania, ¡le tocaron altas temperaturas! “Pensé que era normal el calor, pero durante la carrera sí se empezó a poner sofocante”, nos confiesa, y quién puede culparla, ¡imagínate estar corriendo 42 kilómetros bajo un solazo!
Pero eso no fue todo, ¿eh? La Vara se complicó aún más cuando, buscando desesperadamente una gota de agua para calmar la sed, encontró un puesto de asistencia vacío. “Tuve que correr cuatro kilómetros más con sed, y eso empezó a hacer que perdiera tiempo”, lamenta. Cuatro kilómetros con la garganta seca en una maratón... ¡ufff, qué bronca! A cualquiera le hubiera agarrado el bajón.
A pesar de todas estas adversidades – el calor pegajoso, la sed que atormentaba– Melissa no se rindió. Demostró una perseverancia admirable, luchando contra sus propios límites hasta cruzar la meta. Y ahí radica la verdadera enseñanza de esta aventura: conocerse a fondo y exigirle al cuerpo lo máximo posible. Como dicen por ahí, “hasta donde alcanza el buey, llega el carro”.
“Llega un punto en que usted está exhausta y, aun así, la meta se ve tan lejos, pero son tantas las ganas de llegar que uno se esfuerza demasiado”, explica. Esas ganas, ese ímpetu tico de nunca rendirse, seguro la impulsaron a seguir adelante a pesar de todo. Porque aquí, cuando nos proponemos algo, ¡nos fajamos y lo hacemos!
Y no solo eso, Melissa también resalta la montaña rusa de emociones que vivió durante la carrera. Entre llantos, frustraciones y momentos de alegría pura, experimentó todo un abanico de sentimientos intensos. ¡Imagínate estar corriendo entre tanta gente, con tanto ruido y adrenalina! Seguro fue una descarga emocional como ninguna otra.
Lo bueno es que Melissa no hizo esto sola. Contó con el apoyo incondicional de su compañera Julia, quien la acompañó durante toda la preparación. Además, se unieron al grupo Running by Laar, formado por colegas del canal, quienes brindaron motivación y compañerismo en cada entrenamiento. Así es como se hace, trabajando en equipo y apoyándose mutuamente, ¡esa es la onda tica!
En fin, Melissa Alvarado nos ha demostrado que perseguir nuestros sueños, aunque sean difíciles, vale la pena. Su experiencia en Berlín es un ejemplo inspirador de superación personal y determinación. Ahora, me pregunto… ¿ustedes, después de escuchar esta historia, se animarían a desafiar sus límites y participar en una maratón, o prefieren quedarse cómodos en el sofá viendo tele?
Melissa, siempre sincera como pocas, nos compartió con CR Hoy que la clave de todo fue el clima. Resulta que ella se preparó para enfrentar el frío, porque acá en Costa Rica la mayoría de las carreras son así, pero cuando llegó a Alemania, ¡le tocaron altas temperaturas! “Pensé que era normal el calor, pero durante la carrera sí se empezó a poner sofocante”, nos confiesa, y quién puede culparla, ¡imagínate estar corriendo 42 kilómetros bajo un solazo!
Pero eso no fue todo, ¿eh? La Vara se complicó aún más cuando, buscando desesperadamente una gota de agua para calmar la sed, encontró un puesto de asistencia vacío. “Tuve que correr cuatro kilómetros más con sed, y eso empezó a hacer que perdiera tiempo”, lamenta. Cuatro kilómetros con la garganta seca en una maratón... ¡ufff, qué bronca! A cualquiera le hubiera agarrado el bajón.
A pesar de todas estas adversidades – el calor pegajoso, la sed que atormentaba– Melissa no se rindió. Demostró una perseverancia admirable, luchando contra sus propios límites hasta cruzar la meta. Y ahí radica la verdadera enseñanza de esta aventura: conocerse a fondo y exigirle al cuerpo lo máximo posible. Como dicen por ahí, “hasta donde alcanza el buey, llega el carro”.
“Llega un punto en que usted está exhausta y, aun así, la meta se ve tan lejos, pero son tantas las ganas de llegar que uno se esfuerza demasiado”, explica. Esas ganas, ese ímpetu tico de nunca rendirse, seguro la impulsaron a seguir adelante a pesar de todo. Porque aquí, cuando nos proponemos algo, ¡nos fajamos y lo hacemos!
Y no solo eso, Melissa también resalta la montaña rusa de emociones que vivió durante la carrera. Entre llantos, frustraciones y momentos de alegría pura, experimentó todo un abanico de sentimientos intensos. ¡Imagínate estar corriendo entre tanta gente, con tanto ruido y adrenalina! Seguro fue una descarga emocional como ninguna otra.
Lo bueno es que Melissa no hizo esto sola. Contó con el apoyo incondicional de su compañera Julia, quien la acompañó durante toda la preparación. Además, se unieron al grupo Running by Laar, formado por colegas del canal, quienes brindaron motivación y compañerismo en cada entrenamiento. Así es como se hace, trabajando en equipo y apoyándose mutuamente, ¡esa es la onda tica!
En fin, Melissa Alvarado nos ha demostrado que perseguir nuestros sueños, aunque sean difíciles, vale la pena. Su experiencia en Berlín es un ejemplo inspirador de superación personal y determinación. Ahora, me pregunto… ¿ustedes, después de escuchar esta historia, se animarían a desafiar sus límites y participar en una maratón, o prefieren quedarse cómodos en el sofá viendo tele?
