¡Ay, Dios mío, mándanos paciencia! Resulta que ahora tenemos una movida bastante seria en el Congreso. La diputada Cynthia Córdoba, del PLP, ha presentado un proyecto de ley que quiere cambiar el Código Penal para dejar clarito que si no hay consentimiento, ¡no pasa nada!, vamos, que es violación. Y eso, pa’ nosotros los ticos, debería ser obvio, ¿verdad?
El expediente 25.338, como lo llaman ahí arriba, va buscando modernizar la forma en que vemos estas cosas. Parece ser que hasta ahora la ley era medio ambigua, requiriendo pruebas de forcejeo o resistencia para declarar una violación. Pero bueno, todos sabemos que hay situaciones donde la persona simplemente se queda congelada, asustada, y eso no significa que esté aceptando nada. ¡Qué bronca!
Lo que Córdoba está proponiendo es que cualquier acto sexual sin consentimiento libre, informado, específico y que pueda ser revocado, se considere violación. Lo explica bien, dice que entender el silencio como aceptación es una tontería. ¡Y tiene razón! ¿En qué cabeza cabe pensar que alguien que está siendo atacado puede decir que sí? Un chururísimo.
Y ojo, porque la reforma también cambia el límite de edad. Hasta ahora, la ley consideraba violación solo cuando la víctima tenía menos de trece años. Ahora, quieren dejar claro que cualquier relación sexual entre un adulto y un menor de 18 años carece de consentimiento. Esto cubre un vacío legal que existía, donde algunos podían intentar argumentar que había algún tipo de acuerdo. ¡Pero ni loco!
Esta iniciativa se alinea con varios tratados internacionales que ya deberían estar implementándose desde hace tiempo, como la CEDAW, la Convención de Belém do Pará y otras cositas así. Pa' que nos recordemos que Costa Rica no vive en una isla y que necesitamos ponerle orden a estas vainas.
Ahora, el proyecto tendrá que pasar por varias comisiones en el Congreso para ver si realmente sale adelante. Y vaya que se necesita. Porque aunque parezca una obviedad, todavía hay gente que no entiende que el consentimiento es fundamental en cualquier relación. Y mucho menos cuando hay una diferencia de poder tan grande entre un adulto y un adolescente. ¡Es una barbaridad!
Algunos critican diciendo que esto criminaliza aún más las relaciones intergeneracionales, pero la verdad es que ya deberían ser criminalizadas. El punto es proteger a nuestros jóvenes y dejar muy claro que no habrá lugar para justificaciones o excusas. Que se escuchen los gritos de auxilio y se actúe rápido. Ya basta de dejar pasar estas cosas por alto.
En fin, este es un tema importante y espero que el Congreso haga lo correcto. ¿Ustedes creen que esta reforma logrará marcar una diferencia real en la protección de los menores en Costa Rica, o seguirá siendo otra promesa incumplida? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
El expediente 25.338, como lo llaman ahí arriba, va buscando modernizar la forma en que vemos estas cosas. Parece ser que hasta ahora la ley era medio ambigua, requiriendo pruebas de forcejeo o resistencia para declarar una violación. Pero bueno, todos sabemos que hay situaciones donde la persona simplemente se queda congelada, asustada, y eso no significa que esté aceptando nada. ¡Qué bronca!
Lo que Córdoba está proponiendo es que cualquier acto sexual sin consentimiento libre, informado, específico y que pueda ser revocado, se considere violación. Lo explica bien, dice que entender el silencio como aceptación es una tontería. ¡Y tiene razón! ¿En qué cabeza cabe pensar que alguien que está siendo atacado puede decir que sí? Un chururísimo.
Y ojo, porque la reforma también cambia el límite de edad. Hasta ahora, la ley consideraba violación solo cuando la víctima tenía menos de trece años. Ahora, quieren dejar claro que cualquier relación sexual entre un adulto y un menor de 18 años carece de consentimiento. Esto cubre un vacío legal que existía, donde algunos podían intentar argumentar que había algún tipo de acuerdo. ¡Pero ni loco!
Esta iniciativa se alinea con varios tratados internacionales que ya deberían estar implementándose desde hace tiempo, como la CEDAW, la Convención de Belém do Pará y otras cositas así. Pa' que nos recordemos que Costa Rica no vive en una isla y que necesitamos ponerle orden a estas vainas.
Ahora, el proyecto tendrá que pasar por varias comisiones en el Congreso para ver si realmente sale adelante. Y vaya que se necesita. Porque aunque parezca una obviedad, todavía hay gente que no entiende que el consentimiento es fundamental en cualquier relación. Y mucho menos cuando hay una diferencia de poder tan grande entre un adulto y un adolescente. ¡Es una barbaridad!
Algunos critican diciendo que esto criminaliza aún más las relaciones intergeneracionales, pero la verdad es que ya deberían ser criminalizadas. El punto es proteger a nuestros jóvenes y dejar muy claro que no habrá lugar para justificaciones o excusas. Que se escuchen los gritos de auxilio y se actúe rápido. Ya basta de dejar pasar estas cosas por alto.
En fin, este es un tema importante y espero que el Congreso haga lo correcto. ¿Ustedes creen que esta reforma logrará marcar una diferencia real en la protección de los menores en Costa Rica, o seguirá siendo otra promesa incumplida? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios!
