¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que uno de los tipos que ganó el Premio Nobel de Economía este año, un canadiense llamado Peter Howitt, le está echando presión al mundo entero diciéndonos que la inteligencia artificial (IA) puede ser un arma de doble filo. Imaginen, un mae que sabe un montón de economía nos está diciendo que esto de la IA podría armar tremendo fajón en el mercado laboral.
Según cuentan las malas lenguas (y la Academia de Ciencias de Suecia), Howitt, además de ser profecesor emérito en la Universidad Brown, ha dedicado gran parte de su vida a investigar cómo la tecnología cambia nuestra forma de trabajar y cómo eso afecta el crecimiento económico. Él y otro tipejo, Philippe Aghion, desarrollaron una teoría llamada ‘destrucción creativa’, que básicamente dice que las cosas nuevas y mejores siempre terminan sacando del ruedo a las viejas. Piensen en los teléfonos fijos versus los celulares, ¿verdad?
Lo que preocupa a Howitt, y a muchísima gente, es que la IA no solo va a cambiar los trabajos, sino que podría reemplazarlos por completo. No estamos hablando solamente de chambas manuales, sino también de profesiones que requieren mucha educación y experiencia. ¡Imagínense abogados, médicos, ingenieros... todos amenazados por un algoritmo! Diay, da escalofríos, ¿no creen?
En una conferencia de prensa, el profe Howitt soltó la bomba: 'Es obviamente una tecnología fantástica con posibilidades asombrosas', dijo, pero añadió rápidamente que 'también tiene un potencial increíble para destruir otros empleos o reemplazar mano de obra altamente calificada'. ¡Qué sal! Esto pone pa’ lante la necesidad urgente de pensar en cómo vamos a adaptarnos a estos cambios, porque no creo que nos podamos quedar cruzados de brazos esperando a que la IA nos quite el brete.
Pero ojo, no todo es pesimismo. Howitt también destacó que estamos viviendo 'un gran momento en la historia de la humanidad', comparable a la época de la Revolución Industrial, cuando la electricidad y el vapor transformaron nuestras vidas. Él dice que la IA tiene el potencial de hacer cosas increíbles que ni siquiera podemos imaginar todavía. Lo que pasa es que necesitamos regularla, ponerle frenos para que no se vaya de las manos y no termine causando un maje daño social.
La pregunta clave ahora es: ¿quién va a liderar esta revolución tecnológica? Howitt no se atreve a dar una respuesta clara, pero sí advierte que tenemos que estar muy atentos para asegurarnos de que la IA beneficie a toda la sociedad, no solo a unos pocos privilegiados. Porque si no, podríamos vernos en un lío peor que el tráfico en la autopista del Pacífico un viernes.
Aquí en Costa Rica, la cosa no es diferente. Estamos empezando a ver cómo la IA se aplica en diferentes sectores, desde la salud hasta la agricultura. Pero también debemos estar preparados para enfrentar los desafíos que plantea, como la capacitación de los trabajadores y la creación de nuevos empleos. ¡Y qué decir de la ética! Tenemos que asegurarnos de que la IA se use de manera responsable y justa, respetando nuestros valores y derechos.
Ahora bien, dejando de lado los tecnicismos y poniéndole corazón al asunto, me pregunto… ¿Creen ustedes que el gobierno está haciendo lo suficiente para prepararnos para este tsunami tecnológico? ¿O deberíamos empezar a buscar cursos online para aprender a programar robots antes de que nos dejen cambales? ¡Díganme qué piensan!
Según cuentan las malas lenguas (y la Academia de Ciencias de Suecia), Howitt, además de ser profecesor emérito en la Universidad Brown, ha dedicado gran parte de su vida a investigar cómo la tecnología cambia nuestra forma de trabajar y cómo eso afecta el crecimiento económico. Él y otro tipejo, Philippe Aghion, desarrollaron una teoría llamada ‘destrucción creativa’, que básicamente dice que las cosas nuevas y mejores siempre terminan sacando del ruedo a las viejas. Piensen en los teléfonos fijos versus los celulares, ¿verdad?
Lo que preocupa a Howitt, y a muchísima gente, es que la IA no solo va a cambiar los trabajos, sino que podría reemplazarlos por completo. No estamos hablando solamente de chambas manuales, sino también de profesiones que requieren mucha educación y experiencia. ¡Imagínense abogados, médicos, ingenieros... todos amenazados por un algoritmo! Diay, da escalofríos, ¿no creen?
En una conferencia de prensa, el profe Howitt soltó la bomba: 'Es obviamente una tecnología fantástica con posibilidades asombrosas', dijo, pero añadió rápidamente que 'también tiene un potencial increíble para destruir otros empleos o reemplazar mano de obra altamente calificada'. ¡Qué sal! Esto pone pa’ lante la necesidad urgente de pensar en cómo vamos a adaptarnos a estos cambios, porque no creo que nos podamos quedar cruzados de brazos esperando a que la IA nos quite el brete.
Pero ojo, no todo es pesimismo. Howitt también destacó que estamos viviendo 'un gran momento en la historia de la humanidad', comparable a la época de la Revolución Industrial, cuando la electricidad y el vapor transformaron nuestras vidas. Él dice que la IA tiene el potencial de hacer cosas increíbles que ni siquiera podemos imaginar todavía. Lo que pasa es que necesitamos regularla, ponerle frenos para que no se vaya de las manos y no termine causando un maje daño social.
La pregunta clave ahora es: ¿quién va a liderar esta revolución tecnológica? Howitt no se atreve a dar una respuesta clara, pero sí advierte que tenemos que estar muy atentos para asegurarnos de que la IA beneficie a toda la sociedad, no solo a unos pocos privilegiados. Porque si no, podríamos vernos en un lío peor que el tráfico en la autopista del Pacífico un viernes.
Aquí en Costa Rica, la cosa no es diferente. Estamos empezando a ver cómo la IA se aplica en diferentes sectores, desde la salud hasta la agricultura. Pero también debemos estar preparados para enfrentar los desafíos que plantea, como la capacitación de los trabajadores y la creación de nuevos empleos. ¡Y qué decir de la ética! Tenemos que asegurarnos de que la IA se use de manera responsable y justa, respetando nuestros valores y derechos.
Ahora bien, dejando de lado los tecnicismos y poniéndole corazón al asunto, me pregunto… ¿Creen ustedes que el gobierno está haciendo lo suficiente para prepararnos para este tsunami tecnológico? ¿O deberíamos empezar a buscar cursos online para aprender a programar robots antes de que nos dejen cambales? ¡Díganme qué piensan!
