¡Ay, Dios mío! La tristeza se siente hasta acá en la redacción. La familia Mangas sigue buscando a Leandro, ese nene de cinco años que desapareció arrastrado por la alcantarilla en Purral hace seis días. Ya ni lloramos, pues el llanto se nos secó, pero la esperanza, aunque pequeñita, todavía está prendida. La madre, Lourdes, aguantando como guerrera, pidiendo ayuda y, sobre todo, que no se les olvide Leandro.
Como bien saben, la tragedia ocurrió durante un aguacero tremendo, esos que últimamente nos mandan a visitar, y parece que la infraestructura del país no da abasto. El niño, agarrado de la mano con sus hermanos y primos, resbaló y cayó en una cuneta reventada, siendo tragado por la fuerza del agua. Una vara terrible, mándale fe a la familia en estos momentos tan difíciles.
Lourdes, entre lágrimas y recuerdos, nos contó cómo trató de alcanzarlo, pero la corriente era demasiado fuerte. “Se metió el piecito en el caño… ¡qué pena!, se fue rápido, rapidísimo,” repetía, visiblemente afectada. Sus otros hijos, el varoncito de ocho años que ya casi no come y el bebé de dos que solo dice 'el hueco, mamá', sonriendo con la tristeza de un adulto. ¡Qué cargada la pobre Lourdes!
Las autoridades, incluyendo equipos de la Cruz Roja y Bomberos, siguen peinando la zona, pero las esperanzas se van apagando día tras día. Han utilizado drones, perros rastreadores y hasta buzos especializados, pero el terreno es complicado y la vegetación densa dificulta las labores. Que alguien le explique a los políticos que esto no puede seguir pasando; ¡una torta lo que estamos viviendo!
Y no es solo por Leandro. La madre, desesperada, advierte que este tipo de accidentes podrían ocurrirle a cualquiera si no se toman medidas urgentes para mejorar el sistema de drenaje y mantener las alcantarillas en buen estado. “Estos aguaceros están cada vez más fuertes, y si no hacemos algo, le va a pasar a otro niño, a otra familia. ¡Qué sal!”, exclamó con angustia.
Pero no todo es desazón, porque la comunidad se ha unido para apoyar a la familia Mangas. Vecinos, amigos y desconocidos han llevado comida, ropa y suministros básicos, además de ofrecer su ayuda en las búsquedas. Un ejemplo de lo que significa ser tico, siempre dispuestos a echarle un hombro al prójimo, diay.
Ahora, Lourdes busca atención psicológica para ella y sus hijos, consciente de que el trauma será difícil de superar. Quiere ayudar a sus pequeños a procesar lo sucedido y encontrar alguna forma de lidiar con la pérdida, si es que eso es posible. Entendemos perfecto la necesidad de apoyo profesional, y ojalá el Estado pueda brindarles toda la ayuda necesaria, porque este brete es enorme.
Mientras tanto, seguimos rezando por Leandro y esperando que aparezca sano y salvo. Pero ante esta triste realidad, ¿cree usted que las autoridades deberían invertir más recursos en mejorar la infraestructura hidráulica del país para evitar tragedias como esta, o considera que la responsabilidad recae principalmente en la educación y supervisión de los padres?
Como bien saben, la tragedia ocurrió durante un aguacero tremendo, esos que últimamente nos mandan a visitar, y parece que la infraestructura del país no da abasto. El niño, agarrado de la mano con sus hermanos y primos, resbaló y cayó en una cuneta reventada, siendo tragado por la fuerza del agua. Una vara terrible, mándale fe a la familia en estos momentos tan difíciles.
Lourdes, entre lágrimas y recuerdos, nos contó cómo trató de alcanzarlo, pero la corriente era demasiado fuerte. “Se metió el piecito en el caño… ¡qué pena!, se fue rápido, rapidísimo,” repetía, visiblemente afectada. Sus otros hijos, el varoncito de ocho años que ya casi no come y el bebé de dos que solo dice 'el hueco, mamá', sonriendo con la tristeza de un adulto. ¡Qué cargada la pobre Lourdes!
Las autoridades, incluyendo equipos de la Cruz Roja y Bomberos, siguen peinando la zona, pero las esperanzas se van apagando día tras día. Han utilizado drones, perros rastreadores y hasta buzos especializados, pero el terreno es complicado y la vegetación densa dificulta las labores. Que alguien le explique a los políticos que esto no puede seguir pasando; ¡una torta lo que estamos viviendo!
Y no es solo por Leandro. La madre, desesperada, advierte que este tipo de accidentes podrían ocurrirle a cualquiera si no se toman medidas urgentes para mejorar el sistema de drenaje y mantener las alcantarillas en buen estado. “Estos aguaceros están cada vez más fuertes, y si no hacemos algo, le va a pasar a otro niño, a otra familia. ¡Qué sal!”, exclamó con angustia.
Pero no todo es desazón, porque la comunidad se ha unido para apoyar a la familia Mangas. Vecinos, amigos y desconocidos han llevado comida, ropa y suministros básicos, además de ofrecer su ayuda en las búsquedas. Un ejemplo de lo que significa ser tico, siempre dispuestos a echarle un hombro al prójimo, diay.
Ahora, Lourdes busca atención psicológica para ella y sus hijos, consciente de que el trauma será difícil de superar. Quiere ayudar a sus pequeños a procesar lo sucedido y encontrar alguna forma de lidiar con la pérdida, si es que eso es posible. Entendemos perfecto la necesidad de apoyo profesional, y ojalá el Estado pueda brindarles toda la ayuda necesaria, porque este brete es enorme.
Mientras tanto, seguimos rezando por Leandro y esperando que aparezca sano y salvo. Pero ante esta triste realidad, ¿cree usted que las autoridades deberían invertir más recursos en mejorar la infraestructura hidráulica del país para evitar tragedias como esta, o considera que la responsabilidad recae principalmente en la educación y supervisión de los padres?