¡Imagínate la bronca! Resulta que el Papa León XIV, recien nombrao, le dio la bendición a un pedazo gigante de hielo que viene directamente de Groenlandia. No es cualquier hielo, oe, este tiene más de 20,000 años. La movida pasó en Castel Gandolfo, durante una conferencia sobre el cambio climático, donde estaban presentes figuras como Arnold Schwarzenegger y Marina Silva. ¡Un espectáculo!
Todo esto formaba parte del evento “Brindando Esperanza”, que celebra el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si' del Papa Francisco. La idea era sensibilizar a la gente sobre la crisis climática, y vaya que lo lograron con esta jugada. Se trajo el bloque de hielo desde el fiordo Nuup Kangerlua, cortesía del proyecto Ice Watch, liderado por el artista Olafur Eliasson y el geólogo Minik Rosing. Ellos llevan estos bloques de hielo a diferentes capitales europeas para que vean la magnitud del problema, que no es poco.
El momento cumbre fue cuando el Sumo Pontífice elevó una oración frente al hielo que se derretía lento pero seguro: "Señor de la vida, bendice esta agua: que despierte nuestros corazones, purifique nuestra indiferencia, calme nuestro dolor y renueve nuestra esperanza". Una imagen poderosa, diay, que te hace pensar si estamos haciendo lo suficiente para cuidar el planeta. Porque a este paso, los nietos van a ver hielo solo en fotos, ¿te imaginas?
Pero no todo fue bendiciones. El Papa León XIV aprovechó la oportunidad para echarle duro a esos negacionistas del clima que andan por ahí diciendo que es mentira. Les dijo textualmente, y cito: “No podemos decir que amamos a Dios y destruir su obra”. ¡Menos mal que alguien le pone el dedo en el ojo a esos tipos!”. Él insistió en que dañar la naturaleza es incompatible con la fe cristiana. Es que, ¿cómo vamos a estar agradecidos con Dios si destruimos todo lo que nos regala?
Y siguió explicando que todo lo creado es obra divina, y que nosotros, los humanos, somos parte integral de ese universo. Rememoró las enseñanzas de San Francisco de Asís, que trataba a todos los elementos de la naturaleza como hermanos: el sol, la luna, el agua… ¡Un mae ejemplar! Según él, amar a Dios significa amar sus creaciones, cuidarlas y respetarlas. No solo por miedo a perder nuestro hogar, sino porque son un regalo invaluable.
El Papa hizo referencia directa a la Biblia, recordando que desde el Génesis se afirma que “todo lo que Dios creó era bueno”. Nos confió este mundo como herencia y responsabilidad. Entonces, cuidar de la creación no debería ser solo una obligación ecológica, sino una forma de expresar nuestro amor a Dios y agradecer por su obra. Es como si nos estuvieran diciendo: “Miren, les di este planeta hermoso, cuídenlo bien, mi gente.”
Este bloque de hielo bendecido, aunque se esté derritiendo, es un llamado de atención. Una señal clara de que la vida en la Tierra depende de nuestra capacidad para escuchar lo que la naturaleza nos está gritando y actuar en consecuencia. Ya no hay margen para la indiferencia ni para excusas baratas. Necesitamos convertirnos, comprometernos y tomar acciones concretas para proteger nuestro planeta. De lo contrario, la próxima generación nos va a poner a caldo, ¡y con razón!
Ahora, me pregunto... ¿Crees tú que la bendición de un bloque de hielo puede realmente cambiar la mentalidad de las personas sobre el cambio climático, o es simplemente un gesto simbólico más en un mar de promesas incumplidas? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar tú personalmente para ayudar a cuidar nuestro planeta, y qué cambios consideras que deberían hacer los gobiernos y las empresas para abordar esta crisis de manera efectiva?
Todo esto formaba parte del evento “Brindando Esperanza”, que celebra el décimo aniversario de la encíclica Laudato Si' del Papa Francisco. La idea era sensibilizar a la gente sobre la crisis climática, y vaya que lo lograron con esta jugada. Se trajo el bloque de hielo desde el fiordo Nuup Kangerlua, cortesía del proyecto Ice Watch, liderado por el artista Olafur Eliasson y el geólogo Minik Rosing. Ellos llevan estos bloques de hielo a diferentes capitales europeas para que vean la magnitud del problema, que no es poco.
El momento cumbre fue cuando el Sumo Pontífice elevó una oración frente al hielo que se derretía lento pero seguro: "Señor de la vida, bendice esta agua: que despierte nuestros corazones, purifique nuestra indiferencia, calme nuestro dolor y renueve nuestra esperanza". Una imagen poderosa, diay, que te hace pensar si estamos haciendo lo suficiente para cuidar el planeta. Porque a este paso, los nietos van a ver hielo solo en fotos, ¿te imaginas?
Pero no todo fue bendiciones. El Papa León XIV aprovechó la oportunidad para echarle duro a esos negacionistas del clima que andan por ahí diciendo que es mentira. Les dijo textualmente, y cito: “No podemos decir que amamos a Dios y destruir su obra”. ¡Menos mal que alguien le pone el dedo en el ojo a esos tipos!”. Él insistió en que dañar la naturaleza es incompatible con la fe cristiana. Es que, ¿cómo vamos a estar agradecidos con Dios si destruimos todo lo que nos regala?
Y siguió explicando que todo lo creado es obra divina, y que nosotros, los humanos, somos parte integral de ese universo. Rememoró las enseñanzas de San Francisco de Asís, que trataba a todos los elementos de la naturaleza como hermanos: el sol, la luna, el agua… ¡Un mae ejemplar! Según él, amar a Dios significa amar sus creaciones, cuidarlas y respetarlas. No solo por miedo a perder nuestro hogar, sino porque son un regalo invaluable.
El Papa hizo referencia directa a la Biblia, recordando que desde el Génesis se afirma que “todo lo que Dios creó era bueno”. Nos confió este mundo como herencia y responsabilidad. Entonces, cuidar de la creación no debería ser solo una obligación ecológica, sino una forma de expresar nuestro amor a Dios y agradecer por su obra. Es como si nos estuvieran diciendo: “Miren, les di este planeta hermoso, cuídenlo bien, mi gente.”
Este bloque de hielo bendecido, aunque se esté derritiendo, es un llamado de atención. Una señal clara de que la vida en la Tierra depende de nuestra capacidad para escuchar lo que la naturaleza nos está gritando y actuar en consecuencia. Ya no hay margen para la indiferencia ni para excusas baratas. Necesitamos convertirnos, comprometernos y tomar acciones concretas para proteger nuestro planeta. De lo contrario, la próxima generación nos va a poner a caldo, ¡y con razón!
Ahora, me pregunto... ¿Crees tú que la bendición de un bloque de hielo puede realmente cambiar la mentalidad de las personas sobre el cambio climático, o es simplemente un gesto simbólico más en un mar de promesas incumplidas? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar tú personalmente para ayudar a cuidar nuestro planeta, y qué cambios consideras que deberían hacer los gobiernos y las empresas para abordar esta crisis de manera efectiva?