¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que una banda de chapuceros, mezclándose orientales con algunos comudos nuestros, se ha dedicado a robarle hasta los ahorritos a gente trabajadora usando billeteras virtuales. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ya anda moviéndose, haciendo allanamientos aquí y allá para agarrarlos, porque la cosa está muy feíta.
Según los investigadores, estos tipos estaban robando información de tarjetas de crédito como si fuera juego de niños. Se metían en la computadora de la víctima haciéndole creer que iba a solucionar algún trámite con el banco, Correos o incluso Kolbi. ¡Imagínate la cara del pobre cuando resulta que le han vaciado la cuenta!
El brete empezó a destaparse hace unos meses, cuando empezaron a llover las denuncias. Más de treinta personas reportaron haber sido víctimas de este engaño, y el daño podría estar rondando los ¢60 millones. ¡Y eso nomás de las denuncias que sí se hicieron, quien sabe cuántos más quedaron calladitos por pena o miedo!
Pero la cosa no termina ahí, porque los bancos involucrados estiman que la afectación podría subir hasta los ¢400 millones. Esto significa que toda la lana que tenían guardada pa’ la jubilación o pa' mandar a los hijos al colegio, ¡puff!, se esfumó gracias a estos rateros habilidosos.
Lo curioso es cómo gastaban el fruto de sus fechorías. Según el OIJ, primero se llenaban las billeteras virtuales con el dinero robado y luego se compraban cosas como licor, celulares, computadoras… ¡hasta una caseta prefabricada! ¿Se imaginan la fiestaza que debieron echar con esa plata?
El OIJ ya capturó a cuatro implicados: dos orientales que fueron sorprendidos comprando licor con una tarjeta clonada por más de millón y medio de colones, y otros dos sospechosos que andaban dando vueltas. A uno de los extranjeros ya le cayeron seis meses de prisional preventiva, mientras que a los otros les pusieron otras medidas precautorias, por aquello de andar tramando algo más.
A pesar de estas capturas iniciales, la banda siguió funcionando como si nada, adquiriendo joyas de oro y aparatos electrónicos de última generación. Parece que tienen contactos por todos lados y no les importa meterse en problemas. ¡Estos tipos son más listos que el hambre!
Ahora, la pregunta que nos queda es: ¿Cómo podemos protegernos de estas estafas online y evitar que nos conviertan en víctimas de estos chapuceros? ¡Contáctanos en el foro con tus consejos y experiencias! Compartamos ideas para mantener nuestro patrimonio a salvo y darle una lección a estos delincuentes.
Según los investigadores, estos tipos estaban robando información de tarjetas de crédito como si fuera juego de niños. Se metían en la computadora de la víctima haciéndole creer que iba a solucionar algún trámite con el banco, Correos o incluso Kolbi. ¡Imagínate la cara del pobre cuando resulta que le han vaciado la cuenta!
El brete empezó a destaparse hace unos meses, cuando empezaron a llover las denuncias. Más de treinta personas reportaron haber sido víctimas de este engaño, y el daño podría estar rondando los ¢60 millones. ¡Y eso nomás de las denuncias que sí se hicieron, quien sabe cuántos más quedaron calladitos por pena o miedo!
Pero la cosa no termina ahí, porque los bancos involucrados estiman que la afectación podría subir hasta los ¢400 millones. Esto significa que toda la lana que tenían guardada pa’ la jubilación o pa' mandar a los hijos al colegio, ¡puff!, se esfumó gracias a estos rateros habilidosos.
Lo curioso es cómo gastaban el fruto de sus fechorías. Según el OIJ, primero se llenaban las billeteras virtuales con el dinero robado y luego se compraban cosas como licor, celulares, computadoras… ¡hasta una caseta prefabricada! ¿Se imaginan la fiestaza que debieron echar con esa plata?
El OIJ ya capturó a cuatro implicados: dos orientales que fueron sorprendidos comprando licor con una tarjeta clonada por más de millón y medio de colones, y otros dos sospechosos que andaban dando vueltas. A uno de los extranjeros ya le cayeron seis meses de prisional preventiva, mientras que a los otros les pusieron otras medidas precautorias, por aquello de andar tramando algo más.
A pesar de estas capturas iniciales, la banda siguió funcionando como si nada, adquiriendo joyas de oro y aparatos electrónicos de última generación. Parece que tienen contactos por todos lados y no les importa meterse en problemas. ¡Estos tipos son más listos que el hambre!
Ahora, la pregunta que nos queda es: ¿Cómo podemos protegernos de estas estafas online y evitar que nos conviertan en víctimas de estos chapuceros? ¡Contáctanos en el foro con tus consejos y experiencias! Compartamos ideas para mantener nuestro patrimonio a salvo y darle una lección a estos delincuentes.