¡Ay, Dios mío! El Ministerio Público nos soltó la bomba este viernes: agarraron a dos tipos que estaban en la mira de los yanquis por temas de narcotráfico. Movieron toda la planilla la Fiscalía y la DEA para lograr estas capturas, y ahora el Tribunal Penal del I Circuito Judicial de San José ya dio luz verde a las extradicciones. Esto huele a bronca internacional, diay.
La movida empezó hace unos meses, allá por abril pasado, cuando la policía recibió un soplon sobre una banda dedicada a mandar droga, específicamente metanfetamina, directo pa’ Estados Unidos. Al parecer, esta organización tenía su base de operaciones aquí mismo, en San José. Y los que andaban al mando, según dicen los americanos, son Morales Araya, alias “Beto”, un vato nuestro, y un colombiano llamado Cuesta. Que se preparen, porque esto no va a ser fácil para ellos.
Lo que contaron desde el Tribunal de Distrito de Florida es que “Beto” era el cerebro detrás de todo, el que negociava las ventas y organizaba cómo sacar la droga del país. Parece que él se encargaba de todo el rollo logístico acá adentro, mientras que Cuesta estaba a cargo de entregar la mercancía y recoger el dinero. Una dupla peligrosa, definitivamente. ¡Qué carga!
Y no es cualquier cosita, chunches. Según la investigación, estos dos tipos le vendieron un buen cargamento de metanfetamina a un agente encubierto el 2 de mayo del año pasado. ¡Un kilito por $3.800! Y luego, intentaron hacer otra entrega, pero la cosa se fue al traste. No llegaron a ningún acuerdo y terminaron siendo vigilados por la policía mientras pasaban paquetitos a alguien más. ¡Imagínate el susto que se comieron!
Al final, encontraron 47 paquetes de metanfetamina, cada uno pesando alrededor de un kilo, escondidos en el carro de un tercero que también terminó arrestado. Por eso, tanto Morales como Cuesta están ahora en la cárcel, esperando que avance el juicio contra ellos acá en Costa Rica. Que no crean que se van a salir con la suya, bretes así no quedan impunes.
Esto nos pone a pensar, ¿verdad? Costa Rica sigue siendo un punto clave para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, a pesar de todos los esfuerzos que hacemos. Nos estamos convirtiendo en una especie de puente para estas organizaciones criminales. Y eso no es precisamente el atractivo turístico que queremos proyectar, ¿eh?
Más allá de la captura de estos dos individuos, este caso levanta muchas banderas rojas. Necesitamos fortalecer la cooperación internacional, mejorar nuestros sistemas de inteligencia y, sobre todo, atacar las causas profundas que impulsan a tanta gente a involucrarse en este tipo de actividades ilegales. Porque mientras haya demanda de drogas, siempre habrá quienes estén dispuestos a traficarlas. Este es un problema que requiere soluciones a largo plazo, no solo operativos ocasionales.
En fin, parece que este caso apenas comienza y promete dar mucho de qué hablar. ¿Será que esta captura servirá para desarticular toda la red criminal o simplemente es quitarle dos peces gordos del agua y aparecerán otros para ocupar su lugar? ¿Creen que Costa Rica está haciendo lo suficiente para combatir el narcotráfico y proteger nuestras fronteras?
La movida empezó hace unos meses, allá por abril pasado, cuando la policía recibió un soplon sobre una banda dedicada a mandar droga, específicamente metanfetamina, directo pa’ Estados Unidos. Al parecer, esta organización tenía su base de operaciones aquí mismo, en San José. Y los que andaban al mando, según dicen los americanos, son Morales Araya, alias “Beto”, un vato nuestro, y un colombiano llamado Cuesta. Que se preparen, porque esto no va a ser fácil para ellos.
Lo que contaron desde el Tribunal de Distrito de Florida es que “Beto” era el cerebro detrás de todo, el que negociava las ventas y organizaba cómo sacar la droga del país. Parece que él se encargaba de todo el rollo logístico acá adentro, mientras que Cuesta estaba a cargo de entregar la mercancía y recoger el dinero. Una dupla peligrosa, definitivamente. ¡Qué carga!
Y no es cualquier cosita, chunches. Según la investigación, estos dos tipos le vendieron un buen cargamento de metanfetamina a un agente encubierto el 2 de mayo del año pasado. ¡Un kilito por $3.800! Y luego, intentaron hacer otra entrega, pero la cosa se fue al traste. No llegaron a ningún acuerdo y terminaron siendo vigilados por la policía mientras pasaban paquetitos a alguien más. ¡Imagínate el susto que se comieron!
Al final, encontraron 47 paquetes de metanfetamina, cada uno pesando alrededor de un kilo, escondidos en el carro de un tercero que también terminó arrestado. Por eso, tanto Morales como Cuesta están ahora en la cárcel, esperando que avance el juicio contra ellos acá en Costa Rica. Que no crean que se van a salir con la suya, bretes así no quedan impunes.
Esto nos pone a pensar, ¿verdad? Costa Rica sigue siendo un punto clave para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, a pesar de todos los esfuerzos que hacemos. Nos estamos convirtiendo en una especie de puente para estas organizaciones criminales. Y eso no es precisamente el atractivo turístico que queremos proyectar, ¿eh?
Más allá de la captura de estos dos individuos, este caso levanta muchas banderas rojas. Necesitamos fortalecer la cooperación internacional, mejorar nuestros sistemas de inteligencia y, sobre todo, atacar las causas profundas que impulsan a tanta gente a involucrarse en este tipo de actividades ilegales. Porque mientras haya demanda de drogas, siempre habrá quienes estén dispuestos a traficarlas. Este es un problema que requiere soluciones a largo plazo, no solo operativos ocasionales.
En fin, parece que este caso apenas comienza y promete dar mucho de qué hablar. ¿Será que esta captura servirá para desarticular toda la red criminal o simplemente es quitarle dos peces gordos del agua y aparecerán otros para ocupar su lugar? ¿Creen que Costa Rica está haciendo lo suficiente para combatir el narcotráfico y proteger nuestras fronteras?