La capital sigue mordiéndose las uñas mientras la Cruz Roja mantiene sin descanso la búsqueda del pequeño de cinco años que desapareció hace cuatro días al caer en una alcantarilla en Purral de Goicoechea. La situación, que parecía sacada de una novela, ha movilizado a decenas de voluntarios, equipos especializados y ha puesto a toda la comunidad en alerta máxima. ¡Qué torta esto!
El incidente ocurrió el viernes pasado cuando el niño, identificado como Sebastián, regresaba del kínder acompañado de su tía. Según relató la familiar a Extra Noticias, el menor resbaló accidentalmente cerca de una boca de registro, perdiendo el equilibrio y cayendo al interior de la red de alcantarillas. Desde entonces, la zona ha sido foco de intensa actividad, con excavaciones y rastreos constantes.
Las primeras horas fueron cruciales, pero la tarea no ha resultado fácil. El complicado sistema de túneles subterráneos, sumado a la acumulación de basura y desechos que obstruyen el paso, dificulta enormemente la labor de los rescatistas. “Estamos trabajando contra el tiempo, pero la cantidad de material acumulado allá abajo es impresionante”, comentó un miembro del equipo de rescate, visiblemente agotado.
El hallazgo de una prenda de vestir que presuntamente pertenece a Sebastián generó un rayito de esperanza entre sus familiares y vecinos. Aunque aún no se puede confirmar si realmente es suya, la familia asegura que coincide con la ropa que llevaba puesta el niño el día de su desaparición. Este detalle, aunque mínimo, les permite aferrarse a la posibilidad de encontrarlo sano y salvo.
“Es horrible verlos pasar por esto, simplemente horrible,” nos cuenta Doña Rosa, vecina del sector, quien ha permanecido atenta a los acontecimientos desde el primer momento. “Sebastián es un niño muy alegre, siempre anda jugando en la calle. Que le pase esto a él… ¡qué sal!”, exclama con evidente angustia.
Expertos en gestión de riesgos consultados por este medio señalan que la infraestructura de alcantarillado de muchas zonas suburbanas de nuestro país presenta deficiencias estructurales y problemas de mantenimiento. Esto, lamentablemente, aumenta el riesgo de accidentes como este. Hay que recordar que las lluvias intensas arrastran mucha basura, lo cual empeora la situación y complica las labores de búsqueda.
Mientras tanto, las autoridades locales han prometido reforzar los controles y realizar inspecciones más rigurosas a las redes de drenaje en otras áreas vulnerables de la provincia de San José. Se habla incluso de implementar medidas correctivas a corto plazo, como la instalación de rejas protectoras en las bocas de registro más peligrosas, aunque muchos consideran que estas acciones deberían haberse tomado mucho antes. La realidad es que esta tragedia pone sobre la mesa la necesidad urgente de mejorar la seguridad vial y prevenir futuros incidentes similares, pues esta vara nos afecta a todos.
La búsqueda continúa, pero la incertidumbre pesa sobre la familia y la comunidad entera. Con el corazón en la mano esperamos buenas noticias, pero nos preguntamos: ¿Qué medidas concretas debemos tomar para evitar que tragedias como esta se repitan en otros barrios de Costa Rica?
El incidente ocurrió el viernes pasado cuando el niño, identificado como Sebastián, regresaba del kínder acompañado de su tía. Según relató la familiar a Extra Noticias, el menor resbaló accidentalmente cerca de una boca de registro, perdiendo el equilibrio y cayendo al interior de la red de alcantarillas. Desde entonces, la zona ha sido foco de intensa actividad, con excavaciones y rastreos constantes.
Las primeras horas fueron cruciales, pero la tarea no ha resultado fácil. El complicado sistema de túneles subterráneos, sumado a la acumulación de basura y desechos que obstruyen el paso, dificulta enormemente la labor de los rescatistas. “Estamos trabajando contra el tiempo, pero la cantidad de material acumulado allá abajo es impresionante”, comentó un miembro del equipo de rescate, visiblemente agotado.
El hallazgo de una prenda de vestir que presuntamente pertenece a Sebastián generó un rayito de esperanza entre sus familiares y vecinos. Aunque aún no se puede confirmar si realmente es suya, la familia asegura que coincide con la ropa que llevaba puesta el niño el día de su desaparición. Este detalle, aunque mínimo, les permite aferrarse a la posibilidad de encontrarlo sano y salvo.
“Es horrible verlos pasar por esto, simplemente horrible,” nos cuenta Doña Rosa, vecina del sector, quien ha permanecido atenta a los acontecimientos desde el primer momento. “Sebastián es un niño muy alegre, siempre anda jugando en la calle. Que le pase esto a él… ¡qué sal!”, exclama con evidente angustia.
Expertos en gestión de riesgos consultados por este medio señalan que la infraestructura de alcantarillado de muchas zonas suburbanas de nuestro país presenta deficiencias estructurales y problemas de mantenimiento. Esto, lamentablemente, aumenta el riesgo de accidentes como este. Hay que recordar que las lluvias intensas arrastran mucha basura, lo cual empeora la situación y complica las labores de búsqueda.
Mientras tanto, las autoridades locales han prometido reforzar los controles y realizar inspecciones más rigurosas a las redes de drenaje en otras áreas vulnerables de la provincia de San José. Se habla incluso de implementar medidas correctivas a corto plazo, como la instalación de rejas protectoras en las bocas de registro más peligrosas, aunque muchos consideran que estas acciones deberían haberse tomado mucho antes. La realidad es que esta tragedia pone sobre la mesa la necesidad urgente de mejorar la seguridad vial y prevenir futuros incidentes similares, pues esta vara nos afecta a todos.
La búsqueda continúa, pero la incertidumbre pesa sobre la familia y la comunidad entera. Con el corazón en la mano esperamos buenas noticias, pero nos preguntamos: ¿Qué medidas concretas debemos tomar para evitar que tragedias como esta se repitan en otros barrios de Costa Rica?