¡Ay, Dios mío! Esto sí que fue movidito ayer en Dulce Nombre de Cartago. Imagínate la escena: la mañana tranquila interrumpida por un enjambre de abejas enfurecidas que echaron a correr a los estudiantes del Colegio Técnico Profesional. Un susto de esos que te dejan temblando, diay.
Al parecer, todo empezó cuando algunos estudiantes reportaron ver un montón de abejas revoloteando cerca del colegio. Víctor Hugo Orozco, el jefe del DRE de Cartago, nos contó que inmediatamente se activó el protocolo. No mames, ¡imagínate tener que avisarle a todos los profes para que metan a los muchachos adentro mientras llegan los bomberos! Un brete eso, mándale saludos a los maestros.
Lo primero que hicieron fue pedirle a los profesores que mantuvieran a los alumnos dentro de las aulas, con las puertas y ventanas bien cerradas. ¡Más rápido que Willy Fortuna huyendo de Hacienda! Luego, llamaron al 9-1-1 porque esto ya estaba saliendo de manos. Y ahí llegaron los bomberos y la Cruz Roja, listos para enfrentar al enemigo número uno: las abejas africanizadas. ¡Con razón le tienen miedo a esas cosas!
En total, atendieron a unos treinta estudiantes, ¡una barbaridad! Afortunadamente, solo dos tuvieron que ir al hospital Max Peralta, en condición estable. Se les hizo unas valoraciones rapiditas y ya estaban tranquilos. Dicen que se llevaron un buen susto, pero nada grave. Lo importante es que todos están bien, aunque seguro algunos ahora miran a las abejas con otros ojos, ¡qué carga!
Orozco confirmó que los bomberos lograron controlar la situación rápidamente, pero esto dejó varias preguntas en el aire. ¿Cómo llegó el enjambre hasta el colegio? ¿Había alguna colmena escondida cerca? Eso nadie lo sabe todavía, pero esperamos que las autoridades hagan una investigación para evitar que esto vuelva a pasar. Porque ni modo que estemos siempre corriendo de las abejas, ¡esto es Costa Rica, no África!
Muchos padres expresaron su preocupación y agradecimiento hacia las autoridades por la rápida respuesta. Algunos incluso comentaban que deberían poner más señalización en el área para advertir sobre la presencia de abejas. Ya saben cómo es, hay que estar precavido en estos casos. Y claro, también hubo quienes dijeron que esto es producto del cambio climático, que las abejas andan más alteradas que nunca. ¡Ya ven qué vara!
Este incidente nos recuerda la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad. Aunque las abejas forman parte de nuestro ecosistema, es fundamental tomar medidas para proteger nuestra seguridad. Y claro, también nos da pie a reflexionar sobre cómo estamos impactando el medio ambiente, porque quizás las abejas estén reaccionando a nuestros errores. Uno piensa... Además, recordar a los jóvenes de cartago que si bien es bueno cuidar de la naturaleza, es mejor mantenerse alejado de posibles ataques, porque el picor de una abeja irritada no es divertido, ¡ni pedo!
Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que es suficiente con los protocolos de emergencia actuales para proteger a los estudiantes en caso de incidentes similares? ¿Deberíamos exigir mayores medidas de prevención por parte de las autoridades educativas y municipales, o simplemente es un riesgo que debemos asumir como parte de vivir en un país tropical?
Al parecer, todo empezó cuando algunos estudiantes reportaron ver un montón de abejas revoloteando cerca del colegio. Víctor Hugo Orozco, el jefe del DRE de Cartago, nos contó que inmediatamente se activó el protocolo. No mames, ¡imagínate tener que avisarle a todos los profes para que metan a los muchachos adentro mientras llegan los bomberos! Un brete eso, mándale saludos a los maestros.
Lo primero que hicieron fue pedirle a los profesores que mantuvieran a los alumnos dentro de las aulas, con las puertas y ventanas bien cerradas. ¡Más rápido que Willy Fortuna huyendo de Hacienda! Luego, llamaron al 9-1-1 porque esto ya estaba saliendo de manos. Y ahí llegaron los bomberos y la Cruz Roja, listos para enfrentar al enemigo número uno: las abejas africanizadas. ¡Con razón le tienen miedo a esas cosas!
En total, atendieron a unos treinta estudiantes, ¡una barbaridad! Afortunadamente, solo dos tuvieron que ir al hospital Max Peralta, en condición estable. Se les hizo unas valoraciones rapiditas y ya estaban tranquilos. Dicen que se llevaron un buen susto, pero nada grave. Lo importante es que todos están bien, aunque seguro algunos ahora miran a las abejas con otros ojos, ¡qué carga!
Orozco confirmó que los bomberos lograron controlar la situación rápidamente, pero esto dejó varias preguntas en el aire. ¿Cómo llegó el enjambre hasta el colegio? ¿Había alguna colmena escondida cerca? Eso nadie lo sabe todavía, pero esperamos que las autoridades hagan una investigación para evitar que esto vuelva a pasar. Porque ni modo que estemos siempre corriendo de las abejas, ¡esto es Costa Rica, no África!
Muchos padres expresaron su preocupación y agradecimiento hacia las autoridades por la rápida respuesta. Algunos incluso comentaban que deberían poner más señalización en el área para advertir sobre la presencia de abejas. Ya saben cómo es, hay que estar precavido en estos casos. Y claro, también hubo quienes dijeron que esto es producto del cambio climático, que las abejas andan más alteradas que nunca. ¡Ya ven qué vara!
Este incidente nos recuerda la importancia de estar preparados ante cualquier eventualidad. Aunque las abejas forman parte de nuestro ecosistema, es fundamental tomar medidas para proteger nuestra seguridad. Y claro, también nos da pie a reflexionar sobre cómo estamos impactando el medio ambiente, porque quizás las abejas estén reaccionando a nuestros errores. Uno piensa... Además, recordar a los jóvenes de cartago que si bien es bueno cuidar de la naturaleza, es mejor mantenerse alejado de posibles ataques, porque el picor de una abeja irritada no es divertido, ¡ni pedo!
Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que es suficiente con los protocolos de emergencia actuales para proteger a los estudiantes en caso de incidentes similares? ¿Deberíamos exigir mayores medidas de prevención por parte de las autoridades educativas y municipales, o simplemente es un riesgo que debemos asumir como parte de vivir en un país tropical?