¡Ay, Dios mío! La diputada Ada Acuña, fiera del PPSD, vivió un chapuzón inesperado el viernes pasado. Resulta que le hicieron un quite bien duro en el carro oficial, dejándola sin celular, computador y hasta sin sus credititos y documentos. ¡Un papelón!
Según nos cuentan, la diputada estaba metida en una jornada cívica en el Colegio Técnico de Talamanca, tratando de echarle un ojo a la comunidad y hacer sentir a la gente que sí les importa lo que pasa. Pero parece que algunos aprovecharon la distracción para meterle mano a sus cosas.
Lo que pasó, según la propia diputada, es que mientras ella andaba ahí platicando y echando relajo, unos barras pillaron la oportunidad para vaciarle el carro. No precisamente buscando fe, sino pa’ llevarse lo que fuera a pedorrar. Dicen que aprovecharon el momento en que había mucha gente alrededor para no levantar sospechas. ¡Qué maquina!
La diputada, obviamente desconcertada, no tardó en ponerle el aviso a toda la gente a través de un comunicado. Se puso bien seria explicando que hay que estar alerta porque ahora cualquier tipo puede andar por ahí haciéndose pasar por ella pa' sacarles feria. “Es importante alertar sobre posibles intentos de suplantación de identidad, estafas y transacciones ilícitas”, escribió en su nota. Uno se queda pensando cómo estos delincuentes se atreven a faltarle al respeto así a los representantes del pueblo.
Y hablando de eso, la verdad es que esto me hace pensar qué tan seguros estamos realmente nuestros funcionarios públicos. Si a una diputada, con todos los recursos y protección que tiene, le pueden hacer una jugada así a plena luz del día, ¿qué seguridad tenemos nosotros los ciudadanos comunes y corrientes?
Ahora, lo que más preocupa es cómo van a tratar de usar sus datos personales. Imagínate, te mandan un mensaje diciendo que te ganaste un premio gordo y te piden los números de tarjeta... ¡Ojo abierto, pura banda! Hay que andar con lupa y desconfiar de todo el mundo, porque la delincuencia está más astuta que zorro.
Además, este caso abre un debate importante sobre la seguridad de los vehículos oficiales. ¿Deberían tener sistemas de rastreo GPS, alarmas más sofisticadas, o incluso guardias de seguridad permanentes? Porque a este paso, cualquiera se anda encontrando con una sorpresa desagradable. Y no es justo que tengan que vivir con ese miedo constante, ¡ni mucho menos que nosotros tengamos que pagar por eso!
Este robo a la diputada Acuña nos recuerda que la inseguridad es una vara que afecta a todos los costarricenses, desde el mae más humilde hasta el funcionario público más alto rango. Pero bueno, al final, ¿cree usted que el Estado debería invertir más en seguridad para proteger a sus funcionarios, o sería mejor enfocarse en mejorar la seguridad ciudadana en general para que todos podamos sentirnos más tranquilos? ¡Déjenme saber qué piensan en los comentarios!
Según nos cuentan, la diputada estaba metida en una jornada cívica en el Colegio Técnico de Talamanca, tratando de echarle un ojo a la comunidad y hacer sentir a la gente que sí les importa lo que pasa. Pero parece que algunos aprovecharon la distracción para meterle mano a sus cosas.
Lo que pasó, según la propia diputada, es que mientras ella andaba ahí platicando y echando relajo, unos barras pillaron la oportunidad para vaciarle el carro. No precisamente buscando fe, sino pa’ llevarse lo que fuera a pedorrar. Dicen que aprovecharon el momento en que había mucha gente alrededor para no levantar sospechas. ¡Qué maquina!
La diputada, obviamente desconcertada, no tardó en ponerle el aviso a toda la gente a través de un comunicado. Se puso bien seria explicando que hay que estar alerta porque ahora cualquier tipo puede andar por ahí haciéndose pasar por ella pa' sacarles feria. “Es importante alertar sobre posibles intentos de suplantación de identidad, estafas y transacciones ilícitas”, escribió en su nota. Uno se queda pensando cómo estos delincuentes se atreven a faltarle al respeto así a los representantes del pueblo.
Y hablando de eso, la verdad es que esto me hace pensar qué tan seguros estamos realmente nuestros funcionarios públicos. Si a una diputada, con todos los recursos y protección que tiene, le pueden hacer una jugada así a plena luz del día, ¿qué seguridad tenemos nosotros los ciudadanos comunes y corrientes?
Ahora, lo que más preocupa es cómo van a tratar de usar sus datos personales. Imagínate, te mandan un mensaje diciendo que te ganaste un premio gordo y te piden los números de tarjeta... ¡Ojo abierto, pura banda! Hay que andar con lupa y desconfiar de todo el mundo, porque la delincuencia está más astuta que zorro.
Además, este caso abre un debate importante sobre la seguridad de los vehículos oficiales. ¿Deberían tener sistemas de rastreo GPS, alarmas más sofisticadas, o incluso guardias de seguridad permanentes? Porque a este paso, cualquiera se anda encontrando con una sorpresa desagradable. Y no es justo que tengan que vivir con ese miedo constante, ¡ni mucho menos que nosotros tengamos que pagar por eso!
Este robo a la diputada Acuña nos recuerda que la inseguridad es una vara que afecta a todos los costarricenses, desde el mae más humilde hasta el funcionario público más alto rango. Pero bueno, al final, ¿cree usted que el Estado debería invertir más en seguridad para proteger a sus funcionarios, o sería mejor enfocarse en mejorar la seguridad ciudadana en general para que todos podamos sentirnos más tranquilos? ¡Déjenme saber qué piensan en los comentarios!
