No, nosostros no hemos legitimado esa clase de violencia. Ese argumento fue sostenido por los marxistas desde los años 60 en que se dieron los procesos revolucionarios en todo el continente, que la violencia era necesaria y que la sociedad arrinconaba a la clase trabajadora hacia la violencia. Ya sabemos en que terminó y como fracasó.
El punto es diferente, a través de todos estos años se ha ido llevando una doctrina abolicionasta en Derecho según la cual la causa de que hayan maleantes es la sociedad misma. Es decir, los pobrecitos hampones no tienen la culpa, sino que es la sociedad que lo hace. Esto tiene un origen en las concepciones marxistas de estado y su relación con las luchas de clases. El llamado Materialismo Histórico enmarcaba estos grupos en los "lumpen-proletariado" y lo marcaban como un producto propio del capitalismo, que desaparecerían con el advenimiento del Comunismo y con ello un "nuevo hombre" tal como lo predica en el Manifiesto Comunista el dueto Marx-Engels.
La policía de Costa Rica no necesitó ser reeducada, aún más, antes era más civilista y honesta. Su madre o su abuela pueden contarle que el policía era el amigo, el que cuidaba el barrio. Luego entró la corrupción en las fuerzas policiales, por tanto no es cierto que hubo una reeducación de la "fuerza pública". Lo que se esconde atrás es "salvar el lomo" porque se han ido acumulando interpretaciones, resoluciones y jurisprudencia que defienden al delincuente sobre todo, incluso sobre la víctima. Así, todo policía sabe que si mata a un maleante (aún en legítima defensa) tendrá que tener largos y molestos procesos, que conducen casi siempre a la cárcel o la pérdida del empleo. Los ministros de Seguridad saben bien que si la policía ataca a un grupo violento, la prensa lo despedaza a él y no a los verdaderos infractores.
Por otra parte, cualquier país por más civilizado que sea, no puede permitir la violencia en las calles, debe actuar con fuerza e inmediatamente, porque de ello depende la seguridad del resto de la población. El Estado debe garantizar el libre tránsito y con esto queremos decir también el tránsito en paz. Una persona va por las calles indefensa y solo deberá confiar en que el Estado le tiene las condiciones para salvaguardar su integridad física y sus bienes.
Cuando hay una manifestación pacífica la policía no tiene que intervenir pero sí debe hacerlo cuando se desatan actos de violencia tan deplorables como el ocurrido.
Yo le pregunto: en ALCOA los manifestantes quemaron carros, de personas inocentes que tan solo habían parqueado en el centro de San José, por Cuesta de Moras. ¿Según su punto de vista la policía no tenía que intervenir a defender los bienes de los transeúntes y de los choferes?
