¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un despiche monumental. Un grupo de nuestros paisanos, que llevaban años sudando la camiseta y preparándose para representar a Costa Rica en la Copa Mundial de Fútbol 7 en Roma, Italia, han ido a dar con una torta bien grande. Al parecer, una agencia de viajes les echó arena a los ojos, dejando varados sus sueños futbolísticos y con las billeteras bastante ligeras.
Estos jugadores, que ya tienen experiencia acumulada tras competir en torneos internacionales en Ecuador, Perú, Colombia y Panamá – ¡ese brete les ha costado sudor y lágrimas! –, estaban emocionadísimos por darle una alegría al país en Europa. Se trataba de un equipo amateur, sí, pero con una pasión descomunal y el deseo genuino de demostrar de qué estaban hechos los ticos. Entre ellos, ni más ni menos que “El Zorro” Hernández Valverde, figura histórica del fútbol costarricense y campeón mundial juvenil. ¡Imagínense la decepción!
Según cuentan los afectados, negociaron con una agencia llamada, pues, según fuentes, Levell Álvarez, quien les prometió el viaje completo a Roma, incluyendo vuelos, alojamiento y transporte. Pagaron la suma total, cerca de 850 mil colones por cabeza, lo que suma un golpe económico de más de 20 millones de colones para el grupo entero. ¡Una barbaridad! Uno se queda pensando cómo pudieron caer en semejante embrollo, pero parece que la confianza jugó malas pasadas.
Pero ahí no acabó el problema. Cuando intentaron presentar el check-in en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, este domingo 21 de septiembre, se dieron cuenta de que no existían boletos ni reservaciones. La pesadilla apenas comenzaba. La agencia, según afirman, comenzó a echarles culpas a una aerolínea española, alegando problemas técnicos. Sin embargo, al contactar directamente a Iberia, descubrieron la cruda realidad: ¡las reservas jamás fueron pagadas!
“Iberia nos dijo que efectivamente esa persona hizo una reserva, pero como no hizo el pago, automáticamente a las 24 horas se anuló. Resultó que él nos mandó pantallazos de reservas falsas, donde decía que sí había cancelado”, explicaron con frustración algunos de los deportistas. ¡Imagínense el enganazo! Te pasan esos pantallazos creyendo que todo está listo y al final te das cuenta de que te llevaron del aro.
Ante esta situación lamentable, el equipo decidió poner la denuncia correspondiente ante el Primer Circuito Judicial de San José, buscando desesperadamente recuperar el dinero que perdieron. Es una batalla cuesta arriba, pero confían en que la justicia actuará a su favor. Muchos de estos jugadores tuvieron que hacer sacrificios enormes, ahorrar durante meses e incluso pedir prestado para poder cumplir este sueño. ¡Qué salado!
“Es una impotencia, una frustración… a la vez molestia,” confesó “El Zorro” Hernández, visiblemente afectado. “Somos amateurs, pero era un sueño para muchos. Nos sentimos estafados, claro que sí”. Relató cómo sintió primero impotencia y luego mucha molestia ante toda la situación. Este brete ha dejado huella en todos los integrantes del equipo, quienes ahora deben lidiar con la pérdida económica y la decepción de ver truncado su anhelo.
Ahora, queridos lectores, me pregunto: ¿Cómo podemos proteger mejor a nuestros atletas y deportistas de estas prácticas fraudulentas? ¿Deberíamos exigir regulaciones más estrictas para las agencias de viajes que ofrecen servicios deportivos? ¿Y qué medidas pueden tomar los deportistas para evitar caer víctimas de este tipo de estafas?
Estos jugadores, que ya tienen experiencia acumulada tras competir en torneos internacionales en Ecuador, Perú, Colombia y Panamá – ¡ese brete les ha costado sudor y lágrimas! –, estaban emocionadísimos por darle una alegría al país en Europa. Se trataba de un equipo amateur, sí, pero con una pasión descomunal y el deseo genuino de demostrar de qué estaban hechos los ticos. Entre ellos, ni más ni menos que “El Zorro” Hernández Valverde, figura histórica del fútbol costarricense y campeón mundial juvenil. ¡Imagínense la decepción!
Según cuentan los afectados, negociaron con una agencia llamada, pues, según fuentes, Levell Álvarez, quien les prometió el viaje completo a Roma, incluyendo vuelos, alojamiento y transporte. Pagaron la suma total, cerca de 850 mil colones por cabeza, lo que suma un golpe económico de más de 20 millones de colones para el grupo entero. ¡Una barbaridad! Uno se queda pensando cómo pudieron caer en semejante embrollo, pero parece que la confianza jugó malas pasadas.
Pero ahí no acabó el problema. Cuando intentaron presentar el check-in en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría, este domingo 21 de septiembre, se dieron cuenta de que no existían boletos ni reservaciones. La pesadilla apenas comenzaba. La agencia, según afirman, comenzó a echarles culpas a una aerolínea española, alegando problemas técnicos. Sin embargo, al contactar directamente a Iberia, descubrieron la cruda realidad: ¡las reservas jamás fueron pagadas!
“Iberia nos dijo que efectivamente esa persona hizo una reserva, pero como no hizo el pago, automáticamente a las 24 horas se anuló. Resultó que él nos mandó pantallazos de reservas falsas, donde decía que sí había cancelado”, explicaron con frustración algunos de los deportistas. ¡Imagínense el enganazo! Te pasan esos pantallazos creyendo que todo está listo y al final te das cuenta de que te llevaron del aro.
Ante esta situación lamentable, el equipo decidió poner la denuncia correspondiente ante el Primer Circuito Judicial de San José, buscando desesperadamente recuperar el dinero que perdieron. Es una batalla cuesta arriba, pero confían en que la justicia actuará a su favor. Muchos de estos jugadores tuvieron que hacer sacrificios enormes, ahorrar durante meses e incluso pedir prestado para poder cumplir este sueño. ¡Qué salado!
“Es una impotencia, una frustración… a la vez molestia,” confesó “El Zorro” Hernández, visiblemente afectado. “Somos amateurs, pero era un sueño para muchos. Nos sentimos estafados, claro que sí”. Relató cómo sintió primero impotencia y luego mucha molestia ante toda la situación. Este brete ha dejado huella en todos los integrantes del equipo, quienes ahora deben lidiar con la pérdida económica y la decepción de ver truncado su anhelo.
Ahora, queridos lectores, me pregunto: ¿Cómo podemos proteger mejor a nuestros atletas y deportistas de estas prácticas fraudulentas? ¿Deberíamos exigir regulaciones más estrictas para las agencias de viajes que ofrecen servicios deportivos? ¿Y qué medidas pueden tomar los deportistas para evitar caer víctimas de este tipo de estafas?