¡Ay, Dios mío! Esto sí que salió pelao. Resulta que Recope, nuestra refinadora, anduvo patas arriba haciendo un operativo rumboso en Villa del Mar, Limón, y cayeron unos vándalos dedicándose a robarle el sustento a la empresa. Pero esto no es cualquier robo, no señor…
La movida toda empezó con una denuncia anónima que llegó al 1-0-0-2, esa línea donde puedes reportar cositas turbias. Según parece, alguien tenía un 'brete' montao con el combustible, almacenándolo como si fuera oro fino. Recope, rápido como un guepardo, mandó sus muchachos a verificar la info y… ¡boom!, encontraron la evidencia.
Detuvieron a una señora de apellidos Bell Jiménez, pero aquí viene la parte jugosa: la muchacha resulta ser hija de Gilbert Bell, alias ‘Macho Coca’, un tipo que ya anda medio conocido por estos lados por andar metido en cosas turbias con el combustible. El cabecita, como dicen los polis, ya ha tenido problemas con la ley, así que esto huele a podrido desde lejos.
Durante el operativo, que fue coordinado con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), decomisaron 1.250 litros de combustibles. Imagínate, ¡más de mil litros! Todo guardadito en seis estañones y tres pichingas, como si estuvieran escondiendo tesoros piratas. También cayó preso otro mae, un tal Poveda Vargas, así que parece que esto no era obra de un solo lobo solitario.
‘Macho Coca’, como les comentábamos, ya tuvo su roce con la justicia. Lo agarraron en octubre del año pasado por la misma vaina, y en marzo pasado le dieron seis meses de prisión. Parece que el asunto del robo de combustible es un ‘chunche’ familiar, diay… ¿Será que la manzana no cae muy lejos del árbol?
Esto nos lleva a preguntarnos qué tan bien estamos vigilando nuestros recursos nacionales. Que pasa con los controles de seguridad en las plantas de Recope? Es evidente que hay gente aprovechándose de la situación para llenarle los bolsillos a costa del país. Esta plata que roban, compadres, podría irse a mejorar las escuelas, hospitales, o incluso apoyar a las comunidades más necesitadas.
Y claro, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Quién está protegiendo a estos tipos? ¿Cómo es posible que puedan operar a plena vista sin que nadie los agarre antes? Seamos honestos, aquí en Costa Rica tenemos una cultura de impunidad que fomenta estas prácticas. Hay que darle duro a la corrupción y exigir transparencia a nuestros funcionarios públicos.
Ahora me pregunto, ¿crees que el sistema judicial es lo suficientemente severo para disuadir este tipo de delitos, o necesitamos medidas más drásticas para proteger nuestros recursos? ¿Qué opinas tú, compa, debería Recope invertir más en tecnología para prevenir robos o fortalecer la colaboración con el OIJ para identificar y desmantelar estas bandas? ¡Déjanos tu comentario!
La movida toda empezó con una denuncia anónima que llegó al 1-0-0-2, esa línea donde puedes reportar cositas turbias. Según parece, alguien tenía un 'brete' montao con el combustible, almacenándolo como si fuera oro fino. Recope, rápido como un guepardo, mandó sus muchachos a verificar la info y… ¡boom!, encontraron la evidencia.
Detuvieron a una señora de apellidos Bell Jiménez, pero aquí viene la parte jugosa: la muchacha resulta ser hija de Gilbert Bell, alias ‘Macho Coca’, un tipo que ya anda medio conocido por estos lados por andar metido en cosas turbias con el combustible. El cabecita, como dicen los polis, ya ha tenido problemas con la ley, así que esto huele a podrido desde lejos.
Durante el operativo, que fue coordinado con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), decomisaron 1.250 litros de combustibles. Imagínate, ¡más de mil litros! Todo guardadito en seis estañones y tres pichingas, como si estuvieran escondiendo tesoros piratas. También cayó preso otro mae, un tal Poveda Vargas, así que parece que esto no era obra de un solo lobo solitario.
‘Macho Coca’, como les comentábamos, ya tuvo su roce con la justicia. Lo agarraron en octubre del año pasado por la misma vaina, y en marzo pasado le dieron seis meses de prisión. Parece que el asunto del robo de combustible es un ‘chunche’ familiar, diay… ¿Será que la manzana no cae muy lejos del árbol?
Esto nos lleva a preguntarnos qué tan bien estamos vigilando nuestros recursos nacionales. Que pasa con los controles de seguridad en las plantas de Recope? Es evidente que hay gente aprovechándose de la situación para llenarle los bolsillos a costa del país. Esta plata que roban, compadres, podría irse a mejorar las escuelas, hospitales, o incluso apoyar a las comunidades más necesitadas.
Y claro, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Quién está protegiendo a estos tipos? ¿Cómo es posible que puedan operar a plena vista sin que nadie los agarre antes? Seamos honestos, aquí en Costa Rica tenemos una cultura de impunidad que fomenta estas prácticas. Hay que darle duro a la corrupción y exigir transparencia a nuestros funcionarios públicos.
Ahora me pregunto, ¿crees que el sistema judicial es lo suficientemente severo para disuadir este tipo de delitos, o necesitamos medidas más drásticas para proteger nuestros recursos? ¿Qué opinas tú, compa, debería Recope invertir más en tecnología para prevenir robos o fortalecer la colaboración con el OIJ para identificar y desmantelar estas bandas? ¡Déjanos tu comentario!
