¡Ay, Dios mío! La bronca que se armó en Coto Brus es de película. Un bebé de apenas un añito, fallecido en circunstancias terribles y ahora, los hermanos, de tres y diez años, buscando cómo asimilar semejante golpe. El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) los tiene bajo su ala, cuidándolos mientras la justicia hace lo suyo, porque esto huele a podrido hasta la punta.
Todo empezó cuando el pequeño fue llevado desde el hospital de San Vito al Nacional de Niños en San José. Dicen que ahí los médicos se percataron de que las heridas que tenía no cuadraban con lo que le estaban contando. Las lesiones eran muy graves, señores, y apuntaban directamente a un caso de síndrome del niño agredido, ¡una verdadera torta!
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) llegó al quite y se encargó de levantar el cuerpo del bebé, iniciando la investigación correspondiente. Pero la trama no termina ahí, porque la Fiscalía de Asuntos Indígenas, luego de evaluar toda la evidencia, decidió ampliar la investigación e incluir al papá, Ricardo Castillo Becker, en el ojo del huracán. Al parecer, no cuadran ni las historias, y quieren saber qué hacía el señor al momento de estos sucesos.
La mamá, Johana Jiménez Castillo, ya lleva tres meses tras las rejas, acusada de homicidio calificado. Cumpliendo preventiva, imagínate la angustia de la familia y lo complicado que es para todos, especialmente para esos hermanitos que se quedaron huérfanos de una forma cruel. Es triste ver cómo un hogar puede convertirse en un infierno, ¿eh?
Según fuentes cercanas a la investigación, la fiscalía quiere determinar si Castillo Becker estaba presente en el momento en que se cometieron las agresiones contra el niño. Estarán revisando llamadas, mensajes, testimonios... Todo lo que puedan encontrar para armar el rompecabezas completo. Que nadie escape, diay, la verdad siempre sale a la luz, aunque tarde un poquito.
En el hospital, se dieron cuenta de que las lesiones del bebé no se correspondían con la descripción de la madre. Esto despertó las alarmas de inmediato y activó los protocolos de protección infantil. Personal médico alertó a las autoridades competentes, sabiendo que algo andaba mal. El informe forense será crucial en este proceso judicial, ya que podría aportar pruebas contundentes sobre la causa de la muerte del pequeño.
El ambiente en Coto Brus está tenso, entre pena y temor. La comunidad está consternada por la pérdida de un inocente y preocupada por el bienestar de los otros niños. Se ha habilitado apoyo psicológico para los familiares y allegados de la víctima, brindándoles herramientas para afrontar este difícil momento. Que encuentren consuelo y fuerza para seguir adelante, porque la vida sigue, aunque con un vacío enorme.
Esta tragedia nos deja reflexionando sobre la importancia de la vigilancia y prevención en casos de violencia intrafamiliar. ¿Cómo podemos fortalecer los sistemas de alerta temprana y garantizar la seguridad de nuestros niños y niñas? ¿Deberíamos exigir más controles y supervisión en hogares donde existen indicios de riesgo? Dejemos sus opiniones abajo, vamos a darle caña al tema y buscar soluciones juntos para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir.
Todo empezó cuando el pequeño fue llevado desde el hospital de San Vito al Nacional de Niños en San José. Dicen que ahí los médicos se percataron de que las heridas que tenía no cuadraban con lo que le estaban contando. Las lesiones eran muy graves, señores, y apuntaban directamente a un caso de síndrome del niño agredido, ¡una verdadera torta!
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) llegó al quite y se encargó de levantar el cuerpo del bebé, iniciando la investigación correspondiente. Pero la trama no termina ahí, porque la Fiscalía de Asuntos Indígenas, luego de evaluar toda la evidencia, decidió ampliar la investigación e incluir al papá, Ricardo Castillo Becker, en el ojo del huracán. Al parecer, no cuadran ni las historias, y quieren saber qué hacía el señor al momento de estos sucesos.
La mamá, Johana Jiménez Castillo, ya lleva tres meses tras las rejas, acusada de homicidio calificado. Cumpliendo preventiva, imagínate la angustia de la familia y lo complicado que es para todos, especialmente para esos hermanitos que se quedaron huérfanos de una forma cruel. Es triste ver cómo un hogar puede convertirse en un infierno, ¿eh?
Según fuentes cercanas a la investigación, la fiscalía quiere determinar si Castillo Becker estaba presente en el momento en que se cometieron las agresiones contra el niño. Estarán revisando llamadas, mensajes, testimonios... Todo lo que puedan encontrar para armar el rompecabezas completo. Que nadie escape, diay, la verdad siempre sale a la luz, aunque tarde un poquito.
En el hospital, se dieron cuenta de que las lesiones del bebé no se correspondían con la descripción de la madre. Esto despertó las alarmas de inmediato y activó los protocolos de protección infantil. Personal médico alertó a las autoridades competentes, sabiendo que algo andaba mal. El informe forense será crucial en este proceso judicial, ya que podría aportar pruebas contundentes sobre la causa de la muerte del pequeño.
El ambiente en Coto Brus está tenso, entre pena y temor. La comunidad está consternada por la pérdida de un inocente y preocupada por el bienestar de los otros niños. Se ha habilitado apoyo psicológico para los familiares y allegados de la víctima, brindándoles herramientas para afrontar este difícil momento. Que encuentren consuelo y fuerza para seguir adelante, porque la vida sigue, aunque con un vacío enorme.
Esta tragedia nos deja reflexionando sobre la importancia de la vigilancia y prevención en casos de violencia intrafamiliar. ¿Cómo podemos fortalecer los sistemas de alerta temprana y garantizar la seguridad de nuestros niños y niñas? ¿Deberíamos exigir más controles y supervisión en hogares donde existen indicios de riesgo? Dejemos sus opiniones abajo, vamos a darle caña al tema y buscar soluciones juntos para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir.