¡Ay, Dios mío! Qué bronca, gente. La cosa anda turbia con el incendio que dejó a cinco personas fallecidas en el Hotel Oriental, allá por el barrio de Merced. Parece que esto no se resuelve tan rápido como para ir a comerse un casado tranquilo, ¿eh?
Como les cuento, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) todavía está escarbando para identificar a esas personas desafortunadas que perdieron la vida el 2 de octubre. Don Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, nos soltó la novedad después de 11 días, diciéndonos que son tres hombres y dos mujeres, pero todavía no saben bien quiénes son. ¡Imagínate la angustia de las familias!
El tipo explicó que el proceso es complicado porque, aunque la gente se registra con un nombre, no siempre es el verdadero. Por eso, ahora andan pidiendo resultados de ADN a los familiares más cercanos, pa’ confirmar de una vez por todas las identidades. Esperemos que eso se acelere, porque el tiempo corre y la familia necesita saber.
Ahora, la gran pregunta es: ¿cómo prendió ese fuego? Las autoridades judiciales están revisando todos los papeles y hablando con expertos para ver si fue un accidente o si alguien le hizo una jugada sucia. Dice don Randall que están esperando los informes de los bomberos y del OIJ mismo. Lo único claro es que todavía no tienen ni idea concreta, y vaya que necesitamos saberlo para evitar que algo así vuelva a pasar, ¿verdad?
El Cuerpo de Bomberos nos contó que trabajaron a toda máquina con el OIJ, recolectando pruebas en el lugar. Dicen que lograron sacar harta información, pero necesitan esos dictámenes finales para avanzar. Con razón las cosas van lentas, porque investigar un incendio así no es pan comido; hay que revisar cada detalle, cada chamaco, cada chispa… ¡una torta!
El Hotel Oriental, como muchos recordarán, quedó reducido a cenizas. Consumió casi 500 metros cuadrados del tercer piso, donde había cerca de 25 personas durmiendo. Muchos eran clientes que llevaban meses, incluso años, viviendo allí. Es una pena tremenda, porque ahí mucha gente encontraba refugio, aunque fuera precario. Hablando de eso, algunos dicen que la alerta llegó demasiado tarde y que el hotel no tenía los sistemas necesarios contra incendios. ¡Qué sal!
Y acá viene otra cosa rara: resulta que el hotel llevaba funcionando con todos sus permisos al día desde el 2016, según la Municipalidad de San José. Tenía licencia comercial, permiso sanitario y todo. Nadie lo veía como un lugar de cuartería, aunque algunos huéspedes vivieran ahí como si fueran súbditos. Dos veces lo revisaron en los últimos cinco años y todo estaba en regla. Eso da mucho que pensar, ¿no creen? ¿Cómo es posible que un negocio así esté operativo con todos los papeles en orden y luego ocurra una tragedia como esta?
En fin, esta historia está llena de preguntas sin respuesta. Una pérdida irreparable y muchas interrogantes sobre cómo pudo ocurrir todo esto. Pero dime, compa, tú qué opinas: ¿crees que las autoridades deberían haber inspeccionado el hotel con mayor frecuencia, o la responsabilidad recae en los dueños por no garantizar la seguridad de sus huéspedes? Déjanos tus ideas en los comentarios, queremos saber qué piensas sobre este asunto tan delicado.
Como les cuento, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) todavía está escarbando para identificar a esas personas desafortunadas que perdieron la vida el 2 de octubre. Don Randall Zúñiga, el jefe del OIJ, nos soltó la novedad después de 11 días, diciéndonos que son tres hombres y dos mujeres, pero todavía no saben bien quiénes son. ¡Imagínate la angustia de las familias!
El tipo explicó que el proceso es complicado porque, aunque la gente se registra con un nombre, no siempre es el verdadero. Por eso, ahora andan pidiendo resultados de ADN a los familiares más cercanos, pa’ confirmar de una vez por todas las identidades. Esperemos que eso se acelere, porque el tiempo corre y la familia necesita saber.
Ahora, la gran pregunta es: ¿cómo prendió ese fuego? Las autoridades judiciales están revisando todos los papeles y hablando con expertos para ver si fue un accidente o si alguien le hizo una jugada sucia. Dice don Randall que están esperando los informes de los bomberos y del OIJ mismo. Lo único claro es que todavía no tienen ni idea concreta, y vaya que necesitamos saberlo para evitar que algo así vuelva a pasar, ¿verdad?
El Cuerpo de Bomberos nos contó que trabajaron a toda máquina con el OIJ, recolectando pruebas en el lugar. Dicen que lograron sacar harta información, pero necesitan esos dictámenes finales para avanzar. Con razón las cosas van lentas, porque investigar un incendio así no es pan comido; hay que revisar cada detalle, cada chamaco, cada chispa… ¡una torta!
El Hotel Oriental, como muchos recordarán, quedó reducido a cenizas. Consumió casi 500 metros cuadrados del tercer piso, donde había cerca de 25 personas durmiendo. Muchos eran clientes que llevaban meses, incluso años, viviendo allí. Es una pena tremenda, porque ahí mucha gente encontraba refugio, aunque fuera precario. Hablando de eso, algunos dicen que la alerta llegó demasiado tarde y que el hotel no tenía los sistemas necesarios contra incendios. ¡Qué sal!
Y acá viene otra cosa rara: resulta que el hotel llevaba funcionando con todos sus permisos al día desde el 2016, según la Municipalidad de San José. Tenía licencia comercial, permiso sanitario y todo. Nadie lo veía como un lugar de cuartería, aunque algunos huéspedes vivieran ahí como si fueran súbditos. Dos veces lo revisaron en los últimos cinco años y todo estaba en regla. Eso da mucho que pensar, ¿no creen? ¿Cómo es posible que un negocio así esté operativo con todos los papeles en orden y luego ocurra una tragedia como esta?
En fin, esta historia está llena de preguntas sin respuesta. Una pérdida irreparable y muchas interrogantes sobre cómo pudo ocurrir todo esto. Pero dime, compa, tú qué opinas: ¿crees que las autoridades deberían haber inspeccionado el hotel con mayor frecuencia, o la responsabilidad recae en los dueños por no garantizar la seguridad de sus huéspedes? Déjanos tus ideas en los comentarios, queremos saber qué piensas sobre este asunto tan delicado.