¡Ay, Dios mío, qué pesar! La cristiandad entera está sacudida por la partida inesperada de Judith Morales Ortiz, una muchacha llena de talento y sueños. Esta jovencita, orgullo de Suretka y de toda Costa Rica, dejó este mundo de una manera que nos deja con la boca abierta y el corazón encogido. Parece mentira que alguien con tanto brío se haya ido así, tan pronto.
Morales, quien tenía apenas 23 añitos, era una figura emblemática en las Olimpiadas Especiales. Su destreza en las bochas la llevó a conquistar dos medallas de oro y una de bronce en los Juegos Mundiales de Abu Dabi en 2019. ¡Imagínate, una tica brillando a nivel mundial! Un logro que le daba alegría a todos nosotros y demostraba que, con esfuerzo y dedicación, podemos lograr cosas increíbles, aunque venga de donde venga uno. Este brete es duro de digerir.
Pero ahora, la alegría se ha transformado en luto. Las autoridades encontraron el cuerpo de Judith sin vida en una finca en Talamanca, junto al de un señor de nombre Matarrita Obando, de 61 años. Según las primeras investigaciones, parece que ambos habrían sido afectados por pesticidas, pero la cosa huele raro, ¿eh? El OIJ está trabajando a marchas forzadas para esclarecer los hechos, porque esto tiene pinta de olla, diay.
La finca, ubicada en la comunidad de Suretka, Limón, quedó sellada mientras los forenses realizan el papeleo correspondiente. Se dice que Judith y don Matarrita eran empleados de la propiedad, encargados de cuidarla. Pero, ¿qué hacían manipulando químicos peligrosos sin las medidas de seguridad adecuadas? Eso es lo que preocupa a muchos, y más aún considerando que hay niños pequeños en la comunidad.
Además, la situación económica de don Matarrita parece haber sido complicada. Algunos dicen que estaba pasando por momentos difíciles y hasta intercambió unos mensajes preocupantes con sus amigos. Esto levanta sospechas, pero no podemos sacar conclusiones precipitadas. Hay que esperar a que el OIJ termine su investigación y nos diga qué verdaderamente pasó en esa finca.
Lo que sí es seguro es que la noticia ha caído como una bomba en redes sociales. Olimpiadas Especiales Costa Rica y el Colegio Técnico Profesional de Talamanca han expresado su profundo dolor por la pérdida de Judith. ¿Cómo no sentir pena por una joven promesa que tenía todo el futuro por delante? Ella nos representa a todos los que vamos buscando nuestro camino, mostrando que con ganas se puede ir lejos, sin importar dónde uno nazca.
Y hablando de caminos, resulta que Judith y don Matarrita tenían programada una reunión con una junta local, a la cual no asistieron. ¿Será que estaban tratando de evitar algo? Esa vara no me queda clara y agrega un misterio más a esta tragedia. Además, el olor a químicos en la zona y la presencia de productos almacenados en una bodega cercana no ayudan a aclarar la situación. El director del OIJ, Randall Zúñiga, comentó que la forma en que se encontraron los cuerpos sugiere fuertemente la ingestión de agroquímicos, pero insiste en que no necesariamente se trata de un caso de suicidio o homicidio doble. ¡Qué torta!
En fin, la muerte de Judith Morales Ortiz nos deja un sabor amargo en la boca y muchas preguntas sin respuesta. Esperemos que las autoridades puedan llegar al fondo de este asunto y darle justicia a la memoria de esta joven medallista. ¿Ustedes creen que las autoridades investigarán a fondo la empresa propietaria de la finca para determinar si hubo negligencia en la manipulación de estos químicos? ¿O piensan que este caso quedará como una estadística más?
Morales, quien tenía apenas 23 añitos, era una figura emblemática en las Olimpiadas Especiales. Su destreza en las bochas la llevó a conquistar dos medallas de oro y una de bronce en los Juegos Mundiales de Abu Dabi en 2019. ¡Imagínate, una tica brillando a nivel mundial! Un logro que le daba alegría a todos nosotros y demostraba que, con esfuerzo y dedicación, podemos lograr cosas increíbles, aunque venga de donde venga uno. Este brete es duro de digerir.
Pero ahora, la alegría se ha transformado en luto. Las autoridades encontraron el cuerpo de Judith sin vida en una finca en Talamanca, junto al de un señor de nombre Matarrita Obando, de 61 años. Según las primeras investigaciones, parece que ambos habrían sido afectados por pesticidas, pero la cosa huele raro, ¿eh? El OIJ está trabajando a marchas forzadas para esclarecer los hechos, porque esto tiene pinta de olla, diay.
La finca, ubicada en la comunidad de Suretka, Limón, quedó sellada mientras los forenses realizan el papeleo correspondiente. Se dice que Judith y don Matarrita eran empleados de la propiedad, encargados de cuidarla. Pero, ¿qué hacían manipulando químicos peligrosos sin las medidas de seguridad adecuadas? Eso es lo que preocupa a muchos, y más aún considerando que hay niños pequeños en la comunidad.
Además, la situación económica de don Matarrita parece haber sido complicada. Algunos dicen que estaba pasando por momentos difíciles y hasta intercambió unos mensajes preocupantes con sus amigos. Esto levanta sospechas, pero no podemos sacar conclusiones precipitadas. Hay que esperar a que el OIJ termine su investigación y nos diga qué verdaderamente pasó en esa finca.
Lo que sí es seguro es que la noticia ha caído como una bomba en redes sociales. Olimpiadas Especiales Costa Rica y el Colegio Técnico Profesional de Talamanca han expresado su profundo dolor por la pérdida de Judith. ¿Cómo no sentir pena por una joven promesa que tenía todo el futuro por delante? Ella nos representa a todos los que vamos buscando nuestro camino, mostrando que con ganas se puede ir lejos, sin importar dónde uno nazca.
Y hablando de caminos, resulta que Judith y don Matarrita tenían programada una reunión con una junta local, a la cual no asistieron. ¿Será que estaban tratando de evitar algo? Esa vara no me queda clara y agrega un misterio más a esta tragedia. Además, el olor a químicos en la zona y la presencia de productos almacenados en una bodega cercana no ayudan a aclarar la situación. El director del OIJ, Randall Zúñiga, comentó que la forma en que se encontraron los cuerpos sugiere fuertemente la ingestión de agroquímicos, pero insiste en que no necesariamente se trata de un caso de suicidio o homicidio doble. ¡Qué torta!
En fin, la muerte de Judith Morales Ortiz nos deja un sabor amargo en la boca y muchas preguntas sin respuesta. Esperemos que las autoridades puedan llegar al fondo de este asunto y darle justicia a la memoria de esta joven medallista. ¿Ustedes creen que las autoridades investigarán a fondo la empresa propietaria de la finca para determinar si hubo negligencia en la manipulación de estos químicos? ¿O piensan que este caso quedará como una estadística más?