¡Ay, patitos! Se armó un relajo bueno aquí en la Central. La Universidad Estatal a Distancia (UNED) le dio pa' delante y abrió un laboratorio de investigación que va a cambiarle el panorama a los agricultores y caficultores de la zona de Los Santos. Imagínate, un lugar donde podrán analizar el agua y el suelo con tecnología de punta. ¡Qué chiva!
Este nuevo centro, llamado Laboratorio de Investigación en Agua y Suuelos (LIAS), va a estar ubicado en San Marcos de Tarrazú y promete ser un verdadero salvavidas para todos aquellos que dependen de la tierra. Ya saben cómo anda la cosa con el cambio climático y las sequías… este laboratorio les dará las herramientas necesarias para tomar decisiones bien informadas y evitar que sus cultivos se vayan al traste.
Catalina Vargas Meneses, la encargada de coordinar todo este brete, nos explicó que la idea es unir la ciencia con la gente del campo. “Queremos que tanto las empresas, los productores pequeños como las asociaciones tengan acceso a información confiable para cuidarle a la tierra y producir mejor,” dijo. ¡Ya ven, una movida maestra para ponerle pausa a tanta destrucción ambiental!
Pero esto no es cualquier laboratoriito cualquiera, diay. Tiene cuatro pilares fundamentales: investigación, docencia, extensión y servicios analíticos. Desde detectar si el suelo está contaminado hasta enseñarles a manejar bien las aguas residuales, el LIAS se perfila como un recurso invaluable para resolver problemas locales. ¡Un alivio para tantos agricultores que andan batallando!
La verdad es que este proyecto lleva tiempo gestándose. Empezó en 2019 gracias al apoyo del Inder y el BID, dos organismos que siempre están metidos en cosas buenas para el desarrollo rural. Ahora, finalmente, se convierte en la primera infraestructura de este tipo en toda la región. ¡Una muestra de que sí se puede hacer cosas importantes si se pone el corazón y la cabeza!
Laura Vargas Badilla, la vicerrectora de investigación de la UNED, también se puso emocionada contando sobre el laboratorio. “Esto es mucho más que un simple edificio lleno de aparatos; es un vecino más de la comunidad que va a ayudar a proteger nuestros recursos naturales,” afirmó. ¡Y vaya que tenemos razón de preocuparnos por eso, con todo lo que estamos viendo pasar en otros países!
Ahora, muchos se preguntarán qué tan útil será esto realmente para el bolsillo del productor. Pues, al tener datos precisos sobre el estado de sus suelos y aguas, podrán optimizar el uso de fertilizantes y pesticidas, reducir costos y mejorar la calidad de sus cosechas. Además, recibirán capacitación para implementar prácticas agrícolas sostenibles. ¡Un combo completo para salir adelante!
Sin duda, este laboratorio representa un gran paso hacia el futuro de la agricultura costarricense. Pero me pregunto, ¿cree usted que iniciativas como esta, que unen la ciencia y la comunidad, son suficientes para contrarrestar los efectos del cambio climático en nuestras zonas rurales? ¡Déjeme saber su opinión en el foro! ¿Cómo podemos apoyar aún más a nuestros agricultores para que sigan produciendo alimentos de calidad mientras protegen nuestro medio ambiente?
Este nuevo centro, llamado Laboratorio de Investigación en Agua y Suuelos (LIAS), va a estar ubicado en San Marcos de Tarrazú y promete ser un verdadero salvavidas para todos aquellos que dependen de la tierra. Ya saben cómo anda la cosa con el cambio climático y las sequías… este laboratorio les dará las herramientas necesarias para tomar decisiones bien informadas y evitar que sus cultivos se vayan al traste.
Catalina Vargas Meneses, la encargada de coordinar todo este brete, nos explicó que la idea es unir la ciencia con la gente del campo. “Queremos que tanto las empresas, los productores pequeños como las asociaciones tengan acceso a información confiable para cuidarle a la tierra y producir mejor,” dijo. ¡Ya ven, una movida maestra para ponerle pausa a tanta destrucción ambiental!
Pero esto no es cualquier laboratoriito cualquiera, diay. Tiene cuatro pilares fundamentales: investigación, docencia, extensión y servicios analíticos. Desde detectar si el suelo está contaminado hasta enseñarles a manejar bien las aguas residuales, el LIAS se perfila como un recurso invaluable para resolver problemas locales. ¡Un alivio para tantos agricultores que andan batallando!
La verdad es que este proyecto lleva tiempo gestándose. Empezó en 2019 gracias al apoyo del Inder y el BID, dos organismos que siempre están metidos en cosas buenas para el desarrollo rural. Ahora, finalmente, se convierte en la primera infraestructura de este tipo en toda la región. ¡Una muestra de que sí se puede hacer cosas importantes si se pone el corazón y la cabeza!
Laura Vargas Badilla, la vicerrectora de investigación de la UNED, también se puso emocionada contando sobre el laboratorio. “Esto es mucho más que un simple edificio lleno de aparatos; es un vecino más de la comunidad que va a ayudar a proteger nuestros recursos naturales,” afirmó. ¡Y vaya que tenemos razón de preocuparnos por eso, con todo lo que estamos viendo pasar en otros países!
Ahora, muchos se preguntarán qué tan útil será esto realmente para el bolsillo del productor. Pues, al tener datos precisos sobre el estado de sus suelos y aguas, podrán optimizar el uso de fertilizantes y pesticidas, reducir costos y mejorar la calidad de sus cosechas. Además, recibirán capacitación para implementar prácticas agrícolas sostenibles. ¡Un combo completo para salir adelante!
Sin duda, este laboratorio representa un gran paso hacia el futuro de la agricultura costarricense. Pero me pregunto, ¿cree usted que iniciativas como esta, que unen la ciencia y la comunidad, son suficientes para contrarrestar los efectos del cambio climático en nuestras zonas rurales? ¡Déjeme saber su opinión en el foro! ¿Cómo podemos apoyar aún más a nuestros agricultores para que sigan produciendo alimentos de calidad mientras protegen nuestro medio ambiente?