¡Aguacatales! Aquí estamos otra vez, lidiando con la pesada realidad de TRIBU-CR, el flamante sistema del Ministerio de Hacienda que prometía revolucionar la vida de los contribuyentes. Pero parece que, en lugar de eso, nos ha metido en un brete mayor del que teníamos antes. Desde que pusieron en marcha este dichoso sistema el lunes pasado, los mensajes de queja en las redes sociales de Hacienda han sido tan abundantes como frijoles con gandules en Navidad.
La gente está harta, y con razón. No es cuestión de adaptación, como quieren hacernos creer desde Hacienda. Es que el sistema simplemente no funciona bien. Gabriela Víquez, contadora pública, dejó claro en Twitter que “el problema no es la curva de aprendizaje; el problema es el funcionamiento general del sistema”. ¡Dicho y hecho! Una cosa es aprender a navegar una plataforma nueva, y otra muy distinta es luchar contra caídas constantes y errores que impiden presentar declaraciones.
Y no es solo un par de casos aislados. Kattia Chacón también expresó su frustración: “Nos pusieron en funcionamiento un sistema de facturación sin probarlo antes... ¡Qué despiche!”. Esto demuestra que no le dieron la importancia necesaria a las pruebas piloto antes de lanzarle esto a todos. Nos obligaron a migrar nuestros datos a TRIBU-CR sin garantías de que funcionara, y ahora estamos pagando las consecuencias. Muchas empresas, especialmente las sociedades anónimas, ni siquiera pueden facturar, gracias a un error en la generación de usuarios y a la limitación de facturación únicamente en moneda nacional. ¡Una pena!
Marvin Hernández, representando a muchos contribuyentes, se quejó de haber sido obligado a migrar de la vieja Administración Tributaria Virtual (ATV) a TRIBU-CR con la promesa de una “superaplicación”. Ahora, resulta que no puede actualizar los datos de sus clientes, pese a que estos ya fueron migrados. Parece que el sistema no reconoce su usuario y clave, y cuando intenta ingresar con el número de cédula del cliente, ¡los códigos de verificación nunca llegan! Un verdadero chinchorreo.
Pero no todo queda ahí. David Hernández señala que las observaciones no aparecen registradas y los archivos descargados tienen el mismo nombre, generando un caos absoluto. Otro usuario, exasperado, llegó a decir: “Es imposible crear usuario; el código de correo tarda como cinco horas en llegar… ¡Qué torta!”. Ronald Navarro, con un toque de humor ante tanta adversidad, agregó: “Las declaraciones del IVA tienen 80 páginas; van a ganar el premio Guinness”. ¡Con razón la gente está estresadísima!
Naty Quirós, facturando compras, se encontró con un error aún más peculiar: “Me dice en rojo que debo poner el código de actividad… los coloco y sigue diciendo lo mismo.” ¡Hasta para lo más básico el sistema falla! Este tipo de problemas demuestran que la plataforma aún está lejos de estar lista para asumir la carga de trabajo de miles de contribuyentes. Nadie entiende cómo lanzaron esto sin asegurarse de que funcionara correctamente. Son pura buena intención, pero vaya ejecución.
Ante este panorama caótico, la comunidad empresarial exige una extensión mínima de tres días posteriores al 24 de octubre para regularizar las declaraciones, considerando que el sistema no estaba operativo. Es fundamental que Hacienda escuche a los contribuyentes y tome medidas urgentes para solucionar estos problemas. De lo contrario, estaremos viendo protestas a las afueras de Bellavista, ¡y eso nadie quiere!
TRIBU-CR estaba destinado a ser una modernización, pero hasta ahora se ha convertido en un dolor de cabeza para todos. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Será que Hacienda aprendió la lección y tomará medidas correctivas antes de que la situación se salga de control, o seguiremos arrastrando esta vara complicada durante meses?
La gente está harta, y con razón. No es cuestión de adaptación, como quieren hacernos creer desde Hacienda. Es que el sistema simplemente no funciona bien. Gabriela Víquez, contadora pública, dejó claro en Twitter que “el problema no es la curva de aprendizaje; el problema es el funcionamiento general del sistema”. ¡Dicho y hecho! Una cosa es aprender a navegar una plataforma nueva, y otra muy distinta es luchar contra caídas constantes y errores que impiden presentar declaraciones.
Y no es solo un par de casos aislados. Kattia Chacón también expresó su frustración: “Nos pusieron en funcionamiento un sistema de facturación sin probarlo antes... ¡Qué despiche!”. Esto demuestra que no le dieron la importancia necesaria a las pruebas piloto antes de lanzarle esto a todos. Nos obligaron a migrar nuestros datos a TRIBU-CR sin garantías de que funcionara, y ahora estamos pagando las consecuencias. Muchas empresas, especialmente las sociedades anónimas, ni siquiera pueden facturar, gracias a un error en la generación de usuarios y a la limitación de facturación únicamente en moneda nacional. ¡Una pena!
Marvin Hernández, representando a muchos contribuyentes, se quejó de haber sido obligado a migrar de la vieja Administración Tributaria Virtual (ATV) a TRIBU-CR con la promesa de una “superaplicación”. Ahora, resulta que no puede actualizar los datos de sus clientes, pese a que estos ya fueron migrados. Parece que el sistema no reconoce su usuario y clave, y cuando intenta ingresar con el número de cédula del cliente, ¡los códigos de verificación nunca llegan! Un verdadero chinchorreo.
Pero no todo queda ahí. David Hernández señala que las observaciones no aparecen registradas y los archivos descargados tienen el mismo nombre, generando un caos absoluto. Otro usuario, exasperado, llegó a decir: “Es imposible crear usuario; el código de correo tarda como cinco horas en llegar… ¡Qué torta!”. Ronald Navarro, con un toque de humor ante tanta adversidad, agregó: “Las declaraciones del IVA tienen 80 páginas; van a ganar el premio Guinness”. ¡Con razón la gente está estresadísima!
Naty Quirós, facturando compras, se encontró con un error aún más peculiar: “Me dice en rojo que debo poner el código de actividad… los coloco y sigue diciendo lo mismo.” ¡Hasta para lo más básico el sistema falla! Este tipo de problemas demuestran que la plataforma aún está lejos de estar lista para asumir la carga de trabajo de miles de contribuyentes. Nadie entiende cómo lanzaron esto sin asegurarse de que funcionara correctamente. Son pura buena intención, pero vaya ejecución.
Ante este panorama caótico, la comunidad empresarial exige una extensión mínima de tres días posteriores al 24 de octubre para regularizar las declaraciones, considerando que el sistema no estaba operativo. Es fundamental que Hacienda escuche a los contribuyentes y tome medidas urgentes para solucionar estos problemas. De lo contrario, estaremos viendo protestas a las afueras de Bellavista, ¡y eso nadie quiere!
TRIBU-CR estaba destinado a ser una modernización, pero hasta ahora se ha convertido en un dolor de cabeza para todos. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Será que Hacienda aprendió la lección y tomará medidas correctivas antes de que la situación se salga de control, o seguiremos arrastrando esta vara complicada durante meses?