Saludos,
Segun lo que predica el credo del cristianismo, el hijo de Dios se inmolo como redentor de la humanidad (Juan 3:16) para salvar de la condicion pecadora en la que se encontraba cada cada ser humano tras su nacimiento (Romanos 3:23). La salvacion solo puede darse al reconocer al Señor Jesucristo como el unico camino que conlleva a la salvacion (Romanos 10:8-10), por ende la unica manera de ser salvo es recibiendo a Cristo como salvador, quien no escucha de Cristo y lo acepta no sera salvo.
Bien tomando esto como premisa, que susede con las personas que no pudieron recibir el mensaje de la salvacion? Hablo de personas que por su latitud no se le pudo trasmitir el mensaje de Cristo, el bebe que con solo meses de vida fallecio, el Islamita o el Budista que cuyas creencias y crianza a las que le sometieron no percibe a Jehova como su Dios; en fin ustedes agregen mas condiciones para que alguien no pueda conocer de Dios.
Que pasa con dichas personas? Son condenadas la infierno y la perdicion por ser victimas de circunstancias que no escogieron?
Creo que San Pablo da la respuesta a tu interrogante.
Romanos
2:13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
2:14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
2:15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
2:16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
Esto es lo que enseña la Iglesia Católica en su CATECISMO respecto a la pregunta que haces:
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA:
La Iglesia y los no cristianos
839 "Los que todavía no han recibido el Evangelio también están ordenados al Pueblo de Dios de diversas maneras" (LG 16):
La relación de la Iglesia con el pueblo judío. La Iglesia, Pueblo de Dios en la Nueva Alianza, al escrutar su propio misterio, descubre su vinculación con el pueblo judío (cf NA 4) "a quien Dios ha hablado primero" (MR, Viernes Santo 13: oración universal VI). A diferencia de otras religiones no cristianas la fe judía ya es una respuesta a la revelación de Dios en la Antigua Alianza. Pertenece al pueblo judío "la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas y los patriarcas; de todo lo cual procede Cristo según la carne" (cf Rm 9, 4-5), "porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables" (Rm 11, 29).
840 Por otra parte, cuando se considera el futuro, el Pueblo de Dios de la Antigua Alianza y el nuevo Pueblo de Dios tienden hacia fines análogos: la espera de la venida (o el retorno) del Mesías; pues para unos, es la espera de la vuelta del Mesías, muerto y resucitado, reconocido como Señor e Hijo de Dios; para los otros, es la venida del Mesías cuyos rasgos permanecen velados hasta el fin de los tiempos, espera que está acompañada del drama de la ignorancia o del rechazo de Cristo Jesús.
841 Las relaciones de la Iglesia con los musulmanes. "El designio de salvación comprende también a los que reconocen al Creador. Entre ellos están, ante todo, los musulmanes, que profesan tener la fe de Abraham y adoran con nosotros al Dios único y misericordioso que juzgará a los hombres al fin del mundo" (LG 16; cf NA 3).
842 El vínculo de la Iglesia con las religiones no cristianas es en primer lugar el del origen y el del fin comunes del género humano:
Todos los pueblos forman una única comunidad y tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el género humano sobre la entera faz de la tierra; tienen también un único fin último, Dios, cuya providencia, testimonio de bondad y designios de salvación se extienden a todos hasta que los elegidos se unan en la Ciudad Santa (NA 1).
843 La Iglesia reconoce en las otras religiones la búsqueda "todavía en sombras y bajo imágenes", del Dios desconocido pero próximo ya que es Él quien da a todos vida, el aliento y todas las cosas y quiere que todos los hombres se salven. Así, la Iglesia aprecia todo lo bueno y verdadero, que puede encontrarse en las diversas religiones, "como una preparación al Evangelio y como un don de aquel que ilumina a todos los hombres, para que al fin tengan la vida" (LG 16; cf NA 2; EN 53).
847 Esta afirmación no se refiere a los que, sin culpa suya, no conocen a Cristo y a su Iglesia:
Los que sin culpa suya no conocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, pero buscan a Dios con sincero corazón e intentan en su vida, con la ayuda de la gracia, hacer la voluntad de Dios, conocida a través de lo que les dice su conciencia, pueden conseguir la salvación eterna (LG 16; cf DS 3866-3872).
848 "Aunque Dios, por caminos conocidos sólo por Él, puede llevar a la fe, 'sin la que es imposible agradarle' (Hb 11, 6), a los hombres que ignoran el Evangelio sin culpa propia, corresponde, sin embargo, a la Iglesia la necesidad y, al mismo tiempo, el derecho sagrado de evangelizar" (AG 7).