Creo que la pregunta del forista que inició el tema es interesante, y no veo por qué la reacción tan destemplada de algunos. Toca cuestiones bien fundamentales, lo cual no significa que sean fáciles de comprender.
Quizás haría bien hacer una distinción inicial: parece que se trata de equiparar dos conceptos totalmente distintos: el de justicia y el de igualdad. Pero la verda es que no son sinónimos. Una sociedad que es justa no es necesariamente igualitaria. Y, viceversa, una sociedad igualitaria no es necesariamente justa.
Y en la realidad, eso es lo que sucede: en parte por nacimiento, y en parte por las condiciones de vida, las personas poseen distintas aptitudes y capacidades, que determinarán cómo lograrán desempeñarse en su vida adulta. Pero incluso si igualamos las condiciones materiales, hay diferencias innatas de las personas. Eso lo sabe cualquier padre de familia: sus hijos son distintos en aptitudes y capacidades, aún cuando el ambiente en que se desarrollan es prácticamente el mismo.
Siendo así, es de esperar que los resutlados sean distintos: habrá personas con mayores niveles de ingreso y oportunidades que otras. En este sentido, el capitalismo es al menos una sociedad "justa", porque si bien tiene como resultado niveles de riqueza desiguales, premia a las personas innovadoras y sagaces, que logran enriquecerse al masificar el consumo de productos que en un momento eran la propiedad exclusiva de unos pocos.
Por supuesto, eso no significa que todo sea color de rosa: el capitalismo ha sido sin lugar a dudas el sistema más eficaz para sacar a millones de personas de la pobreza. Primero en Europa, para leugo apsar a EEUU, América Latina y Asia. Si algo demostró el fallido experimento socialista del siglo pasado, es que tratar de igualar resultados da como resultado sociedades más pobres, tiránicas e inclusive más destructoras del medio ambiente.
El gran problema del capitalismo, o quizás más bien del "capitalismo democrático", es que, así como genera riqueza y prosperidad para la gran mayoría, su excesivo énfasis en la iniciativa individual lleva a la corrosíon de distintas formas de organización social y comunitaria, que sirven de apoyo a el ser humano. Siendo que somos "animales sociales" y no meros maximizadores de utilidad individual, el hombre encesita asociarse y vivr en comunidad: la vida en familia, tanto básica como extendida. El barrio o municipio. La Nación. Todos estos son factores fundamentales de la vida, que el modernismo ha venido erosionando.
También, el exceso "democratismo", ha llevado a considerar cualquier diferencia en posición o aptitudes como producto de una injusticia o incluso escandaloso. Hay una aptitud de casi como que cualquier persona puede (o debe) tener acceso a puestos de dirección pública. Y por ende, ganar un sueldo mayor al de la persona de más baja jerarquía en esa organización es causa de escándalo. Quizás esté exagerando un poco. Pero en realidad, tiende a mirarse con recelo a cualquiera que trate de mostrar un poco más de nivel intelectual, o que se enorgullezca de sus logros, si estos son valiosos.
Pero en realidad, toda sociedad humana, desde el inicio de los tiempos, ha tenido una clase dirigente. Puede llamársele Aristocracia, o más despectivamente, dinastía u oligarquía. Pero lo cierto es que, en la mayoría de las ocasiones, no están ahí sólo por sus conexiones o alcurnia: muchos son producto de su esfuerzo.
Pero lo crucial acá es que en sus buenos tiempos, lo que se podía llamar la Aristocracia tenía muchos tratos positivos: era un cuerpo de personas bien inteligentes y preparadas, con un apego y amor por su patria, y un sentido del honor y servicio público incluso honorario (permitido en muchos casos, por la fortuna amasada en generaciones anteriores).
Por el contrario, lo que tenemos hoy día son muchas veces ricos o "nuevos ricos", más interesados en acumular riquezas que en aportar algo más a la sociedad. Existe una ausencia de un espíritu de honor nacional que haga que se sacrifiquen por el bien común. Es mejor como digo, quedarse calladitos en sus mansiones y casas, rodeados de alambres y guardias, mientras ven que la sociedad se desmorona a su alrededor.
Ese es un gran problema: suena muy bonito decir que todos somos "igualiticos" y eso se enfatiza desde la escuela. Pero más bien, debería inclulcarse además entre los niños y jóvenes de la élite nacional, un sentido de deber: decirles que la buena fortuna de haber nacido en un hogar acomodado es eso: producto de la buena fortuna y la suerte. No de alguna aptitud especial de ellos. Por lo tanto, su deber es utilizar esas ventajas en beneficio de la sociedad: inclulcarles el deber y la ética. Después de todo, serán los mismos que muy probablemente dirigirán los destinos del país y tendrán en sus manos el futuro de miles de personas.
Y hay todo un argumento adicional sobre el pecado original, pero eso mejor para después.