Por supuesto se pasó de "Calentamiento Global" a hablar de "Cambio Climático", porque la primera resultó no ser muy efectiva, dado que desde 1998, la temperatura global del planeta no ha mostrado un incremento significativo. Por otra parte el término "Cambio Climático", aparte de ser una redundancia, permite esconder bajo un supuesto lenguaje ceintífico, las ideas ma´s descabelladas y contraproducentes.
La discusión del "Cambio Climático" ha alcanzado niveles, no tanto de religión, sino de secta apocalíptica. Tiene su propio evangelio, que promete fuego del cielo, literalmente, si no hacemos cambios en nuestras costumbres. Cambios que, representan una drástica reducción de nuestro nivel de vida. Todo a cambio de muy poco. Existe además las condenas por herejía, de aquellos que no siguen el "consenso" de lo que dice el evangelio. Y son condenados por estas herejías al osracismo.
Así, cuando ocurrió recientemente la tragedia del TIfón Haiyan en las Filipinas, muchos saltaron a decir que esto era evidencia de nuevo de cambio climático. La realdiad es que ni la frecuencia ni la fuerza de estos fenómenos climáticos han aumentado notoriamente en los últimos 100 años. Lo que ha aumetnado es la cobertura mediática, que lleva muchas veces al alarmismo y a una cantidad enorme de tiempo al aire que debe ser llenado con cuanta ocurrencia hay.
Todo sería mera anécdota, si no tuviera efectos seriso sobre el bienestar y la vida de las personas. El alarmismo excesivo ante el cambio climático ha hecho que gobiernos hayan tomado medidas descabelladas que han tenido nulo efecto y que han significado despilfarro de recursos. Recursos limitados que pudieron tener mejores usos para resolver problemas más apremiantes.
Como ejemplo de despilfarro, están los ruinosos y caros subsidios a energías "verdes" como la eólica o solar, que a pesar de aumentar la capacidad instalada, no ha significado el retiro de fuentes más sucias, que deben permanecer como energía de apoyo, dado el errático comportamiento del aire. Gobiernos como España o Alemania han tendio que recortar esos ruinosos subsidios.
Otro caso es Australia, que sufrió una sequía por una década hasta el 2011. Un charlatán experto climático, Tim Flannery, predijo que dicha situación (que ocurre cíclicamente en Australia) era más bien permenente, y por ende debía invertirse en plantas desalinizadoras que tomaran agua de mar para convertirlas en potable. Se gastaron miles de millones de dólares en dichas plantas. Pero la lluvia volvió, las represas y embalses se llenaron, y hoy día dichas plantas no son utilizadas. Pero aún así, los consumidores de agua vieron auemtnados sus tarifas fuertemetne para financiar esa inversión y deben pagar ahora por mantenr dichas plantas cerradas. Estupidez monumental del alarmismo del cambio climático.
Pero esos son países ricos. El crimen más egregio del alarmismo climático es lo que hace en países pobres o en desarrollo. En lugar de enfocar su atención a problema de verdad ma´s acuciantes y fáciles de resolver (como dotar de agua potable o tratameinto de aguas negras) se persiguen quimeras absurdas, como la energía "verde", que tendrá que ser fuertemetne subsidiada, y que empobrecen más a nuestros países.