¡Quiiiita! Parece que el gobierno tico no se anda con rodeos y ya puso la mira en Europa para sacarle jugo a nuestros productos. De paso, nos dicen que esto podría ser como darle un sopapo al bache económico que andamos arrastrando. El ministro Carvajal, en una charla caótica pero interesante, soltó la bomba de que estamos buscando abrirle el ojo a la Unión Europea para exportar carne de res y miel de abeja. ¡Tremendo brete!
Según cuentan, todo esto se gestó durante una serie de charlas informativas sobre qué diablos necesitamos para que los europeos acepten nuestra comida de origen animal. Resulta que ellos tienen unos requeísimos estándares, y nosotros tenemos que ajustarnos para que no nos echen la puerta en cara. ¡Imagínate la torta si nos salen con macana!
Pero no todo es “qué sal”, pues el representante de la Comisión Europea, Asier Pagazaurtundua, fue claro: nos piden controlar bien la salud de los animales, la seguridad de la comida y cómo manejamos la basura que sale de estas industrias. Les preocupa que les mandemos algo que los enferme, ¡y con razón! Pero él mismo reconoció que somos el segundo socio comercial de Centroamérica para la UE, así que ya tienen fe en nosotros.
Y ni hablar del Embajador de la UE, Pierre Lempereur, quien resaltó que Costa Rica es reconocido mundialmente por la calidad de sus productos. Nos recordó que somos pioneros en exportar café libre de deforestación, y que nuestras frutas, como el banano y la piña, son pura vaina. ¡Eso sí que da orgullo patrio, mae!
Ahora, Luis Matamoros, el mero mero del Senasa (Servicio Nacional de Salud Animal), explicó que para que esto salga adelante, debemos tener un control riguroso desde la finca hasta la mesa. Esto implica revisar todo, desde las granjas hasta las plantas procesadoras, los almacenes e incluso certificar las exportaciones. ¡Un verdadero rompecabezas!
Lo que más me quedó grabado es cuando el ministro Carvajal dijo que Costa Rica y Europa comparten una visión de sostenibilidad. ¡Qué tuanis eso! Él cree que podemos tener una sinergia tremenda, porque ambos buscamos productos de alta calidad y respetuosos con el medio ambiente. Un combo perfecto, diay.
Y aunque suena lindo todo esto, también hay que ponerle atención a los detalles. La Unión Europea importa muchísima comida a nivel global, así que la competencia va a ser dura. Necesitamos meternos con todo para demostrarles que somos capaces de ofrecerles lo mejor, y que no nos vamos a ir al traste en este intento. Va a requerir mucho esfuerzo y coordinación entre todos los actores involucrados, pero la recompensa podría ser grande.
En fin, parece que estamos frente a una oportunidad única para impulsar la economía nacional. Pero dime, ¿crees que realmente podremos cumplir con todos los requisitos europeos y hacer realidad esta ambiciosa meta? ¿O será solo otro sueño roto?
Según cuentan, todo esto se gestó durante una serie de charlas informativas sobre qué diablos necesitamos para que los europeos acepten nuestra comida de origen animal. Resulta que ellos tienen unos requeísimos estándares, y nosotros tenemos que ajustarnos para que no nos echen la puerta en cara. ¡Imagínate la torta si nos salen con macana!
Pero no todo es “qué sal”, pues el representante de la Comisión Europea, Asier Pagazaurtundua, fue claro: nos piden controlar bien la salud de los animales, la seguridad de la comida y cómo manejamos la basura que sale de estas industrias. Les preocupa que les mandemos algo que los enferme, ¡y con razón! Pero él mismo reconoció que somos el segundo socio comercial de Centroamérica para la UE, así que ya tienen fe en nosotros.
Y ni hablar del Embajador de la UE, Pierre Lempereur, quien resaltó que Costa Rica es reconocido mundialmente por la calidad de sus productos. Nos recordó que somos pioneros en exportar café libre de deforestación, y que nuestras frutas, como el banano y la piña, son pura vaina. ¡Eso sí que da orgullo patrio, mae!
Ahora, Luis Matamoros, el mero mero del Senasa (Servicio Nacional de Salud Animal), explicó que para que esto salga adelante, debemos tener un control riguroso desde la finca hasta la mesa. Esto implica revisar todo, desde las granjas hasta las plantas procesadoras, los almacenes e incluso certificar las exportaciones. ¡Un verdadero rompecabezas!
Lo que más me quedó grabado es cuando el ministro Carvajal dijo que Costa Rica y Europa comparten una visión de sostenibilidad. ¡Qué tuanis eso! Él cree que podemos tener una sinergia tremenda, porque ambos buscamos productos de alta calidad y respetuosos con el medio ambiente. Un combo perfecto, diay.
Y aunque suena lindo todo esto, también hay que ponerle atención a los detalles. La Unión Europea importa muchísima comida a nivel global, así que la competencia va a ser dura. Necesitamos meternos con todo para demostrarles que somos capaces de ofrecerles lo mejor, y que no nos vamos a ir al traste en este intento. Va a requerir mucho esfuerzo y coordinación entre todos los actores involucrados, pero la recompensa podría ser grande.
En fin, parece que estamos frente a una oportunidad única para impulsar la economía nacional. Pero dime, ¿crees que realmente podremos cumplir con todos los requisitos europeos y hacer realidad esta ambiciosa meta? ¿O será solo otro sueño roto?