¡Ay, Dios mío! Se nos fue Doña Karen Olsen, ex Primera Dama y figura clave en la política nacional. La noticia cayó como un balde de agua fría ayer, dejando a muchos ticos consternados. Con 95 años, vivió una vida llena de servicio público, diplomacia y, por supuesto, mucho brete al lado de Don José Figueres Ferrer y luego de su hijo, José María.
Doña Karen, nacida en Nueva York allá por 1930, llegó a Costa Rica y se afianzó como parte de nuestra identidad. Estudió arquitectura, pero lo que realmente le apasionó fue el servicio social y la sociología – máster incluido. No se conformó con eso; hasta hizo estudios predoctorales, ¡qué carga de intelectual! Su paso por la diputación entre 1990 y 1994 le dio una visión privilegiada de los desafíos del país y la impulsó a involucrarse aún más.
Muchos recuerdan con cariño sus labores filantrópicas durante su época como Primera Dama. Siempre preocupada por los demás, organizaba actividades y apoyaba causas sociales. Pero también es importante recordar su rol diplomático, representando a Costa Rica en varios países y desempeñándose incluso como embajadora en Israel. Ahí sí, ¡se rifó como ninguna!
Y qué decir de su labor con la Fundación José Figueres Ferrer para el Desarme, la Paz, la Libertad y el Desarrollo Sostenible. Una organización que sigue trabajando incansablemente por un mundo mejor, llevando adelante los ideales de paz y progreso que tanto defendió su esposo. Se nota que heredó esa vara de progresista, diay.
Pero Doña Karen era más que una esposa de presidente y madre de otro. Era una mujer independiente, con ideas claras y una gran capacidad de liderazgo. A pesar de enfrentar críticas y controversias, siempre mantuvo la compostura y defendió sus convicciones. Un ejemplo de fortaleza y perseverancia, ¿eh?
Recordaremos también su elegancia y porte en actos oficiales y eventos públicos. Siempre impecable, transmitiendo seguridad y dignidad. Su presencia irradiaba calma y confianza, cualidades que la hicieron querida y respetada por muchos. Sin duda alguna, dejó una marca imborrable en la historia de nuestro país. ¡Qué pena perder una personalidad así!
Este es un momento de reflexión y agradecimiento. Agradecer a Doña Karen por su dedicación, su esfuerzo y su amor por Costa Rica. Su legado perdurará en las instituciones que apoyó, en las personas que ayudó y en los valores que promovió. Un capítulo importante se cierra hoy, pero su influencia seguirá presente en nuestras vidas.
Con la partida de Doña Karen, nos preguntamos: ¿Cuál creen ustedes que ha sido la contribución más significativa de Doña Karen Olsen a Costa Rica, considerando su trayectoria como diplomática, filántropa y figura pública? Compartan sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan nuestros lectores sobre este trascendental hecho!
Doña Karen, nacida en Nueva York allá por 1930, llegó a Costa Rica y se afianzó como parte de nuestra identidad. Estudió arquitectura, pero lo que realmente le apasionó fue el servicio social y la sociología – máster incluido. No se conformó con eso; hasta hizo estudios predoctorales, ¡qué carga de intelectual! Su paso por la diputación entre 1990 y 1994 le dio una visión privilegiada de los desafíos del país y la impulsó a involucrarse aún más.
Muchos recuerdan con cariño sus labores filantrópicas durante su época como Primera Dama. Siempre preocupada por los demás, organizaba actividades y apoyaba causas sociales. Pero también es importante recordar su rol diplomático, representando a Costa Rica en varios países y desempeñándose incluso como embajadora en Israel. Ahí sí, ¡se rifó como ninguna!
Y qué decir de su labor con la Fundación José Figueres Ferrer para el Desarme, la Paz, la Libertad y el Desarrollo Sostenible. Una organización que sigue trabajando incansablemente por un mundo mejor, llevando adelante los ideales de paz y progreso que tanto defendió su esposo. Se nota que heredó esa vara de progresista, diay.
Pero Doña Karen era más que una esposa de presidente y madre de otro. Era una mujer independiente, con ideas claras y una gran capacidad de liderazgo. A pesar de enfrentar críticas y controversias, siempre mantuvo la compostura y defendió sus convicciones. Un ejemplo de fortaleza y perseverancia, ¿eh?
Recordaremos también su elegancia y porte en actos oficiales y eventos públicos. Siempre impecable, transmitiendo seguridad y dignidad. Su presencia irradiaba calma y confianza, cualidades que la hicieron querida y respetada por muchos. Sin duda alguna, dejó una marca imborrable en la historia de nuestro país. ¡Qué pena perder una personalidad así!
Este es un momento de reflexión y agradecimiento. Agradecer a Doña Karen por su dedicación, su esfuerzo y su amor por Costa Rica. Su legado perdurará en las instituciones que apoyó, en las personas que ayudó y en los valores que promovió. Un capítulo importante se cierra hoy, pero su influencia seguirá presente en nuestras vidas.
Con la partida de Doña Karen, nos preguntamos: ¿Cuál creen ustedes que ha sido la contribución más significativa de Doña Karen Olsen a Costa Rica, considerando su trayectoria como diplomática, filántropa y figura pública? Compartan sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan nuestros lectores sobre este trascendental hecho!