¡Ay, Dios mío! Acá vamos de nuevo con el tema del robo de combustible. Resulta que Recope, buscando soluciones rapidito, anda presentando un proyecto de ley pa' crear su propia policía, la Unidad de Protección Especial de Ductos (UPED). Parece que se les estaba escapando la olla con tanto robo y quieren agarrarle el toro por los cuernos, ¿me entienden?
La cosa es que esto no es novedad completa. Ya en el 2020 le dieron luz verde a una ley para castigar el robo, pero parece que no alcanzó. Según Karla Montero, la presidenta de Recope, tuvieron que darle una manita de gato a la ley porque la situación se puso peor. Ahora quieren que la policía auxiliar esté disponible 24/7 para vigilar el sistema, pero también ampliando el alcance: no solo el robo, sino también el transporte, almacenamiento, la manipulación, la venta clandestina y hasta la entrada ilegal de nafta y gas.
Y miren las estadísticas: entre enero y agosto del 2023 hubo 124 tomas ilegales, mientras que en el mismo periodo de este año bajó a 43. ¡Eso sí es una mejora, aunque todavía da qué pensar! Con unos cuatro millones de litros robados el año pasado y ahora apenas dos punto uno millones... bueno, todavía hay bastante chorreadera. Piensa en cuántas tortillas podríamos comprar con esa diferencia, ¡una barbaridad!
El poliducto, pa' los que no sepan, conecta seis provincias a través de casi 500 kilómetros de tubería. Imagínate la extensión, ¡parece que va pa' cualquier lado! Y ahí es donde andan esos vándalos intentando meterle pata. Lo bueno es que Recope dice que no necesitan más plata pa' esta nueva policía. Van a usar gente que ya trabaja en la empresa, con unas capacitaciones y unas cositas de tecnología. Menos mal, porque ahorita nadie quiere ver más impuestos.
Y lo mejor de todo: tampoco van a subir los precios de la gasolina, prometen. Dicen que han estado haciendo análisis de costos y optimizando gastos, así que pueden invertir en seguridad sin afectar nuestras billeteras. ¡Un respiro, diay! Aunque siempre hay que tomar esas promesas con pinzas, ¿verdad? Uno nunca sabe cuándo te sacan un as bajo de la manga.
Pero acá viene lo que realmente me preocupa. La jerarquía de Recope dice que este negocio de robar combustible ya no es cosa de cambaleros solitarios; se metieron los peces gordos, ¡el crimen organizado! Vinculado con homicidios, narcotráfico y hasta lavado de billetes. Eso sí que es una lata, compañeros. Un robo de combustible puede terminar siendo mucho más grave de lo que uno piensa.
Y ahí entramos en el papel del Poder Judicial, que según lo que dicen, está durmiendo la siesta. De 800 denuncias desde el 2020, solo 63 han terminado en sentencia. ¡Menos del 5%! Como decía el ministro Gerald Campos, parece que dan rienda suelta a estos rufianes, porque los atrapan, los dejan ir y ellos vuelven a la carga. Comparó la situación con padres que no educan bien a sus hijos, y yo estoy totalmente de acuerdo. Si no pones límites, siguen haciendo lo que quieran.
Así que Recope mandó la propuesta a la Asamblea Legislativa, esperando que la aprueben rápido. El ministro Campos no se anduvo con rodeos y soltó un “¡No podemos seguir con tanta alcahuetería!”. La verdad, ¡amén! Y para rematar, Recope inauguró una sala de monitoreo con 578 cámaras en todo el país. Quieren tener los ojos bien abiertos, vigilando cada movimiento. Me pregunto, ¿cree usted que la creación de esta unidad policial y la implementación de esta nueva tecnología serán suficientes para erradicar el robo de combustible en Costa Rica, o simplemente estamos parcheando un problema mucho más profundo que necesita una solución estructural y judicial contundente?
La cosa es que esto no es novedad completa. Ya en el 2020 le dieron luz verde a una ley para castigar el robo, pero parece que no alcanzó. Según Karla Montero, la presidenta de Recope, tuvieron que darle una manita de gato a la ley porque la situación se puso peor. Ahora quieren que la policía auxiliar esté disponible 24/7 para vigilar el sistema, pero también ampliando el alcance: no solo el robo, sino también el transporte, almacenamiento, la manipulación, la venta clandestina y hasta la entrada ilegal de nafta y gas.
Y miren las estadísticas: entre enero y agosto del 2023 hubo 124 tomas ilegales, mientras que en el mismo periodo de este año bajó a 43. ¡Eso sí es una mejora, aunque todavía da qué pensar! Con unos cuatro millones de litros robados el año pasado y ahora apenas dos punto uno millones... bueno, todavía hay bastante chorreadera. Piensa en cuántas tortillas podríamos comprar con esa diferencia, ¡una barbaridad!
El poliducto, pa' los que no sepan, conecta seis provincias a través de casi 500 kilómetros de tubería. Imagínate la extensión, ¡parece que va pa' cualquier lado! Y ahí es donde andan esos vándalos intentando meterle pata. Lo bueno es que Recope dice que no necesitan más plata pa' esta nueva policía. Van a usar gente que ya trabaja en la empresa, con unas capacitaciones y unas cositas de tecnología. Menos mal, porque ahorita nadie quiere ver más impuestos.
Y lo mejor de todo: tampoco van a subir los precios de la gasolina, prometen. Dicen que han estado haciendo análisis de costos y optimizando gastos, así que pueden invertir en seguridad sin afectar nuestras billeteras. ¡Un respiro, diay! Aunque siempre hay que tomar esas promesas con pinzas, ¿verdad? Uno nunca sabe cuándo te sacan un as bajo de la manga.
Pero acá viene lo que realmente me preocupa. La jerarquía de Recope dice que este negocio de robar combustible ya no es cosa de cambaleros solitarios; se metieron los peces gordos, ¡el crimen organizado! Vinculado con homicidios, narcotráfico y hasta lavado de billetes. Eso sí que es una lata, compañeros. Un robo de combustible puede terminar siendo mucho más grave de lo que uno piensa.
Y ahí entramos en el papel del Poder Judicial, que según lo que dicen, está durmiendo la siesta. De 800 denuncias desde el 2020, solo 63 han terminado en sentencia. ¡Menos del 5%! Como decía el ministro Gerald Campos, parece que dan rienda suelta a estos rufianes, porque los atrapan, los dejan ir y ellos vuelven a la carga. Comparó la situación con padres que no educan bien a sus hijos, y yo estoy totalmente de acuerdo. Si no pones límites, siguen haciendo lo que quieran.
Así que Recope mandó la propuesta a la Asamblea Legislativa, esperando que la aprueben rápido. El ministro Campos no se anduvo con rodeos y soltó un “¡No podemos seguir con tanta alcahuetería!”. La verdad, ¡amén! Y para rematar, Recope inauguró una sala de monitoreo con 578 cámaras en todo el país. Quieren tener los ojos bien abiertos, vigilando cada movimiento. Me pregunto, ¿cree usted que la creación de esta unidad policial y la implementación de esta nueva tecnología serán suficientes para erradicar el robo de combustible en Costa Rica, o simplemente estamos parcheando un problema mucho más profundo que necesita una solución estructural y judicial contundente?
