¡Ay, Dios mío! Parece que San Pedro nos va a regañar con creces esta semana. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) echó humo ayer, avisándonos que vamos a tener aguaceros pesados prácticamente en toda la tira. No es un chaparrón pa' mojarnos los pies, ¡no, mae! Esto pinta pa’ un buen diluvio, así que agarren sus paraguas y preparen los canales, porque esto se arma.
Según los expertos del IMN, la situación se mantiene así, con un viento alisio flojito que le está dando facilidades a la brisa marina para meterse y juntarse con las altas temperaturas. Eso, sumándole la influencia de la Zona de Convergencia Intertropical que siempre anda ahí aportando humedad, crea el combo perfecto para que se formen aguaceros como nunca. Y ni hablar de la onda tropical número 31 que se viene encima, ¡eso sí que lo va a hacer sentir!
Desde tempranito, se reportaron lluvias dispersas en las zonas costeras, sobre todo en el Pacífico. Pero la verdadera jugada empieza en la tarde, cuando se anticipan aguaceros con tormentas eléctricas en el Pacífico, el Valle Central y en las montañas del Caribe y la Zona Norte. Imagínate, ¡hasta en el cerro se van a mojar! Dicen que alrededor de las cordilleras podrían caer entre 30 y 50 milímetros de lluvia en unas seis a doce horas, ¡y en algunos lugares hasta 75 milímetros! Qué harta, pero hay que estar preparados.
Y si piensas que eso es todo, espérate. En algunas partes bajas de las montañas, el asunto se pone aún más serio. En el Pacífico Norte y la Zona Norte, podrían llegar hasta 90 milímetros de lluvia, mientras que en el Pacífico Central y Sur, ¡podrían acumularse hasta 750 milímetros en puntos puntuales! Literalmente, una piscina olímpica cayéndose del cielo. En el Valle Central, la cosa estará más tranquila, pero igual habrá que echarle ojo a esos sectores del este donde podrían caer unos 75 milímetros. Y en el Caribe, las lluvias más fuertes se concentrarán en las zonas montañosas.
Pero bueno, que no todo es malo, ¿verdad? Según el IMN, a primera hora de la noche, esperamos lluvias y aguaceros fuertes a lo largo de la costa del Pacífico Norte y la Zona Norte. Así que, si planeabas ir a la playa a despedirte del sol, quizás debas reconsiderarlo. Mejor ponte cómodo en casa, lee un libro y disfruta del sonido de la lluvia… a menos que te guste mojarte como un gato, claro.
Lo preocupante, mae, es que los análisis del IMN muestran que la tierra en la Zona Norte ya está bien empapada, gracias a las lluvias que tuvimos la semana pasada. También estamos viendo un aumento notable en la humedad en la Península de Nicoya, Garabito y el Pacífico Sur. Esto significa que somos más susceptibles a deslizamientos e inundaciones, así que hay que extremar las precauciones y no bajar la guardia. ¡No queremos terminar como en las películas de desastre, eh!
Así que, el IMN nos pide que estemos atentos a las posibles inundaciones, especialmente si vives cerca de quebradas o alcantarillas que puedan saturarse. Y si ves que empiezan a caer rayos y relámpagos, ¡busca refugio rápido! Pueden salir ramas voladoras, cables eléctricos… ¡un verdadero boche! Estos vientos pueden llegar a alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora en casos aislados, así que no te andes jugando. Mejor prevenir que lamentar, diay.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Cómo creen que deberíamos prepararnos, como comunidad, para enfrentar este tipo de fenómenos meteorológicos extremos que parecen cada vez más frecuentes? ¿Estamos haciendo suficiente para mitigar los riesgos y proteger a nuestros vecinos, especialmente aquellos que viven en zonas vulnerables?
Según los expertos del IMN, la situación se mantiene así, con un viento alisio flojito que le está dando facilidades a la brisa marina para meterse y juntarse con las altas temperaturas. Eso, sumándole la influencia de la Zona de Convergencia Intertropical que siempre anda ahí aportando humedad, crea el combo perfecto para que se formen aguaceros como nunca. Y ni hablar de la onda tropical número 31 que se viene encima, ¡eso sí que lo va a hacer sentir!
Desde tempranito, se reportaron lluvias dispersas en las zonas costeras, sobre todo en el Pacífico. Pero la verdadera jugada empieza en la tarde, cuando se anticipan aguaceros con tormentas eléctricas en el Pacífico, el Valle Central y en las montañas del Caribe y la Zona Norte. Imagínate, ¡hasta en el cerro se van a mojar! Dicen que alrededor de las cordilleras podrían caer entre 30 y 50 milímetros de lluvia en unas seis a doce horas, ¡y en algunos lugares hasta 75 milímetros! Qué harta, pero hay que estar preparados.
Y si piensas que eso es todo, espérate. En algunas partes bajas de las montañas, el asunto se pone aún más serio. En el Pacífico Norte y la Zona Norte, podrían llegar hasta 90 milímetros de lluvia, mientras que en el Pacífico Central y Sur, ¡podrían acumularse hasta 750 milímetros en puntos puntuales! Literalmente, una piscina olímpica cayéndose del cielo. En el Valle Central, la cosa estará más tranquila, pero igual habrá que echarle ojo a esos sectores del este donde podrían caer unos 75 milímetros. Y en el Caribe, las lluvias más fuertes se concentrarán en las zonas montañosas.
Pero bueno, que no todo es malo, ¿verdad? Según el IMN, a primera hora de la noche, esperamos lluvias y aguaceros fuertes a lo largo de la costa del Pacífico Norte y la Zona Norte. Así que, si planeabas ir a la playa a despedirte del sol, quizás debas reconsiderarlo. Mejor ponte cómodo en casa, lee un libro y disfruta del sonido de la lluvia… a menos que te guste mojarte como un gato, claro.
Lo preocupante, mae, es que los análisis del IMN muestran que la tierra en la Zona Norte ya está bien empapada, gracias a las lluvias que tuvimos la semana pasada. También estamos viendo un aumento notable en la humedad en la Península de Nicoya, Garabito y el Pacífico Sur. Esto significa que somos más susceptibles a deslizamientos e inundaciones, así que hay que extremar las precauciones y no bajar la guardia. ¡No queremos terminar como en las películas de desastre, eh!
Así que, el IMN nos pide que estemos atentos a las posibles inundaciones, especialmente si vives cerca de quebradas o alcantarillas que puedan saturarse. Y si ves que empiezan a caer rayos y relámpagos, ¡busca refugio rápido! Pueden salir ramas voladoras, cables eléctricos… ¡un verdadero boche! Estos vientos pueden llegar a alcanzar velocidades de hasta 80 kilómetros por hora en casos aislados, así que no te andes jugando. Mejor prevenir que lamentar, diay.
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Cómo creen que deberíamos prepararnos, como comunidad, para enfrentar este tipo de fenómenos meteorológicos extremos que parecen cada vez más frecuentes? ¿Estamos haciendo suficiente para mitigar los riesgos y proteger a nuestros vecinos, especialmente aquellos que viven en zonas vulnerables?