¡Ay, Dios mío! El ambiente político se puso candentito, pura humareda. Claudio Alpízar, el candidato de Esperanza Nacional, soltó unas verdades que hicieron temblar las paredes de la Asamblea Legislativa y pusieron a Pilar Cisneros en el centro de la diana. El mae le metió con todo, acusándola de haberle dado vuelta a la tortilla y representar ahora mismo justo aquello que tan duramente criticaba en el pasado. ¡Qué torbellino!
Para ponerle un poquito de contexto, Cisneros, que viene siendo una figura bastante conocida en el periodismo nacional, ahora se desempeña como diputada y jefa de fracción del partido oficialista. Su trayectoria siempre ha estado marcada por posturas consideradas progresistas y críticas hacia ciertos aspectos de la política tradicional. Pero ahí va la jugada: Alpízar dice que esos principios volaron por la ventana y que ahora Cisneros es prácticamente un reflejo de lo que antes denunciaba.
“Pilar, usted ha perdido toda su credibilidad en este país, ni como política ni como periodista tiene credibilidad,” declaró Alpízar con contundencia durante un reciente discurso. “Usted como diputada representa todo lo que criticó, todas esas cosas feas que hablaba que se daban en nuestro país, hoy la representa usted.” Son palabras fuertes, claro, y generaron un revuelo considerable entre los analistas políticos y, por supuesto, en redes sociales. ¡Se armó la bolocha!
Pero Alpízar no se quedó solo en eso. El candidato también le sacó a relucir algunas contradicciones ideológicas que considera flagrantes. Según él, Cisneros se ha contradicho al atacar sus propuestas calificándolas de “enemigas del chavismo”. Alpízar respondió contundentemente que precisamente su rechazo al modelo venezolano es lo que lo diferencia de cualquier tendencia autoritaria.
Y aquí viene lo más picante: Alpízar incluso la acusó, ¡ojo!, de traer a Costa Rica vestigios del gobierno autoritario de Alberto Fujimori. “Resulta que sale Pilar Cisneros diciendo que yo soy enemigo del chavismo. Efectivamente, soy enemigo del chavismo. Se le olvida a Pilar Cisneros también que cuando ella salió del Perú salió huyendo del autoritarismo de Alberto Fujimori, pero parece que en su corazón trajo el fujmorismo a Costa Rica”, sentenció el candidato. ¡Vaya churro! Una acusación de peso, que seguramente Cisneros tendrá que responder pronto.
Todo esto surge a raíz de las declaraciones de Cisneros sobre la solicitud del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) a la Asamblea Legislativa para retirar la inmunidad del Presidente Rodrigo Chaves. La diputada, en un video que circuló rápidamente, sugirió que podría estar frente a “un intento de golpe de Estado institucional contra el presidente más popular de la historia de Costa Rica”. ¡Imagínate el escándalo! Cisneros pintó el panorama como una persecución política orquestada por la llamada ‘casta’ para desprestigiar al mandatario.
Muchos interpretan estas acciones como parte de la estrategia de campaña de Alpízar, buscando capitalizar la popularidad del Presidente Chaves y restarle fuerza a la oposición. Otros, sin embargo, ven en las acusaciones de Alpízar un ataque personal injustificado y una muestra de intolerancia política. Lo cierto es que la polémica se instaló en el debate público y promete darle mucho qué hablar a los ciudadanos en las próximas semanas. ¡Esto está que arde!
Ahora bien, con tanta controversia y acusaciones cruzadas, me pregunto: ¿hasta dónde puede llegar la polarización política en Costa Rica? ¿Creen que las críticas de Alpízar son justificadas, o simplemente una estrategia para ganar votos? Y lo más importante, ¿cómo podemos mantener un debate público sano y respetuoso en medio de tanta tensión?
Para ponerle un poquito de contexto, Cisneros, que viene siendo una figura bastante conocida en el periodismo nacional, ahora se desempeña como diputada y jefa de fracción del partido oficialista. Su trayectoria siempre ha estado marcada por posturas consideradas progresistas y críticas hacia ciertos aspectos de la política tradicional. Pero ahí va la jugada: Alpízar dice que esos principios volaron por la ventana y que ahora Cisneros es prácticamente un reflejo de lo que antes denunciaba.
“Pilar, usted ha perdido toda su credibilidad en este país, ni como política ni como periodista tiene credibilidad,” declaró Alpízar con contundencia durante un reciente discurso. “Usted como diputada representa todo lo que criticó, todas esas cosas feas que hablaba que se daban en nuestro país, hoy la representa usted.” Son palabras fuertes, claro, y generaron un revuelo considerable entre los analistas políticos y, por supuesto, en redes sociales. ¡Se armó la bolocha!
Pero Alpízar no se quedó solo en eso. El candidato también le sacó a relucir algunas contradicciones ideológicas que considera flagrantes. Según él, Cisneros se ha contradicho al atacar sus propuestas calificándolas de “enemigas del chavismo”. Alpízar respondió contundentemente que precisamente su rechazo al modelo venezolano es lo que lo diferencia de cualquier tendencia autoritaria.
Y aquí viene lo más picante: Alpízar incluso la acusó, ¡ojo!, de traer a Costa Rica vestigios del gobierno autoritario de Alberto Fujimori. “Resulta que sale Pilar Cisneros diciendo que yo soy enemigo del chavismo. Efectivamente, soy enemigo del chavismo. Se le olvida a Pilar Cisneros también que cuando ella salió del Perú salió huyendo del autoritarismo de Alberto Fujimori, pero parece que en su corazón trajo el fujmorismo a Costa Rica”, sentenció el candidato. ¡Vaya churro! Una acusación de peso, que seguramente Cisneros tendrá que responder pronto.
Todo esto surge a raíz de las declaraciones de Cisneros sobre la solicitud del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) a la Asamblea Legislativa para retirar la inmunidad del Presidente Rodrigo Chaves. La diputada, en un video que circuló rápidamente, sugirió que podría estar frente a “un intento de golpe de Estado institucional contra el presidente más popular de la historia de Costa Rica”. ¡Imagínate el escándalo! Cisneros pintó el panorama como una persecución política orquestada por la llamada ‘casta’ para desprestigiar al mandatario.
Muchos interpretan estas acciones como parte de la estrategia de campaña de Alpízar, buscando capitalizar la popularidad del Presidente Chaves y restarle fuerza a la oposición. Otros, sin embargo, ven en las acusaciones de Alpízar un ataque personal injustificado y una muestra de intolerancia política. Lo cierto es que la polémica se instaló en el debate público y promete darle mucho qué hablar a los ciudadanos en las próximas semanas. ¡Esto está que arde!
Ahora bien, con tanta controversia y acusaciones cruzadas, me pregunto: ¿hasta dónde puede llegar la polarización política en Costa Rica? ¿Creen que las críticas de Alpízar son justificadas, o simplemente una estrategia para ganar votos? Y lo más importante, ¿cómo podemos mantener un debate público sano y respetuoso en medio de tanta tensión?