¡Ay, Dios mío! El caso de Leandro, el nene de cinco años que desapareció en Purral de Goicoechea, sigue doliéndonos hasta los huesos. Desde que se le tragó la tierra hace unos días, el país entero ha estado pegadito a las noticias buscando cualquier pista. Ahora, el PANI está moviéndose para darle manito a la familia, porque imagínate el golpe que les debe estar dando.
La situación es de película, eh. Según nos cuentan, la mami de Leandro, Lourdes Mangas, venía regresando de la guardería bajo un aguacero tremendo, cargando con una pila de cosas: sus tres hijos, dos sobrinitos, bolsos, ¡hasta una sombrilla que se le enredaba en el pelo! Un brete, vaya. Relató cómo el pequeño se resbaló en un cano lleno de agua y, ¡zas!, se fue directo a la alcantarilla, arrastrado por la corriente. Una torta, simplemente.
Imagínate la desesperación de la mamá al intentar agarrarlo, pero la fuerza del agua era demasiada. Después vino el susto de que los vecinos encontraran la capota del nene en un río cercano. ¡Qué sal! No hay peor cosa que saber que tu hijo está perdido así. El tío de Leandro, que vive allá en Estados Unidos, ha estado echándole ganas a la búsqueda y rogando que no pierdan la esperanza. “Necesitamos hacer todo lo posible por encontrarlo ya”, dijo entre lágrimas. Da tristeza, de verdad.
El PANI, consciente de la magnitud de la tragedia, no se quedó cruzado de brazos. Han desplegado equipos de atención psicológica para apoyar a toda la familia, incluyendo a los hermanos y primos de Leandro, que también están pasándola muy feo. Funcionarios del Patronato se han puesto manos a la obra valorando su estado emocional y coordinando con la Clínica Jiménez Núñez y el Comité Municipal de Emergencias de Goicoechea. A ver si logran ayudarles a llevar esto con un poquito más de calma.
Y hablando de la emergencia, parece que hubo algunas fallas en el sistema de alcantarillado, eh. Algunos vecinos aseguran que la estructura estaba rebasada de agua desde hacía tiempo, lo cual contribuyó a que el rescate fuera tan complicado. Esto puso a sonar alarmas sobre el mantenimiento de la infraestructura en nuestras comunidades. ¡Qué carga tener que pasar por estas situaciones!
La Cruz Roja Costarricense también se ha sumado a los esfuerzos de búsqueda y rescate, utilizando perros rastreadores y drones para cubrir áreas difíciles de acceder. Además, la Fiscalía ha abierto una investigación para determinar si hubo alguna negligencia en relación con el estado de las alcantarillas. Esperemos que encuentren pronto a Leandro y que se haga justicia, aunque nada aliviará el dolor de la familia.
Este caso nos recuerda lo importante que es cuidar nuestros espacios públicos y asegurarnos de que sean seguros para todos, especialmente para los más pequeños. También nos invita a reflexionar sobre la vulnerabilidad de los niños frente a situaciones de riesgo y la necesidad de fortalecer los sistemas de protección infantil. Hay que ponerle empeño a estas cosas, porque no podemos permitir que tragedias como esta sigan sucediendo. Se necesita más conciencia social y responsabilidades por parte de las autoridades.
En fin, el corazón está contigo, familia Mangas. Que Dios los bendiga y les dé fortaleza para superar esta prueba. Pero dime tú, ¿crees que las autoridades deberían invertir más recursos en mejorar la infraestructura de nuestras ciudades para prevenir accidentes similares en el futuro?
La situación es de película, eh. Según nos cuentan, la mami de Leandro, Lourdes Mangas, venía regresando de la guardería bajo un aguacero tremendo, cargando con una pila de cosas: sus tres hijos, dos sobrinitos, bolsos, ¡hasta una sombrilla que se le enredaba en el pelo! Un brete, vaya. Relató cómo el pequeño se resbaló en un cano lleno de agua y, ¡zas!, se fue directo a la alcantarilla, arrastrado por la corriente. Una torta, simplemente.
Imagínate la desesperación de la mamá al intentar agarrarlo, pero la fuerza del agua era demasiada. Después vino el susto de que los vecinos encontraran la capota del nene en un río cercano. ¡Qué sal! No hay peor cosa que saber que tu hijo está perdido así. El tío de Leandro, que vive allá en Estados Unidos, ha estado echándole ganas a la búsqueda y rogando que no pierdan la esperanza. “Necesitamos hacer todo lo posible por encontrarlo ya”, dijo entre lágrimas. Da tristeza, de verdad.
El PANI, consciente de la magnitud de la tragedia, no se quedó cruzado de brazos. Han desplegado equipos de atención psicológica para apoyar a toda la familia, incluyendo a los hermanos y primos de Leandro, que también están pasándola muy feo. Funcionarios del Patronato se han puesto manos a la obra valorando su estado emocional y coordinando con la Clínica Jiménez Núñez y el Comité Municipal de Emergencias de Goicoechea. A ver si logran ayudarles a llevar esto con un poquito más de calma.
Y hablando de la emergencia, parece que hubo algunas fallas en el sistema de alcantarillado, eh. Algunos vecinos aseguran que la estructura estaba rebasada de agua desde hacía tiempo, lo cual contribuyó a que el rescate fuera tan complicado. Esto puso a sonar alarmas sobre el mantenimiento de la infraestructura en nuestras comunidades. ¡Qué carga tener que pasar por estas situaciones!
La Cruz Roja Costarricense también se ha sumado a los esfuerzos de búsqueda y rescate, utilizando perros rastreadores y drones para cubrir áreas difíciles de acceder. Además, la Fiscalía ha abierto una investigación para determinar si hubo alguna negligencia en relación con el estado de las alcantarillas. Esperemos que encuentren pronto a Leandro y que se haga justicia, aunque nada aliviará el dolor de la familia.
Este caso nos recuerda lo importante que es cuidar nuestros espacios públicos y asegurarnos de que sean seguros para todos, especialmente para los más pequeños. También nos invita a reflexionar sobre la vulnerabilidad de los niños frente a situaciones de riesgo y la necesidad de fortalecer los sistemas de protección infantil. Hay que ponerle empeño a estas cosas, porque no podemos permitir que tragedias como esta sigan sucediendo. Se necesita más conciencia social y responsabilidades por parte de las autoridades.
En fin, el corazón está contigo, familia Mangas. Que Dios los bendiga y les dé fortaleza para superar esta prueba. Pero dime tú, ¿crees que las autoridades deberían invertir más recursos en mejorar la infraestructura de nuestras ciudades para prevenir accidentes similares en el futuro?