¡Ay, Dios mío! Esto va quedando feísimo para algunos, chavos. La encuesta de Opol Consultores soltó los números y parece que Laura Fernández se lleva la posta. Con un 45,1% de intención de voto entre los decididos, la candidata oficialista prácticamente tiene el brío asegurado para llegar a Hacienda Presidencial, y eso sin tener que andar sudando la camiseta en una segunda ronda. ¡Qué carga!
Para entender bien este panorama, hay que recordar que desde hace rato la “heredera del rodriguismo” viene calentando motores, metiéndose en todos lados y buscando conectar con el electorado. Su estrategia de aferrarse a la figura de Chaves y prometer la continuidad de sus políticas parece estar dando frutos, especialmente entre aquellos que prefieren estabilidad y no quieren ver cambios bruscos. Además, Álvaro Ramos del PLN anda bastante lost, con solo un 9,4% de apoyo. ¡Qué despiche!
Y hablando de porcentajes bajos, Fabricio Alvarado de Nueva República se queda rezagado con un 8,79%, seguido por Natalia Díaz de Unidos Podemos (8,01%), Ariel Robles del Frente Amplio (6,44%) y Claudia Dobles de Agenda Ciudadana (5,58%). La brecha entre Fernández y el resto es abismal, lo que alimenta la idea de que estamos ante una elección prácticamente definida. Que nivel de ventaja, mae.
La encuesta de Opol Consultores, realizada entre el 25 y el 29 de septiembre, entrevistó a tres mil personas en todo el país, con un margen de error de 1,8% y un nivel de confianza del 95%. Eso quiere decir que los resultados tienen bastante credibilidad, y que no son producto de la casualidad. Aunque siempre hay que tomar estas cosas con pinzas, la tendencia parece clara: Fernández va viento en popa.
Después de conocer los resultados, Fernández, quien acompañaba al presidente Chaves en Puntarenas, aprovechó para agradecer el apoyo popular y reafirmar su compromiso con la continuidad del gobierno. "No soy hija de un exdiputado, ni tampoco casada con un expresidente. Soy nieta de agricultores, y mi familia ha trabajado durísimo toda su vida," declaró la candidata, tratando de distanciarse de la élite política tradicional y conectarse con el sentir del pueblo. "La continuidad del gobierno del presidente Chaves es fundamental para sacar a Costa Rica adelante, y el pueblo lo sabe", agregó, mostrando seguridad y convicción.
Este escenario plantea varias preguntas. ¿Lograrán los otros candidatos reaccionar a tiempo y acortar la distancia? ¿Podrá Ramos revitalizar su campaña y recuperar terreno perdido? ¿O estaremos frente a una victoria anticipada de Fernández? La realidad es que el PLN necesita una movida grande, porque así, con esos números, van pa’ atrás. De verdad, qué vareta complicada tienen ahora mismo.
Algunos analistas políticos señalan que el éxito de Fernández radica en su capacidad para capitalizar el legado de Chaves y proyectar una imagen de renovación dentro del oficialismo. Otros argumentan que la polarización del electorado favorece a la candidata, ya que muchos votantes prefieren la opción conocida a los riesgos de un cambio radical. Sea cual sea la razón, lo cierto es que Fernández ha sabido posicionarse como la favorita indiscutible de la contienda. ¡Qué chiva!
Ahora, cambiando de tema, y dejando de lado los tecnicismos de las encuestas y los números fríos, me pregunto: ¿Realmente creen que la promesa de continuidad es suficiente para que Fernández gane las elecciones, o necesitan ofrecer propuestas nuevas y atractivas para convencer al electorado indeciso? Vamos a ponerle atención a esto, porque al final, diay, nosotros somos los que vamos a sufrir las consecuencias, ¿no?
Para entender bien este panorama, hay que recordar que desde hace rato la “heredera del rodriguismo” viene calentando motores, metiéndose en todos lados y buscando conectar con el electorado. Su estrategia de aferrarse a la figura de Chaves y prometer la continuidad de sus políticas parece estar dando frutos, especialmente entre aquellos que prefieren estabilidad y no quieren ver cambios bruscos. Además, Álvaro Ramos del PLN anda bastante lost, con solo un 9,4% de apoyo. ¡Qué despiche!
Y hablando de porcentajes bajos, Fabricio Alvarado de Nueva República se queda rezagado con un 8,79%, seguido por Natalia Díaz de Unidos Podemos (8,01%), Ariel Robles del Frente Amplio (6,44%) y Claudia Dobles de Agenda Ciudadana (5,58%). La brecha entre Fernández y el resto es abismal, lo que alimenta la idea de que estamos ante una elección prácticamente definida. Que nivel de ventaja, mae.
La encuesta de Opol Consultores, realizada entre el 25 y el 29 de septiembre, entrevistó a tres mil personas en todo el país, con un margen de error de 1,8% y un nivel de confianza del 95%. Eso quiere decir que los resultados tienen bastante credibilidad, y que no son producto de la casualidad. Aunque siempre hay que tomar estas cosas con pinzas, la tendencia parece clara: Fernández va viento en popa.
Después de conocer los resultados, Fernández, quien acompañaba al presidente Chaves en Puntarenas, aprovechó para agradecer el apoyo popular y reafirmar su compromiso con la continuidad del gobierno. "No soy hija de un exdiputado, ni tampoco casada con un expresidente. Soy nieta de agricultores, y mi familia ha trabajado durísimo toda su vida," declaró la candidata, tratando de distanciarse de la élite política tradicional y conectarse con el sentir del pueblo. "La continuidad del gobierno del presidente Chaves es fundamental para sacar a Costa Rica adelante, y el pueblo lo sabe", agregó, mostrando seguridad y convicción.
Este escenario plantea varias preguntas. ¿Lograrán los otros candidatos reaccionar a tiempo y acortar la distancia? ¿Podrá Ramos revitalizar su campaña y recuperar terreno perdido? ¿O estaremos frente a una victoria anticipada de Fernández? La realidad es que el PLN necesita una movida grande, porque así, con esos números, van pa’ atrás. De verdad, qué vareta complicada tienen ahora mismo.
Algunos analistas políticos señalan que el éxito de Fernández radica en su capacidad para capitalizar el legado de Chaves y proyectar una imagen de renovación dentro del oficialismo. Otros argumentan que la polarización del electorado favorece a la candidata, ya que muchos votantes prefieren la opción conocida a los riesgos de un cambio radical. Sea cual sea la razón, lo cierto es que Fernández ha sabido posicionarse como la favorita indiscutible de la contienda. ¡Qué chiva!
Ahora, cambiando de tema, y dejando de lado los tecnicismos de las encuestas y los números fríos, me pregunto: ¿Realmente creen que la promesa de continuidad es suficiente para que Fernández gane las elecciones, o necesitan ofrecer propuestas nuevas y atractivas para convencer al electorado indeciso? Vamos a ponerle atención a esto, porque al final, diay, nosotros somos los que vamos a sufrir las consecuencias, ¿no?
