¡Ay, Dios mío, qué bronca! La situación entre la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf) se ha puesto más complicada que un brete en hora pico. Resulta que andan tirándose la bolita sobre quién tiene la culpa de los retrasos en los pagos de las licencias de cuidado a enfermos. Parece que la coordinación entre estas dos instituciones es tan floja como un calcetín viejo, y eso afecta directamente a familias que están pasando por momentos bien difíciles.
Según Arnoldo León, del Área Tesorería General de la CCSS, el programa de fase terminal se quedó sin billete y el presupuesto se fue pa’l garete a mitad de año. Enviaron un oficio a Fodesaf recordándoles que necesitan echarle un ojo a esto, pero parece que la cosa no va andando como debería. Explicó que la CCSS paga a los beneficiarios conforme recibe la lana de Fodesaf, y actualmente les está faltando pa’ seguir cubriendo los gastos. Ya saben cómo es esto, papeleo, coordinaciones… ¡Un verdadero chinchorro!
Pero Fodesaf no se queda calladito y contesta que esas declaraciones de la CCSS son pura mentira, ¡qué sal! Afirman que han hecho transferencias adicionales y hasta adelantos, así que no entienden por qué la Caja dice que no tienen fondos. Dicen que todos sus recursos están asignados y que no hay dinero extra ni pa' medias tintas. Además, resaltan que atendieron las solicitudes de la CCSS para conseguir liquidez, demostrando que sí quieren colaborar, aunque la normativa sea un poco engorrosa.
Luis Ávalos, director de la Dirección de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares, soltó la bomba diciendo que toda esta vaina se debe a problemas financieros de la CCSS. Según él, Fodesaf sí ha transferido la plata completa y hasta ha ido creciendo con el tiempo. Claro, echarle la culpa a otro siempre es más fácil, ¿verdad? Pero cuando te toca pasarla mal, ahí sí se pone complicado.
Y en medio de este tira y afloja, Ivon Brenes, una madre desesperada, es la que está pagando la peor parte. Hace más de un mes que no recibe el pago de la licencia que le dieron para cuidar a su hija de tres años, que está bien delicadita. Dice que los atrasos son constantes desde principio de año, pero ahora la cosa se puso peor, ¡más de 30 días sin ver ni un colón! Le dicen que el problema es que Fodesaf no ha mandado la plata, pero ellos dicen que sí la enviaron. ¡Una verdadera pesadilla!
“La Caja no ha depositado nada en todo septiembre y me adeudan días de agosto”, lamenta Ivon. Está cuidando a su hijita y no sabe cómo llegar a fin de mes. Le cortaron la luz, tuvo que pedir prestado, y ahora no puede comprarle ni leche. Imagínense la angustia de estar cuidando a un ser querido que necesita atención constante y no tener los recursos para cubrir las necesidades básicas. ¡Es más que justo que le presten atención a esto!
Ella asegura que hay miles de personas en la misma situación, pero muchas no denuncian porque están pegadas al cuidado de sus familiares enfermos. Están desesperadas, varadas, sin saber a dónde recurrir. Ivon nos comenta: “Estoy desesperada”. Se siente impotente al ver cómo la situación económica familiar se va al traste, mientras intenta brindar el mejor cuidado posible a su hija. Realmente, este caso es un claro ejemplo de cómo la burocracia puede afectar directamente la vida de las personas más vulnerables.
Esta maraña administrativa y contradictoria deja a miles de familias en una situación precaria y vulnerable. ¿Será que necesitamos un cambio radical en la gestión de estos fondos, o estamos condenados a vivir con este tipo de situaciones indefinidamente? ¿Qué medidas urgentes creen que deberían tomar tanto la CCSS como Fodesaf para solucionar este problema y garantizar el bienestar de las familias que dependen de estas licencias?
Según Arnoldo León, del Área Tesorería General de la CCSS, el programa de fase terminal se quedó sin billete y el presupuesto se fue pa’l garete a mitad de año. Enviaron un oficio a Fodesaf recordándoles que necesitan echarle un ojo a esto, pero parece que la cosa no va andando como debería. Explicó que la CCSS paga a los beneficiarios conforme recibe la lana de Fodesaf, y actualmente les está faltando pa’ seguir cubriendo los gastos. Ya saben cómo es esto, papeleo, coordinaciones… ¡Un verdadero chinchorro!
Pero Fodesaf no se queda calladito y contesta que esas declaraciones de la CCSS son pura mentira, ¡qué sal! Afirman que han hecho transferencias adicionales y hasta adelantos, así que no entienden por qué la Caja dice que no tienen fondos. Dicen que todos sus recursos están asignados y que no hay dinero extra ni pa' medias tintas. Además, resaltan que atendieron las solicitudes de la CCSS para conseguir liquidez, demostrando que sí quieren colaborar, aunque la normativa sea un poco engorrosa.
Luis Ávalos, director de la Dirección de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares, soltó la bomba diciendo que toda esta vaina se debe a problemas financieros de la CCSS. Según él, Fodesaf sí ha transferido la plata completa y hasta ha ido creciendo con el tiempo. Claro, echarle la culpa a otro siempre es más fácil, ¿verdad? Pero cuando te toca pasarla mal, ahí sí se pone complicado.
Y en medio de este tira y afloja, Ivon Brenes, una madre desesperada, es la que está pagando la peor parte. Hace más de un mes que no recibe el pago de la licencia que le dieron para cuidar a su hija de tres años, que está bien delicadita. Dice que los atrasos son constantes desde principio de año, pero ahora la cosa se puso peor, ¡más de 30 días sin ver ni un colón! Le dicen que el problema es que Fodesaf no ha mandado la plata, pero ellos dicen que sí la enviaron. ¡Una verdadera pesadilla!
“La Caja no ha depositado nada en todo septiembre y me adeudan días de agosto”, lamenta Ivon. Está cuidando a su hijita y no sabe cómo llegar a fin de mes. Le cortaron la luz, tuvo que pedir prestado, y ahora no puede comprarle ni leche. Imagínense la angustia de estar cuidando a un ser querido que necesita atención constante y no tener los recursos para cubrir las necesidades básicas. ¡Es más que justo que le presten atención a esto!
Ella asegura que hay miles de personas en la misma situación, pero muchas no denuncian porque están pegadas al cuidado de sus familiares enfermos. Están desesperadas, varadas, sin saber a dónde recurrir. Ivon nos comenta: “Estoy desesperada”. Se siente impotente al ver cómo la situación económica familiar se va al traste, mientras intenta brindar el mejor cuidado posible a su hija. Realmente, este caso es un claro ejemplo de cómo la burocracia puede afectar directamente la vida de las personas más vulnerables.
Esta maraña administrativa y contradictoria deja a miles de familias en una situación precaria y vulnerable. ¿Será que necesitamos un cambio radical en la gestión de estos fondos, o estamos condenados a vivir con este tipo de situaciones indefinidamente? ¿Qué medidas urgentes creen que deberían tomar tanto la CCSS como Fodesaf para solucionar este problema y garantizar el bienestar de las familias que dependen de estas licencias?