¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con el circo político, parce. Resulta que Don Rodrigo, nuestro presidente, decidió que el Congreso puede esperarse. Anunció que no irá a la votación de su inmunidad el lunes, alegando que no quiere ser parte de lo que él llama un 'show'. Más bien parece una jugada maestra para evitar ponerse en una posición incómoda, ¿verdad?
Todo esto viene de punta, claro. Como recordarán, la Fiscalía tiene en la mira a Chaves por una sospechosa contratación de unos buenos ¢400 mil a una productora llamada RMC La Productora S.A., también conocida como Nocaut. Según dicen, el empresario Christian Bulgarelli, movió esos billetes para Federico Cruz, el amiguete y asesor presidencial, y todo estaría orquestado por el mismísimo presidente y el exministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez. ¡Una vaina mamona!
Ahora, el presidente dice que no pierde el sueño con esto, y que la gente debería estar tranquila. Pero vamos, ¿quién nos cree? Él insiste en que está diciendo la verdad y que hay un grupito de personas tratando de sabotearlo. Lo de la 'bola de cristal' fue un buen toque, ahí le dio con el palo para dejar claro que no tiene idea de si tendrá o no los votos necesarios para salvarse.
La sesión en el Congreso promete ser larga, desde las dos hasta las siete de la tarde. Para quitarle la inmunidad al presidente, necesitan al menos 38 votos. Esto significa que la pelea está candela, y que cada diputado vale oro. Las bancadas opositoras, obviamente, están felices con esta oportunidad de meterle presión a Chaves, mientras que sus aliados intentan mantener la calma y buscar los apoyos necesarios.
Lo curioso de todo esto es cómo Chaves ha logrado convertir esta crisis en una especie de defensa personal contra lo que él considera una persecución política. Ha apelado al sentimiento nacionalista, presentándose como el defensor del pueblo contra un poder judicial y legislativo que, según él, están conspirando en su contra. ¿Será estrategia o simple desesperación, diay?
Y hablando de estrategias, muchos analistas políticos señalan que la ausencia de Chaves en el Congreso podría ser una maniobra para deslegitimar la votación. Al no asistir, pretende dar la impresión de que no reconoce la validez del proceso y de que está siendo víctima de un juicio político injusto. Esto podría tener consecuencias a largo plazo en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
Algunos recuerdan otros momentos turbulentos en nuestra historia donde los presidentes han tenido roces con el Congreso. No es la primera vez que vemos estas situaciones, aunque la forma en que Chaves está manejando este brete es bastante particular. Su estilo directo y confrontacional, a veces, da gusto, pero otras veces te hace preguntarte qué estará pensando realmente. Este caso, sin duda, quedará grabado en los anales de la política costarricense.
En fin, la cosa está que arde, parce. El lunes será un día clave para definir el futuro político de Rodrigo Chaves y, quizás, el rumbo del país. ¿Ustedes creen que la ausencia del Presidente al Congreso fortalecerá o debilitará su posición ante la opinión pública y en la negociación con los diputados? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡quiero leer sus opiniones!
Todo esto viene de punta, claro. Como recordarán, la Fiscalía tiene en la mira a Chaves por una sospechosa contratación de unos buenos ¢400 mil a una productora llamada RMC La Productora S.A., también conocida como Nocaut. Según dicen, el empresario Christian Bulgarelli, movió esos billetes para Federico Cruz, el amiguete y asesor presidencial, y todo estaría orquestado por el mismísimo presidente y el exministro de Comunicaciones, Jorge Rodríguez. ¡Una vaina mamona!
Ahora, el presidente dice que no pierde el sueño con esto, y que la gente debería estar tranquila. Pero vamos, ¿quién nos cree? Él insiste en que está diciendo la verdad y que hay un grupito de personas tratando de sabotearlo. Lo de la 'bola de cristal' fue un buen toque, ahí le dio con el palo para dejar claro que no tiene idea de si tendrá o no los votos necesarios para salvarse.
La sesión en el Congreso promete ser larga, desde las dos hasta las siete de la tarde. Para quitarle la inmunidad al presidente, necesitan al menos 38 votos. Esto significa que la pelea está candela, y que cada diputado vale oro. Las bancadas opositoras, obviamente, están felices con esta oportunidad de meterle presión a Chaves, mientras que sus aliados intentan mantener la calma y buscar los apoyos necesarios.
Lo curioso de todo esto es cómo Chaves ha logrado convertir esta crisis en una especie de defensa personal contra lo que él considera una persecución política. Ha apelado al sentimiento nacionalista, presentándose como el defensor del pueblo contra un poder judicial y legislativo que, según él, están conspirando en su contra. ¿Será estrategia o simple desesperación, diay?
Y hablando de estrategias, muchos analistas políticos señalan que la ausencia de Chaves en el Congreso podría ser una maniobra para deslegitimar la votación. Al no asistir, pretende dar la impresión de que no reconoce la validez del proceso y de que está siendo víctima de un juicio político injusto. Esto podría tener consecuencias a largo plazo en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
Algunos recuerdan otros momentos turbulentos en nuestra historia donde los presidentes han tenido roces con el Congreso. No es la primera vez que vemos estas situaciones, aunque la forma en que Chaves está manejando este brete es bastante particular. Su estilo directo y confrontacional, a veces, da gusto, pero otras veces te hace preguntarte qué estará pensando realmente. Este caso, sin duda, quedará grabado en los anales de la política costarricense.
En fin, la cosa está que arde, parce. El lunes será un día clave para definir el futuro político de Rodrigo Chaves y, quizás, el rumbo del país. ¿Ustedes creen que la ausencia del Presidente al Congreso fortalecerá o debilitará su posición ante la opinión pública y en la negociación con los diputados? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡quiero leer sus opiniones!