¡Ay, dios mío! El Presidente Rodrigo Chaves mandó callar a to’a la banca con su última jugada: no va a ir a la Asamblea a enfrentar la votación sobre si lo dejan seguir siendo president’, ni loco. Parece que se agarró a matar con lo que él considera un circo político orquestado por sus detractores, y vaya que tiene de dónde sacar gallos con tanto rolo que se ha armado.
Todo este batiburrillo viene de unas acusaciones de concusión relacionadas con contratos turbios otorgados a la empresa de Christian Bulgarelli, esos mismos contratos que involucran al BCIE. Ahora, para que los diputados le levanten el fuero, necesitan al menos 38 votos a favor, una cifra que se antoja difícil de conseguir, máxime cuando el ambiente está más que cargado. ¿Se imaginan el bronca que se armó en la Asamblea?
Al principio, Pilar Cisneros, la jefa de la fracción oficialista, nos vendió la moto diciendo que el Presidente tenía la fecha apartada en su agenda, así que todos asumimos que sí aparecería. Pero resulta que Chaves, con su estilo peculiar, cambió el disco y dijo “ni hablar”. Eli Feinzaig, del PLP, intentó mover el palito para cambiar la fecha, pero la mayoría de los diputados se plantaron, diciendo que ya tenían todo listo. ¡Una chincha!
El Presidente, fiel a su costumbre, no se anduvo con rodeos y soltó que él ha sido el único que ha denunciado la corrupción desde dentro del gobierno, y que estas acusaciones son pura venganza por eso. Dicen que tiene la lengua viperina, pero bueno, así le gusta hacer las cosas, directo al grano. Se defendió con uñas y dientes, diciendo que lo persiguen porque no se queda callado y denuncia las chinchorritas.
Originalmente, Chaves tenía programado tener unos 30 minutos para exponer su caso frente a los diputados, pero al final decidió mandar todo al diablo y no asistir. ¿Será estrategia para ganar simpatías o simplemente un acto de rebeldía más? Las teorías abundan, como siempre en estos casos. Algunos dicen que quiere lavar las manos y dejar que los demás asuman las consecuencias, otros que prefiere enfrentarlos desde fuera del recinto.
Este asunto, vamos a ser honestos, ha polarizado a la sociedad costarricense. Por un lado, tienes a los que defienden a capa y espada al Presidente, quienes ven en este juicio político un complot para derrocarlo. Por otro lado, están aquellos que exigen transparencia y justicia, y consideran que el Presidente debe rendir cuentas por sus acciones, por muy inocente que diga ser. La vara está alta, compa.
La verdad es que el panorama está complicado, y el futuro del Presidente pende de un hilo. Con esta actitud desafiante, Chaves parece dispuesto a llevar la pelea hasta las últimas consecuencias, aunque eso signifique poner en riesgo su continuidad en el cargo. ¿Será capaz de salir ileso de este brete? Sólo el tiempo lo dirá, y mientras tanto, nosotros seguiremos atentos a cada movimiento, porque esto promete echar chispas.
Ahora bien, dime tú, compa: ¿Crees que la decisión de Chaves de no asistir a la votación es un acto de valentía o una muestra de soberbia? ¿Y cuál crees que será el desenlace de este drama judicial? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios y veamos qué piensa el Foro al respecto!
Todo este batiburrillo viene de unas acusaciones de concusión relacionadas con contratos turbios otorgados a la empresa de Christian Bulgarelli, esos mismos contratos que involucran al BCIE. Ahora, para que los diputados le levanten el fuero, necesitan al menos 38 votos a favor, una cifra que se antoja difícil de conseguir, máxime cuando el ambiente está más que cargado. ¿Se imaginan el bronca que se armó en la Asamblea?
Al principio, Pilar Cisneros, la jefa de la fracción oficialista, nos vendió la moto diciendo que el Presidente tenía la fecha apartada en su agenda, así que todos asumimos que sí aparecería. Pero resulta que Chaves, con su estilo peculiar, cambió el disco y dijo “ni hablar”. Eli Feinzaig, del PLP, intentó mover el palito para cambiar la fecha, pero la mayoría de los diputados se plantaron, diciendo que ya tenían todo listo. ¡Una chincha!
El Presidente, fiel a su costumbre, no se anduvo con rodeos y soltó que él ha sido el único que ha denunciado la corrupción desde dentro del gobierno, y que estas acusaciones son pura venganza por eso. Dicen que tiene la lengua viperina, pero bueno, así le gusta hacer las cosas, directo al grano. Se defendió con uñas y dientes, diciendo que lo persiguen porque no se queda callado y denuncia las chinchorritas.
Originalmente, Chaves tenía programado tener unos 30 minutos para exponer su caso frente a los diputados, pero al final decidió mandar todo al diablo y no asistir. ¿Será estrategia para ganar simpatías o simplemente un acto de rebeldía más? Las teorías abundan, como siempre en estos casos. Algunos dicen que quiere lavar las manos y dejar que los demás asuman las consecuencias, otros que prefiere enfrentarlos desde fuera del recinto.
Este asunto, vamos a ser honestos, ha polarizado a la sociedad costarricense. Por un lado, tienes a los que defienden a capa y espada al Presidente, quienes ven en este juicio político un complot para derrocarlo. Por otro lado, están aquellos que exigen transparencia y justicia, y consideran que el Presidente debe rendir cuentas por sus acciones, por muy inocente que diga ser. La vara está alta, compa.
La verdad es que el panorama está complicado, y el futuro del Presidente pende de un hilo. Con esta actitud desafiante, Chaves parece dispuesto a llevar la pelea hasta las últimas consecuencias, aunque eso signifique poner en riesgo su continuidad en el cargo. ¿Será capaz de salir ileso de este brete? Sólo el tiempo lo dirá, y mientras tanto, nosotros seguiremos atentos a cada movimiento, porque esto promete echar chispas.
Ahora bien, dime tú, compa: ¿Crees que la decisión de Chaves de no asistir a la votación es un acto de valentía o una muestra de soberbia? ¿Y cuál crees que será el desenlace de este drama judicial? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios y veamos qué piensa el Foro al respecto!
