http://www.diarioextra.com/2009/marzo/19/espectaculos06.phpHace casi un siglo un grupo de visionarios políticos y empresarios decidió crear el primer club para la alta sociedad costarricense, fue el Club Unión, y no por cuestión del azar se ubicó en centro de la capital, en lo que José Francisco Aguilar, su presidente llama el wall stret tico.
Su impresionante construcción es obra del buen gusto y exigencia de quienes están acostumbrados a lo mejor, y si visto desde fuera es impresionante, por dentro lo es aún más.
Construido en un estilo neoclásico, con pisos de mármol, maderas finas y gigantescas lámparas de cristal, son el marco perfecto para los encuentros informales de la alta sociedad, que se pasea en sus pasillos y se puede dar el lujo de sentarse a tomar un café o una copa de la más fina botella de vino, contemplando el correr de los josefinos, desde su tercer piso.
La estatua de Juan Mora completa el frente del Club Unión, es la estatua del ex gobernante, ubicada en el parquecito que divide el club y el edificio de Correos. En su honor dentro del club tienen un pequeño salón, con su nombre, junto a una mesa y un espejo que fueron de Mora.
“Se dijo en una época -y todavía a veces hay gente que lo dice- que aquí se escogían los presidentes, se negociaba entre la gente prominente de la época y se escogía un candidato y ese candidato generalmente ganaba la presidencia de la República. Eso en sus inicios tal vez fue cierto porque era el lugar de encuentro de políticos y empresarios; sin embargo, hace muchísimo tiempo no sucede, pero siempre queda en el ambiente la idea de que aquí se conjugan una serie de factores para que los políticos vayan escalando posiciones”, comentó don José Aguilar.
Para conservar esta obra arquitectónica, su presidente impulsa la iniciativa para declararlo patrimonio histórico, y así protegerlo de que en algún momento vaya a correr la misma suerte que otros impresionantes edificios de gran valor histórico, los cuales acabaron convertidos en parqueos.
“Nosotros sí queremos preservar esto y una de las figuras importantes para lograrlo es declarándolo patrimonio, una segunda etapa sería ver como logramos crear un centro histórico denominado Juan Rafael Mora, que servirá para poder preservar toda esta zona”, explicó don José.
SOLO PARA HOMBRES, PERO...
Diez socios se reunieron para dar vida al club, cada uno tenía diez acciones que vendería a ¢2.000 cada una, con los fondos se construiría el club, así como con un préstamo. Su primer presidente fue Oscar F. Rohrmoser.
El Club se creó para que los empresarios y políticos tuvieran un lugar donde reunirse a gusto y participar de celebraciones especiales y actividades culturales en familia, “y queremos que permanezca así”, enfatizó don José, ya que sigue siendo un lugar reservado solo para la clase elite de la sociedad.
El 8 de marzo de 1983 un incendio destruyó el primer edificio, pero eso no borró su majestuosidad, ya que se reconstruyó tratando de guardar los mismos detalles. El actual fue inaugurado el 7 de abril de 1988.
Durante la mayor parte de su historia el Club fue solo para hombres, de manera que las mujeres únicamente podían ingresar acompañando a sus esposos en ocasiones especiales.
“Con la época y todos los cambios ahora las mujeres son parte fundamental y de gran importancia para nuestro Club y dejó de ser solo un club de los hombres de alta sociedad para ser el club de la alta sociedad, ya que la mujer actualmente no es la que se queda en casa educando a los hijos, sino que es ejecutiva, es empresaria y es tan dinámica como el varón”, explicó Aguilar, presidente del club.
La elegancia en el vestir debía ir acorde a la sobriedad del lugar, por ello nunca se ha permitido el ingreso en pantalones de mezclilla y se exige en casi todo momento el uso de corbata y saco, o al menos abrigo.
“Cuando se reinaugura después del incendio hay una partecita que se le denominó el bar de los descamisados porque podían venir en camisa sin corbata. Ahora los jóvenes están presionando porque no se puede ingresar en jeans al comedor principal, ellos aducen que ahora un jeens cuesta más que un vestido entero, pero habrá que esperar a ver que pasa”, comentó don José.
Entre las muchas anécdotas que guardan las paredes del Unión están los hechos del 48, muchos de los opositores al gobierno frecuentaban el club y en una ocasión se dio una balacera desde lo que hoy es el edificio de Correos pero en esa época era el cuartel de armas.
En otra ocasión, siendo Mario Echandi diputado, cuando el edificio del Congreso estaba en donde hoy se ubica el Banco Central, a Echandi lo persiguieron y no lo dejaron entrar al Congreso, por lo que terminó buscando refugio en el Club Unión.
Muchas otras historias se cuentan sobre túneles que comunicaban el club con el edificio del Correo, pero don José asegura que no son reales, sino que se fueron creando alrededor de la importancia que tenía el club.
COMPARTIR CON LOS GRANDES
Cada cambio de gobierno se realiza un baile para festejar al nuevo presidente y su gabinete, es el momento en que los socios del Club se encuentran informalmente con quienes dirigirán los destinos del país por el siguiente periodo.
De esos encuentros informales surgen en ocasiones alianzas estratégicas, se avanza más que solicitando una cita en la agenda del nuevo presidente o ministro, en fin, es la forma en que la elite de la sociedad comparte opiniones sobre las prioridades de la nación.
El presidente es socio de honor y todos los ex presidentes socios honorarios permanentes del Unión, de allí que es común observarlos compartiendo una partida de ajedrez, o en el billar. También el alcalde de San José durante el tiempo que ocupe el cargo es miembro honorario.
Pero el Club Unión no ha sido solo para las figuras prominentes del país, sino también para los visitantes insignes, ya que era el lugar de mayor estatus, por eso el famoso aviador Lamber, quien le dio la vuelta al mundo cenó en el Unión.
“Fue en 1928, cuando aquel maravilloso y connotado aviador Limber le dio la vuelta al mundo, y Costa Rica fue una de sus visitas, entonces se recibió a Limber aquí en el Club con las personalidades de aquella época”, recordó Aguilar.
También el Unión fue donde se realizó el festejo social cuando se firmó el tratado de límites Costa Rica-Panamá. Otra de las tradiciones del Club Unión que están tratando de rescatar en la actualidad es el baile de independencia, con el propósito de reforzar los valores patrios.
UN CLUB EMPRESARIAL POR EXCELENCIA
Don José Francisco sostiene que son un club empresarial y por ello es muy frecuente encontrar a políticos y empresarios almorzando, cenando, en alguna actividad social. En la actualidad el club cuenta con 2.200 socios, de los cuales 850 son activos.
“No somos un club deportivo, lo que tenemos son unas mesas de billar, unos tableros para ajedrez, damas, dominó y cositas de salón, no hay espacio ni es nuestra meta ser un club deportivo”, enfatizó.
Lo que sí tienen entre sus planes es acercar cada vez más a los profesionales jóvenes, ya que la sociedad a cambiado y cada vez hay más empresarios exitosos muy jóvenes.
“Esta zona nuestra sigue siendo el pequeño Wall Street, aquí está el Banco Nacional, el de Costa Rica, el Central, los principales bancos privados, y sus oficinas centrales seguirán estando aquí, y queremos que esos jóvenes profesionales encuentren en el Club Unión ese lugar de reunión”, comentó.
“Don Mario Echandi, el ex presidente venía casi todos los días, tiene gran cariño por el Club y en general los presidentes vienen muy frecuentemente al Club, un día encuentra a uno, al siguiente a otro, o a sus familias”, explicó sonriendo al saber que casi un siglo después de su creación, el Unión sigue cumpliendo la misión para la que fue creado: ser el lugar de reunión de los más importantes políticos y empresarios del país.
Una nota curiosa del otrora centro en el que por muchos años un selecto grupo de filántropos(todos blanquitos faltó decir en al artículo) decidían acerca del futuro de la nación.