¡Ay, mae! Se nos fue doña Karen Olsen Beck, una figura clave en nuestra historia. Falleció este jueves a los 95 añitos, dejando un vacío enorme en el PLN y en todos aquellos que conocieron su trabajo y dedicación. La noticia cayó como balde de agua fría, pero recordemos toda la vara que significó para nuestro país.
Para los más jóvenes, Karen Olsen Beck era la esposa de don José Figueres Ferrer, el abuelo de la patria, y mamá del ex Presidente José María Figueres Olsen. Pero ella fue mucho más que eso; una mujer adelantada a su tiempo, que combinó su trayectoria académica con un profundo compromiso con las causas sociales. Siempre bachelando con ideas frescas y propuestas innovadoras.
Nació en Nueva York, sí, allá en el extranjero, pero pronto se enamoró de Costa Rica y decidió echarle brete con nosotros. Estudió Arquitectura, pero luego se metió de lleno en el Servicio Social, haciendo Máster en Sociología e incluso llegando a estudios predoctorales. ¡Imagínate, una mujer que le daba pa' todo!
Como Primera Dama, dejó huella imborrable. No se limitó a recibir dignatarios ni a asistir a eventos protocolarios. Se involucró activamente en programas sociales, impulsando proyectos de educación, salud y desarrollo comunitario. Recuerdo verla recorriendo barrios populares, escuchando a la gente y buscando soluciones reales a sus problemas. ¡Una crack!
Y hablando de familia, tenía cuatro hijos: José María, quien también presidió la república, Karen Christiana, Mariano y Kirsten. Una dinastía familiar marcada por el servicio público y el compromiso con el bienestar nacional. Don José Figueres, su compañero de vida, seguro la recibió con los brazos abiertos en el otro mundo, porque ya saben, juntos construyeron un capítulo importantísimo en nuestra historia.
El Partido Liberación Nacional, claro que estaba consternado con la noticia. Emitieron un comunicado oficial donde destacan su inmenso aporte al país en diversas áreas. Reconocen su visión progresista y su capacidad para conectar con la gente, especialmente con los más necesitados. De verdad, Doña Karen era pura fibra, siempre dispuesta a ayudar y a luchar por lo que creía justo.
Ahora, se esperan detalles sobre cómo será el velorio y los funerales. Seguro habrá una gran acogida popular, porque la gente realmente la quería y apreciaba su labor. Las autoridades seguramente harán todo lo posible para darle el reconocimiento que merece, demostrando que Costa Rica valora a quienes trabajan incansablemente por el bien común. Aunque ya se fue, su legado seguirá vivo en cada proyecto social y en cada corazón agradecido.
Definitivamente, la partida de Karen Olsen Beck deja una gran enseñanza para todos nosotros. ¿Será posible, en un futuro cercano, ver a más mujeres ocupar roles de liderazgo y dejar una marca tan profunda en la sociedad costarricense como ella lo hizo? ¡Diganme qué piensan!
Para los más jóvenes, Karen Olsen Beck era la esposa de don José Figueres Ferrer, el abuelo de la patria, y mamá del ex Presidente José María Figueres Olsen. Pero ella fue mucho más que eso; una mujer adelantada a su tiempo, que combinó su trayectoria académica con un profundo compromiso con las causas sociales. Siempre bachelando con ideas frescas y propuestas innovadoras.
Nació en Nueva York, sí, allá en el extranjero, pero pronto se enamoró de Costa Rica y decidió echarle brete con nosotros. Estudió Arquitectura, pero luego se metió de lleno en el Servicio Social, haciendo Máster en Sociología e incluso llegando a estudios predoctorales. ¡Imagínate, una mujer que le daba pa' todo!
Como Primera Dama, dejó huella imborrable. No se limitó a recibir dignatarios ni a asistir a eventos protocolarios. Se involucró activamente en programas sociales, impulsando proyectos de educación, salud y desarrollo comunitario. Recuerdo verla recorriendo barrios populares, escuchando a la gente y buscando soluciones reales a sus problemas. ¡Una crack!
Y hablando de familia, tenía cuatro hijos: José María, quien también presidió la república, Karen Christiana, Mariano y Kirsten. Una dinastía familiar marcada por el servicio público y el compromiso con el bienestar nacional. Don José Figueres, su compañero de vida, seguro la recibió con los brazos abiertos en el otro mundo, porque ya saben, juntos construyeron un capítulo importantísimo en nuestra historia.
El Partido Liberación Nacional, claro que estaba consternado con la noticia. Emitieron un comunicado oficial donde destacan su inmenso aporte al país en diversas áreas. Reconocen su visión progresista y su capacidad para conectar con la gente, especialmente con los más necesitados. De verdad, Doña Karen era pura fibra, siempre dispuesta a ayudar y a luchar por lo que creía justo.
Ahora, se esperan detalles sobre cómo será el velorio y los funerales. Seguro habrá una gran acogida popular, porque la gente realmente la quería y apreciaba su labor. Las autoridades seguramente harán todo lo posible para darle el reconocimiento que merece, demostrando que Costa Rica valora a quienes trabajan incansablemente por el bien común. Aunque ya se fue, su legado seguirá vivo en cada proyecto social y en cada corazón agradecido.
Definitivamente, la partida de Karen Olsen Beck deja una gran enseñanza para todos nosotros. ¿Será posible, en un futuro cercano, ver a más mujeres ocupar roles de liderazgo y dejar una marca tan profunda en la sociedad costarricense como ella lo hizo? ¡Diganme qué piensan!
