¡Ay, Dios mío, qué parada! El humor costa ricense, Roque Ramírez, conocido cariñosamente como 'Don Roque' por muchos, anda bien pelao'. No precisamente porque le metieron tela rasa en algún brete, sino porque tuvo que despedirse de su fiel compañero, su gordito, su perro. Sí, el mismo que tantas veces apareció en sus redes sociales, llenándonos el feed de pura alegría y ternura. Este mae sí sabe cómo tocarle al público, y ahora nos demuestra que detrás de la risa, hay un corazón grande y sensible.
Para los que no estaban al tanto, Roque Ramírez ha sido una figura constante en la radio nacional por décadas, gracias a su personaje de Don Merry y otros roles icónicos en 'Pelando el Ojo'. Pero más allá de sus ocurrencias y chistes, siempre ha mostrado un cariño genuino hacia los animales, especialmente hacia su perrito, quien lo acompañó durante incontables años. Según fuentes cercanas, el gordito era casi parte de la familia, un consejero silencioso en esos momentos donde hasta los mae más fuertes necesitan un hombro – o una patita – en donde apoyarse.
Ramírez rompió el silencio a través de sus redes sociales, publicando unas palabras sencillas pero cargadas de emoción. Decía algo así como: "Mi gordito se fue pa’l sitio del nunca regresar… Un vacío tremendo en mi casa, en mi corazón. Gracias por tantos años de amor incondicional, te voy a extrañar muchísimo". Acompañó el mensaje con fotos de ambos, mostrando la evolución de su relación a lo largo del tiempo; desde cachorrito travieso hasta perro grandote y sabio. Imagínate la pena, mae... tener que decir adiós a un ser tan querido.
La respuesta no se hizo esperar, claro que no. Las redes explotaron con mensajes de apoyo y cariño. Colegas del medio, como Andrea Chamorro y Luis Fernando Vargas, expresaron su solidaridad, reconociendo la importancia que tenía el perrito en la vida de Roque. Oyentes fieles del programa también se sumaron, relatando anécdotas divertidas sobre el gordito y recordando cómo alegraba sus días. ¡Hasta doña María de Tibás comentó en la publicación! Demostrando que el impacto de Roque va más allá de las ondas de radio y llega directamente a los hogares costarricenses.
Es que en Costa Rica, los perros son como hijos, ¿verdad? Formamos un lazo increíble con estos seres leales y juguetones. Nos reciben con entusiasmo cada vez que llegamos a casa, nos consuelan cuando estamos tristes y simplemente saben cómo hacernos sentir mejor. Perder un perro es perder un miembro más de la familia, una compañía inigualable, un confidente sincero. El dolor de Roque es compartido por muchísimos costarriqueños que han pasado por situaciones similares. Y eso es lo que hace a este mae tan querido; su capacidad de conectar con nuestra realidad, de mostrarnos su lado vulnerable.
Muchos recuerdan entrevistas pasadas donde Roque hablaba con orgullo de su perro, resaltando su personalidad única y las enseñanzas que le brindaba día a día. “Me enseña a vivir el momento, a disfrutar de las cosas simples, a no tomarme la vida demasiado en serio,” solía decir entre risas. Ahora, quizás, esas palabras adquieren aún más significado, recordándole a todos nosotros la fugacidad de la vida y la importancia de valorar a aquellos que amamos mientras los tenemos cerca. El gordito dejó una huella imborrable en la vida de Roque y en la de muchos de nosotros, y eso, a pesar del dolor, es algo digno de celebrar.
Ahora, Roque enfrenta este duro trance rodeado del cariño de su comunidad y del recuerdo de un amigo fiel. Ya sabemos que este mae tiene temple, que puede reponerse y volver a llenarnos de risas pronto. Pero, por ahora, le damos nuestro apoyo y comprensión. Porque a veces, hasta los que nos hacen reír, necesitan un abrazo y un poco de consuelo. En fin, qué salada la vida a veces, ¿eh?
Después de escuchar esta triste noticia, ¿creen que los artistas deberían compartir más abiertamente sus momentos personales con el público, o prefieren mantener esa privacidad? ¿Ustedes cómo afrontarían la pérdida de una mascota que ha sido un pilar fundamental en sus vidas?
Para los que no estaban al tanto, Roque Ramírez ha sido una figura constante en la radio nacional por décadas, gracias a su personaje de Don Merry y otros roles icónicos en 'Pelando el Ojo'. Pero más allá de sus ocurrencias y chistes, siempre ha mostrado un cariño genuino hacia los animales, especialmente hacia su perrito, quien lo acompañó durante incontables años. Según fuentes cercanas, el gordito era casi parte de la familia, un consejero silencioso en esos momentos donde hasta los mae más fuertes necesitan un hombro – o una patita – en donde apoyarse.
Ramírez rompió el silencio a través de sus redes sociales, publicando unas palabras sencillas pero cargadas de emoción. Decía algo así como: "Mi gordito se fue pa’l sitio del nunca regresar… Un vacío tremendo en mi casa, en mi corazón. Gracias por tantos años de amor incondicional, te voy a extrañar muchísimo". Acompañó el mensaje con fotos de ambos, mostrando la evolución de su relación a lo largo del tiempo; desde cachorrito travieso hasta perro grandote y sabio. Imagínate la pena, mae... tener que decir adiós a un ser tan querido.
La respuesta no se hizo esperar, claro que no. Las redes explotaron con mensajes de apoyo y cariño. Colegas del medio, como Andrea Chamorro y Luis Fernando Vargas, expresaron su solidaridad, reconociendo la importancia que tenía el perrito en la vida de Roque. Oyentes fieles del programa también se sumaron, relatando anécdotas divertidas sobre el gordito y recordando cómo alegraba sus días. ¡Hasta doña María de Tibás comentó en la publicación! Demostrando que el impacto de Roque va más allá de las ondas de radio y llega directamente a los hogares costarricenses.
Es que en Costa Rica, los perros son como hijos, ¿verdad? Formamos un lazo increíble con estos seres leales y juguetones. Nos reciben con entusiasmo cada vez que llegamos a casa, nos consuelan cuando estamos tristes y simplemente saben cómo hacernos sentir mejor. Perder un perro es perder un miembro más de la familia, una compañía inigualable, un confidente sincero. El dolor de Roque es compartido por muchísimos costarriqueños que han pasado por situaciones similares. Y eso es lo que hace a este mae tan querido; su capacidad de conectar con nuestra realidad, de mostrarnos su lado vulnerable.
Muchos recuerdan entrevistas pasadas donde Roque hablaba con orgullo de su perro, resaltando su personalidad única y las enseñanzas que le brindaba día a día. “Me enseña a vivir el momento, a disfrutar de las cosas simples, a no tomarme la vida demasiado en serio,” solía decir entre risas. Ahora, quizás, esas palabras adquieren aún más significado, recordándole a todos nosotros la fugacidad de la vida y la importancia de valorar a aquellos que amamos mientras los tenemos cerca. El gordito dejó una huella imborrable en la vida de Roque y en la de muchos de nosotros, y eso, a pesar del dolor, es algo digno de celebrar.
Ahora, Roque enfrenta este duro trance rodeado del cariño de su comunidad y del recuerdo de un amigo fiel. Ya sabemos que este mae tiene temple, que puede reponerse y volver a llenarnos de risas pronto. Pero, por ahora, le damos nuestro apoyo y comprensión. Porque a veces, hasta los que nos hacen reír, necesitan un abrazo y un poco de consuelo. En fin, qué salada la vida a veces, ¿eh?
Después de escuchar esta triste noticia, ¿creen que los artistas deberían compartir más abiertamente sus momentos personales con el público, o prefieren mantener esa privacidad? ¿Ustedes cómo afrontarían la pérdida de una mascota que ha sido un pilar fundamental en sus vidas?