Este jueves 19 de setiembre, a las 10:00 a.m. el Dr. Andrés Mora Vargas, investigador costarricense de robótica espacial de la NASA Ames, se presentará en el Congreso de Topografía, Catastro, Geodesia y Geomática, organizado por el Colegio de Ingenieros Topógrafos de Costa Rica.
El mundo de la robótica está en el umbral de una revolución que promete transformar no solo la tecnología espacial, sino también aspectos cotidianos de la vida en países como Costa Rica. Andrés Mora Vargas, un destacado investigador costarricense de la NASA, ofrecerá una conferencia donde abordará estos avances y su impacto en la sociedad.
El desarrollo de robots autónomos, como el Astrobee en la Estación Espacial Internacional, demuestra que la robótica ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en una realidad palpable y cotidiana. Estos robots no solo realizan tareas de exploración espacial, sino que también tienen el potencial de realizar trabajos que tradicionalmente han dependido de la mano de obra humana, lo que genera tanto expectativas como preocupaciones sobre el futuro del empleo.
En Costa Rica, la robótica aplicada a la topografía y la gestión de infraestructuras podría optimizar la inspección y mantenimiento de puentes, carreteras y edificios. Con sensores avanzados y algoritmos de inteligencia artificial, los robots podrían prever daños estructurales antes de que se conviertan en catástrofes, mejorando así la seguridad y eficiencia de las obras públicas. Sin embargo, esta misma capacidad de automatización plantea un reto significativo para el mercado laboral, que podría ver la sustitución de numerosos puestos de trabajo humanos por máquinas más eficientes y económicas.
La inteligencia artificial, que forma la base de estos robots, no solo realizará tareas físicas, sino que también tomará decisiones complejas. Esto sugiere un futuro en el que las máquinas no solo complementarán el trabajo humano, sino que también podrían ocupar roles más destacados en la sociedad, incluyendo aquellos que requieren juicio y toma de decisiones.
Este avance tecnológico, si bien promete mejoras significativas en eficiencia y seguridad, también nos enfrenta a preguntas éticas y sociales difíciles:
¿Qué papel jugarán los humanos en un mundo donde las máquinas no solo ejecutan, sino que también deciden?
Costa Rica, un país con un ecosistema tecnológico emergente, se encuentra en una posición única para aprovechar estas tecnologías. La educación en ciencia y tecnología será crucial para preparar a las futuras generaciones para este cambio. Sin embargo, es esencial que este progreso no se limite a la adopción tecnológica, sino que también incluya un debate amplio sobre el impacto social y ético de la robótica y la inteligencia artificial en la vida diaria.
La conferencia de Andrés Mora Vargas es, en esencia, una invitación a reflexionar sobre el futuro que estamos construyendo. La robótica puede ser una herramienta poderosa para el bien común, pero también puede convertirse en un catalizador de desigualdad si no se gestiona con cuidado. Costa Rica tiene la oportunidad de liderar en la integración de estas tecnologías, pero solo si aborda de manera proactiva los desafíos que conllevan.
La robótica y la inteligencia artificial están redefiniendo lo que significa ser humano en la era moderna.
La conferencia de Mora Vargas no solo será una lección sobre los avances tecnológicos, sino también un llamado a la acción para considerar las implicaciones más profundas de este cambio. Costa Rica está en una encrucijada, y las decisiones que tome ahora determinarán si la tecnología será una aliada para el progreso social o un factor de exclusión.
El mundo de la robótica está en el umbral de una revolución que promete transformar no solo la tecnología espacial, sino también aspectos cotidianos de la vida en países como Costa Rica. Andrés Mora Vargas, un destacado investigador costarricense de la NASA, ofrecerá una conferencia donde abordará estos avances y su impacto en la sociedad.
El desarrollo de robots autónomos, como el Astrobee en la Estación Espacial Internacional, demuestra que la robótica ha dejado de ser un concepto de ciencia ficción para convertirse en una realidad palpable y cotidiana. Estos robots no solo realizan tareas de exploración espacial, sino que también tienen el potencial de realizar trabajos que tradicionalmente han dependido de la mano de obra humana, lo que genera tanto expectativas como preocupaciones sobre el futuro del empleo.
En Costa Rica, la robótica aplicada a la topografía y la gestión de infraestructuras podría optimizar la inspección y mantenimiento de puentes, carreteras y edificios. Con sensores avanzados y algoritmos de inteligencia artificial, los robots podrían prever daños estructurales antes de que se conviertan en catástrofes, mejorando así la seguridad y eficiencia de las obras públicas. Sin embargo, esta misma capacidad de automatización plantea un reto significativo para el mercado laboral, que podría ver la sustitución de numerosos puestos de trabajo humanos por máquinas más eficientes y económicas.
La inteligencia artificial, que forma la base de estos robots, no solo realizará tareas físicas, sino que también tomará decisiones complejas. Esto sugiere un futuro en el que las máquinas no solo complementarán el trabajo humano, sino que también podrían ocupar roles más destacados en la sociedad, incluyendo aquellos que requieren juicio y toma de decisiones.
Este avance tecnológico, si bien promete mejoras significativas en eficiencia y seguridad, también nos enfrenta a preguntas éticas y sociales difíciles:
¿Qué papel jugarán los humanos en un mundo donde las máquinas no solo ejecutan, sino que también deciden?
Costa Rica, un país con un ecosistema tecnológico emergente, se encuentra en una posición única para aprovechar estas tecnologías. La educación en ciencia y tecnología será crucial para preparar a las futuras generaciones para este cambio. Sin embargo, es esencial que este progreso no se limite a la adopción tecnológica, sino que también incluya un debate amplio sobre el impacto social y ético de la robótica y la inteligencia artificial en la vida diaria.
La conferencia de Andrés Mora Vargas es, en esencia, una invitación a reflexionar sobre el futuro que estamos construyendo. La robótica puede ser una herramienta poderosa para el bien común, pero también puede convertirse en un catalizador de desigualdad si no se gestiona con cuidado. Costa Rica tiene la oportunidad de liderar en la integración de estas tecnologías, pero solo si aborda de manera proactiva los desafíos que conllevan.
La robótica y la inteligencia artificial están redefiniendo lo que significa ser humano en la era moderna.
La conferencia de Mora Vargas no solo será una lección sobre los avances tecnológicos, sino también un llamado a la acción para considerar las implicaciones más profundas de este cambio. Costa Rica está en una encrucijada, y las decisiones que tome ahora determinarán si la tecnología será una aliada para el progreso social o un factor de exclusión.
