Diay, maes, ¿se acuerdan de todo el runrún que hubo cuando Javier Milei ganó en Argentina? Que si las relaciones se iban a poner raras, que si el Gobierno de acá no sabía cómo manejar la vara... bueno, parece que el primer capítulo de esa novela diplomática ya tiene un final tranquilo. Costa Rica acaba de oficializar, con bombos y platillos (o bueno, con el protocolo que se requiere), a nuestro nuevo embajador allá: Alex Rojas Guido. La noticia es que ya no es un nombramiento en papel, el mae ya se reunió con Milei en la Casa Rosada y le entregó las famosas "cartas credenciales". O sea, ya la cosa va en serio.
Para los que no están muy metidos en este mundo, esa entrega de cartas es como el apretón de manos que sella el contrato. Es el documento oficial que le dice al presidente del país anfitrión: "Mire, este señor que está aquí es nuestro representante, viene con el sello de aprobación de Costa Rica y lo que él hable, lo habla en nuestro nombre". Es un trámite súper formal pero clave, porque sin eso, un embajador es básicamente un turista con un título bonito. Con la entrega a Milei, Rojas Guido ya tiene luz verde para empezar su brete de lleno, que de por sí se las trae en un escenario político tan movido como el argentino actual.
Ahora, la pregunta del millón: ¿quién es Alex Rojas Guido? No es ningún novato en estos trotes. Se trata de un diplomático de carrera, un mae que ha pasado gran parte de su vida profesional metido en los vericuetos de las relaciones internacionales. Esto es una buena señal, porque significa que no mandamos a alguien a improvisar. Se necesita a una persona con cancha, que sepa moverse, negociar y, sobre todo, entender que su trabajo no es solo ir a cocteles, sino representar los intereses de todos nosotros. Su principal tarea será mantener y, ojalá, fortalecer los lazos comerciales, culturales y de cooperación entre ambos países, una misión que suena sencilla pero que tiene su ciencia, más con un gobierno tan particular como el de Milei.
La vara es que esta movida es más importante de lo que parece. Argentina, con todos sus despistes económicos, sigue siendo un jugador clave en América del Sur y un socio histórico para Costa Rica. Aquí viven muchísimos argentinos que han hecho de Tiquicia su casa, y allá hay una comunidad tica también. Más allá de eso, están los negocios, el turismo, el fútbol... un montón de chunchitos que nos unen. Tener una representación diplomática sólida y funcionando a cachete es fundamental para que todo ese engranaje no solo siga caminando, sino que lo haga de la mejor manera posible para ambos lados. La Cancillería dijo que en la reunión se habló de "profundizar los vínculos", el típico lenguaje diplomático, pero ahora el brete es traducir esas palabras en hechos concretos.
Al final, lo que queda claro es que el Gobierno decidió jugar a lo seguro y formalizar la relación de la manera correcta. Ya se acabaron las especulaciones. Tenemos un canal de comunicación directo y oficial con la Casa Rosada. La ceremonia ya pasó, las fotos se tomaron y los saludos cordiales se dieron. Ahora empieza el verdadero trabajo para don Alex Rojas, que es navegar esas aguas, a veces turbulentas, de la política internacional. Ojalá le vaya tuanis, porque si a él le va bien, al país también. Y ahora sí, les lanzo la pregunta a ustedes, maes:
Ahora que la vara es 100% oficial, ¿qué esperan ustedes de la relación con la Argentina de Milei? ¿Creen que el nuevo embajador la tiene muy cuesta arriba o que más bien hay chance para fortalecer lazos que vayan más allá de lo típico?
Para los que no están muy metidos en este mundo, esa entrega de cartas es como el apretón de manos que sella el contrato. Es el documento oficial que le dice al presidente del país anfitrión: "Mire, este señor que está aquí es nuestro representante, viene con el sello de aprobación de Costa Rica y lo que él hable, lo habla en nuestro nombre". Es un trámite súper formal pero clave, porque sin eso, un embajador es básicamente un turista con un título bonito. Con la entrega a Milei, Rojas Guido ya tiene luz verde para empezar su brete de lleno, que de por sí se las trae en un escenario político tan movido como el argentino actual.
Ahora, la pregunta del millón: ¿quién es Alex Rojas Guido? No es ningún novato en estos trotes. Se trata de un diplomático de carrera, un mae que ha pasado gran parte de su vida profesional metido en los vericuetos de las relaciones internacionales. Esto es una buena señal, porque significa que no mandamos a alguien a improvisar. Se necesita a una persona con cancha, que sepa moverse, negociar y, sobre todo, entender que su trabajo no es solo ir a cocteles, sino representar los intereses de todos nosotros. Su principal tarea será mantener y, ojalá, fortalecer los lazos comerciales, culturales y de cooperación entre ambos países, una misión que suena sencilla pero que tiene su ciencia, más con un gobierno tan particular como el de Milei.
La vara es que esta movida es más importante de lo que parece. Argentina, con todos sus despistes económicos, sigue siendo un jugador clave en América del Sur y un socio histórico para Costa Rica. Aquí viven muchísimos argentinos que han hecho de Tiquicia su casa, y allá hay una comunidad tica también. Más allá de eso, están los negocios, el turismo, el fútbol... un montón de chunchitos que nos unen. Tener una representación diplomática sólida y funcionando a cachete es fundamental para que todo ese engranaje no solo siga caminando, sino que lo haga de la mejor manera posible para ambos lados. La Cancillería dijo que en la reunión se habló de "profundizar los vínculos", el típico lenguaje diplomático, pero ahora el brete es traducir esas palabras en hechos concretos.
Al final, lo que queda claro es que el Gobierno decidió jugar a lo seguro y formalizar la relación de la manera correcta. Ya se acabaron las especulaciones. Tenemos un canal de comunicación directo y oficial con la Casa Rosada. La ceremonia ya pasó, las fotos se tomaron y los saludos cordiales se dieron. Ahora empieza el verdadero trabajo para don Alex Rojas, que es navegar esas aguas, a veces turbulentas, de la política internacional. Ojalá le vaya tuanis, porque si a él le va bien, al país también. Y ahora sí, les lanzo la pregunta a ustedes, maes:
Ahora que la vara es 100% oficial, ¿qué esperan ustedes de la relación con la Argentina de Milei? ¿Creen que el nuevo embajador la tiene muy cuesta arriba o que más bien hay chance para fortalecer lazos que vayan más allá de lo típico?
