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• Después de 3 meses de no recibir visita conyugal, Alajuela
“MATAPOBRES” PIDE QUE LO DEJEN HACER EL AMOR
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“MATAPOBRES” PIDE QUE LO DEJEN HACER EL AMOR
Después de tres meses de no mantener relaciones sexuales con su pareja, Miguel Ángel Arley Acuña, conocido como el “Matapobres” alzó la voz desde la cárcel la Reforma en San Rafael de Alajuela y exige se le respete ese derecho. Este joven, quien tiene un año privado de libertad por el delito de extorsión, no puede ser visitado por ningún allegado tras protagonizar días atrás una fuerte discusión con su mujer.
Con sus llamativos tatuajes en sus brazos, sus manos esposadas, un jeans celeste, una camisa deportiva y fuertemente custodiado, Arley contó a DIARIO EXTRA el “aguante” que ha tenido que soportar tras las rejas.
“MATA POBRES” A JUICIO
El Tribunal Penal de Desamparados inició hoy un juicio contra Arley Acuña por los delitos de extorsión, amenazas y accionamiento de armas. Los hechos investigados por la Fiscalía sucedieron entre los meses de mayo y junio del año pasado cuando el “Matapobres”, utilizando arma de fuego llegaba hasta las viviendas de los ofendidos para que retiraran las denuncias que habían interpuesto en su contra.
“La última vez que vino mi mujer tuvimos una discusión, como cualquier pareja, después de eso me quitaron la visita hasta la fecha. Sólo pido que me dejen verla, pero nadie ha hecho nada y más bien un alto jerarca me pidió c200 mil, para devolverme mi visita, cosa que no acepté”, recalcó.
El “Matapobres” agregó que todo es una persecución en su contra.
“Me tienen en mediana cerrada compartiendo con personas que están sentenciadas con penas muy altas y yo ni siquiera estoy condenado. Como yo entregué a varios policías corruptos en la zona roja de San José la tienen contra mí, se la están cobrando, pero no me voy a dejar que me atropellen”, detalló.
Las autoridades carcelarias aseguraron que el joven es muy violento.
“Arley intercambió palabras fuertes con su compañera, lo que podría poner en riesgo su vida y la seguridad del centro. De manera que la suspensión de la visita íntima se hizo en aplicación de esta normativa para evitar una desgracia”, explicaron.
Hace aproximadamente 3 años una mujer murió a manos de su compañero sentimental mientras se encontraba en pleno acto sexual, hecho que las autoridades penitenciarias procuran que no vuelva a ocurrir.
Con sus llamativos tatuajes en sus brazos, sus manos esposadas, un jeans celeste, una camisa deportiva y fuertemente custodiado, Arley contó a DIARIO EXTRA el “aguante” que ha tenido que soportar tras las rejas.
“MATA POBRES” A JUICIO
El Tribunal Penal de Desamparados inició hoy un juicio contra Arley Acuña por los delitos de extorsión, amenazas y accionamiento de armas. Los hechos investigados por la Fiscalía sucedieron entre los meses de mayo y junio del año pasado cuando el “Matapobres”, utilizando arma de fuego llegaba hasta las viviendas de los ofendidos para que retiraran las denuncias que habían interpuesto en su contra.
“La última vez que vino mi mujer tuvimos una discusión, como cualquier pareja, después de eso me quitaron la visita hasta la fecha. Sólo pido que me dejen verla, pero nadie ha hecho nada y más bien un alto jerarca me pidió c200 mil, para devolverme mi visita, cosa que no acepté”, recalcó.
El “Matapobres” agregó que todo es una persecución en su contra.
“Me tienen en mediana cerrada compartiendo con personas que están sentenciadas con penas muy altas y yo ni siquiera estoy condenado. Como yo entregué a varios policías corruptos en la zona roja de San José la tienen contra mí, se la están cobrando, pero no me voy a dejar que me atropellen”, detalló.
Las autoridades carcelarias aseguraron que el joven es muy violento.
“Arley intercambió palabras fuertes con su compañera, lo que podría poner en riesgo su vida y la seguridad del centro. De manera que la suspensión de la visita íntima se hizo en aplicación de esta normativa para evitar una desgracia”, explicaron.
Hace aproximadamente 3 años una mujer murió a manos de su compañero sentimental mientras se encontraba en pleno acto sexual, hecho que las autoridades penitenciarias procuran que no vuelva a ocurrir.