¡Ay, Dios mío, qué torta! Huracán Melissa, aunque lejos, nos está haciendo sudar frío, diay. Las lluvias no dan tregua y parece que vamos a pasar un martes empapados, pura agua. Ya saben cómo es esto, un sistema tropical y Costa Rica se pone tensa. Parece que Melissa no quiere irse fácil y decidió quedarse echándonos una sal.
Según el IMN, la influencia de la Zona de Convergencia Intertropical se ha fortalecido gracias a Melissa y eso significa que desde tempranas horas de la mañana ya estamos sintiendo el chaparrón en el Pacífico. Y no es un lluvicito suave, precisamente. Se espera que las lluvias sean continuas hasta bien entrada la noche, así que preparen sus paraguas y botas, porque vamos a caminar mucho charco. El Valle Central tampoco escapa, tendremos aguaceros vespertinos, sobre todo en las zonas altas donde ya saben, siempre hay que estar más atentos.
Y ni hablar del Pacífico Central y Sur, ahí la cosa se va a poner peor por la tarde. Chubascos aislados con rayos y truenos amenazan la Zona Norte y el Caribe, pero por lo menos ahí todavía tienen alguna oportunidad de salvarse. En cambio, hacia la noche, la vertiente del Pacífico seguirá recibiendo el embate de la tormenta, y el centro del país podría verse envuelto en lloviznas constantes acompañadas de neblina densa… ¡Qué brete!
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) no está jugando con esto y ha mantenido el país bajo diferentes niveles de alerta. Toda la vertiente del Pacífico está naranja, lo cual indica precaución máxima. La Zona Norte y el Valle Central están amarillos, así que hay que estar pendientes. Y el Caribe, por ahora, se lleva el verde, pero eso no significa que debamos bajar la guardia; cualquier cosa puede cambiar rápido.
Las autoridades, con toda la razón, nos piden mantener la calma y tomar precauciones. Crecida de ríos, deslizamientos, anegamientos... todo está en la mesa, y especialmente en esas comunidades que ya sabemos, siempre han sido propensas a inundaciones. Así que si vives cerca de un río o en una zona vulnerable, mejor no te arriesgues y busca un lugar seguro. Y claro, manténganse informados por los canales oficiales, no crean todo lo que ven en Facebook, que a veces la gente inventa más de la cuenta.
Costa Rica frente a Melissa, una vez más demostrando que somos un país resiliente, pero también vulnerable. Recordatorio constante de que los sistemas tropicales pueden tener un impacto devastador, incluso sin tocar tierra firme. Es como si Melissa estuviera diciendo “¡Mirenme! Estoy aquí, aunque no los toque directamente, les voy a hacer la vida difícil”. Y la verdad, nos lo está logrando, mae. Esta vara está complicada.
Algunos dicen que deberíamos invertir más en infraestructura para mitigar estos efectos, otros que debemos replantearnos nuestro modelo de desarrollo para reducir nuestra vulnerabilidad al cambio climático... Hay muchas voces, muchos puntos de vista. Pero lo cierto es que Melissa nos obliga a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y la necesidad de prepararnos mejor para enfrentar estos desafíos recurrentes. Veremos si estas experiencias nos sirven para aprender y mejorar, o si seguiremos lamentándonos año tras año.
Y ahora, díganme: ¿Ustedes creen que las medidas de prevención que ha tomado el gobierno son suficientes para proteger a la población? ¿O deberían hacerse más esfuerzos para fortalecer la resiliencia de nuestras comunidades ante estos fenómenos naturales? Compartan sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes sobre esta situación y cómo podemos prepararnos mejor para el futuro.
Según el IMN, la influencia de la Zona de Convergencia Intertropical se ha fortalecido gracias a Melissa y eso significa que desde tempranas horas de la mañana ya estamos sintiendo el chaparrón en el Pacífico. Y no es un lluvicito suave, precisamente. Se espera que las lluvias sean continuas hasta bien entrada la noche, así que preparen sus paraguas y botas, porque vamos a caminar mucho charco. El Valle Central tampoco escapa, tendremos aguaceros vespertinos, sobre todo en las zonas altas donde ya saben, siempre hay que estar más atentos.
Y ni hablar del Pacífico Central y Sur, ahí la cosa se va a poner peor por la tarde. Chubascos aislados con rayos y truenos amenazan la Zona Norte y el Caribe, pero por lo menos ahí todavía tienen alguna oportunidad de salvarse. En cambio, hacia la noche, la vertiente del Pacífico seguirá recibiendo el embate de la tormenta, y el centro del país podría verse envuelto en lloviznas constantes acompañadas de neblina densa… ¡Qué brete!
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) no está jugando con esto y ha mantenido el país bajo diferentes niveles de alerta. Toda la vertiente del Pacífico está naranja, lo cual indica precaución máxima. La Zona Norte y el Valle Central están amarillos, así que hay que estar pendientes. Y el Caribe, por ahora, se lleva el verde, pero eso no significa que debamos bajar la guardia; cualquier cosa puede cambiar rápido.
Las autoridades, con toda la razón, nos piden mantener la calma y tomar precauciones. Crecida de ríos, deslizamientos, anegamientos... todo está en la mesa, y especialmente en esas comunidades que ya sabemos, siempre han sido propensas a inundaciones. Así que si vives cerca de un río o en una zona vulnerable, mejor no te arriesgues y busca un lugar seguro. Y claro, manténganse informados por los canales oficiales, no crean todo lo que ven en Facebook, que a veces la gente inventa más de la cuenta.
Costa Rica frente a Melissa, una vez más demostrando que somos un país resiliente, pero también vulnerable. Recordatorio constante de que los sistemas tropicales pueden tener un impacto devastador, incluso sin tocar tierra firme. Es como si Melissa estuviera diciendo “¡Mirenme! Estoy aquí, aunque no los toque directamente, les voy a hacer la vida difícil”. Y la verdad, nos lo está logrando, mae. Esta vara está complicada.
Algunos dicen que deberíamos invertir más en infraestructura para mitigar estos efectos, otros que debemos replantearnos nuestro modelo de desarrollo para reducir nuestra vulnerabilidad al cambio climático... Hay muchas voces, muchos puntos de vista. Pero lo cierto es que Melissa nos obliga a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y la necesidad de prepararnos mejor para enfrentar estos desafíos recurrentes. Veremos si estas experiencias nos sirven para aprender y mejorar, o si seguiremos lamentándonos año tras año.
Y ahora, díganme: ¿Ustedes creen que las medidas de prevención que ha tomado el gobierno son suficientes para proteger a la población? ¿O deberían hacerse más esfuerzos para fortalecer la resiliencia de nuestras comunidades ante estos fenómenos naturales? Compartan sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes sobre esta situación y cómo podemos prepararnos mejor para el futuro.