¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con los líos políticos en Costa Rica. Resulta que el Tribunal Supremos de Elecciones (TSE) ya mandó investigar al señor Francisco Gamboa Soto, el exministro de Economía y ahora secretario general del PPSO, por andar haciendo cositas turbias mientras todavía trabajaba pa’l Banco Nacional. ¡Qué torta!
La movida empezó hace unos meses, cuando el diputado Francisco Nicolás Alvarado, del PLN, decidió presentar una denuncia formal ante el TSE acusándolo de beligerancia política. Según parece, Gamboa seguía metido en actividades políticas activamente mientras ostentaba el cargo de director de Relaciones Institucionales en el BNCR, desde enero del 2020. ¡Una verdadera patada en el trasero a las normas, mándale!
Y ojo, que esto no es cuento. El hombre hasta pidió un permiso sin goce de salario en mayo del 2022 pa' convertirse en ministro de Economía durante el gobierno de Don Rodri. Pero ahí sigue, agarrándole con dos manos a los beneficios de ser funcionario público mientras se lanza como líder político. ¡Parece que quiere llevarse todo pa’ casa, diay!
Ahora, según la ley orgánica del sistema bancario nacional, los jefes de dirección no pueden estar participando en andanzas político-electorales. La idea es mantener a las instituciones financieras públicas bien neutrales, sin favoritismos ni tonterías. Entienden, ¿verdad? Que no vaya a haber ningún chucheo ni fiscalización sesgada porque alguien esté buscando ascender políticamente.
El Banco Nacional, viendo el embrollo, también estaba considerando mandar el caso al TSE para ver qué onda. Pero bueno, el TSE ya se puso las pilas y le dio luz verde a la Inspección Electoral para que empiece el proceso contencioso-electoral. ¡Se va a armar tremendo brete, mándale! Y encima, el pobre hombrecito tiene que rendirle cuentas a los diputados de la Comisión de Ingreso y Gasto Público en el Congreso. No sé cómo dormirá tranquilo este señor.
Lo que más me preocupa es el mensaje que le estamos dando a la juventud. ¿Es así como se juega limpio en la política? ¿Aprovechándose de los cargos públicos para impulsar ambiciones personales? ¡Esto da qué pensar, chunche! Porque si todos empezamos a hacer estas cosas, ¿dónde queda la confianza en nuestras instituciones?
Y hablando de confianza, la prensa, como siempre, fue quien destapó el mamón. Después de varios cuestionamientos, Gamboa finalmente renunció a su puesto en el BNCR el 4 de junio. Demasiado tarde, dirán algunos. Pero bueno, al menos intentó tapar la jugada, aunque ya la pólvora olía a quemado desde hacía rato. ¡Al final, la verdad siempre sale a la luz, diay!
En fin, este caso nos plantea una gran interrogante: ¿Deberíamos endurecer las regulaciones para evitar que funcionarios públicos se involucren en actividades políticas mientras siguen trabajando en el Estado? ¿Ustedes qué opinan, compañeros del Foro? ¿Creen que esto es un problema grave que afecta la transparencia y la integridad de nuestra democracia, o simplemente un pequeño desliz de un político ambicioso?
La movida empezó hace unos meses, cuando el diputado Francisco Nicolás Alvarado, del PLN, decidió presentar una denuncia formal ante el TSE acusándolo de beligerancia política. Según parece, Gamboa seguía metido en actividades políticas activamente mientras ostentaba el cargo de director de Relaciones Institucionales en el BNCR, desde enero del 2020. ¡Una verdadera patada en el trasero a las normas, mándale!
Y ojo, que esto no es cuento. El hombre hasta pidió un permiso sin goce de salario en mayo del 2022 pa' convertirse en ministro de Economía durante el gobierno de Don Rodri. Pero ahí sigue, agarrándole con dos manos a los beneficios de ser funcionario público mientras se lanza como líder político. ¡Parece que quiere llevarse todo pa’ casa, diay!
Ahora, según la ley orgánica del sistema bancario nacional, los jefes de dirección no pueden estar participando en andanzas político-electorales. La idea es mantener a las instituciones financieras públicas bien neutrales, sin favoritismos ni tonterías. Entienden, ¿verdad? Que no vaya a haber ningún chucheo ni fiscalización sesgada porque alguien esté buscando ascender políticamente.
El Banco Nacional, viendo el embrollo, también estaba considerando mandar el caso al TSE para ver qué onda. Pero bueno, el TSE ya se puso las pilas y le dio luz verde a la Inspección Electoral para que empiece el proceso contencioso-electoral. ¡Se va a armar tremendo brete, mándale! Y encima, el pobre hombrecito tiene que rendirle cuentas a los diputados de la Comisión de Ingreso y Gasto Público en el Congreso. No sé cómo dormirá tranquilo este señor.
Lo que más me preocupa es el mensaje que le estamos dando a la juventud. ¿Es así como se juega limpio en la política? ¿Aprovechándose de los cargos públicos para impulsar ambiciones personales? ¡Esto da qué pensar, chunche! Porque si todos empezamos a hacer estas cosas, ¿dónde queda la confianza en nuestras instituciones?
Y hablando de confianza, la prensa, como siempre, fue quien destapó el mamón. Después de varios cuestionamientos, Gamboa finalmente renunció a su puesto en el BNCR el 4 de junio. Demasiado tarde, dirán algunos. Pero bueno, al menos intentó tapar la jugada, aunque ya la pólvora olía a quemado desde hacía rato. ¡Al final, la verdad siempre sale a la luz, diay!
En fin, este caso nos plantea una gran interrogante: ¿Deberíamos endurecer las regulaciones para evitar que funcionarios públicos se involucren en actividades políticas mientras siguen trabajando en el Estado? ¿Ustedes qué opinan, compañeros del Foro? ¿Creen que esto es un problema grave que afecta la transparencia y la integridad de nuestra democracia, o simplemente un pequeño desliz de un político ambicioso?