¡Ay, Dios mío! Otra vez el Gobierno de Rodrigo Chaves metiéndose en broncas. Resulta que ahora la Contraloría General de la República le está dando una sopa caliente por el tema de los escáneres para los puertos y fronteras. Parece que alguien anda confundido y culpando a terceros cuando la cosa está clarita: ahí les va la chincha, ¡el problema es suyo!
Todo empezó hace unos años, allá por el 2020, cuando conseguimos un crédito externo de 25 millones de dólares para comprar estos escáneres, que prometían revolucionar nuestros controles aduaneros y atrapar a los coyotes que nos quieren meter cualquier cosa por la puerta trasera. Pero parece que la plata quedó varada, porque el Ministerio de Hacienda, en febrero pasado, decidió dejarlo todo tirado, sin darle continuidad al proyecto. ¡Un despache, vamos!
Y ni hablar de cómo querían hacer la compra, mae. La Contraloría desenmascaró un plan turbio para usar a Racsa como intermediaria y así adjudicar los contratos directamente a empresas privadas, sin ningún concurso público. ¡Imagínate qué barra! Así no se puede jugar con los recursos del Estado, parce. Eso sí da para sospechar de muchas cosas, ¿verdad?
Pero lo más salado de todo es que tenemos dos escáneres donados desde noviembre del 2024, valuados en casi mil 900 millones de colones, ¡y siguen guardados! Sí, así como lo escuchas, acumulando polvo y perdiendo su utilidad. Mientras tanto, los contrabandistas se ríen a carcajadas y nosotros seguimos tragándonos este amargo brebaje.
La Contraloría no se anduvo con rodeos y soltó la bomba: “¡Una mentira más!”. Dicen que el Gobierno está desinformando a la gente y culpando a otros por sus propias fallas. Y tienen toda la razón, porque esto es una muestra clara de irresponsabilidad y falta de planificación. ¡Qué torta! Uno piensa que con tanta crisis internacional y el aumento de la criminalidad, esto sería una prioridad nacional, pero parece que a algunos les importa más echarle la culpa a los demás que resolver los problemas.
Víctor Carvajal, el ministro de Agricultura, ha salido a defenderse, pero nadie le cree mucho, la verdad. Su discurso suena a excusas baratas y a querer tapar el agua con cenicero. Y eso que ya estamos acostumbrados a escucharles inventar historias para justificar sus errores, pero esta vez se pasaron de lanza. La ciudadanía está harta de tanta incoherencia y de ver cómo nos toman el pelo día tras día.
Expertos en comercio exterior aseguran que la tardanza en implementar estos escáneres no solo afecta la seguridad sino también la economía del país. Se pierden oportunidades de recaudación fiscal y se facilita el ingreso de productos ilegales que perjudican a los productores nacionales. En fin, un panorama bastante complicado que requiere soluciones urgentes y, sobre todo, mucha transparencia. Esto no es juego de niños, ¿eh?
Ahora bien, después de este buen batallar, me pregunto: ¿Crees que el gobierno finalmente tomará cartas en el asunto y pondrá en funcionamiento estos escáneres, o seguiremos viendo cómo se van al traste nuestras esperanzas de tener un control aduanero eficiente y seguro? ¡Déjanos tus comentarios y dime qué piensas tú al respecto!
Todo empezó hace unos años, allá por el 2020, cuando conseguimos un crédito externo de 25 millones de dólares para comprar estos escáneres, que prometían revolucionar nuestros controles aduaneros y atrapar a los coyotes que nos quieren meter cualquier cosa por la puerta trasera. Pero parece que la plata quedó varada, porque el Ministerio de Hacienda, en febrero pasado, decidió dejarlo todo tirado, sin darle continuidad al proyecto. ¡Un despache, vamos!
Y ni hablar de cómo querían hacer la compra, mae. La Contraloría desenmascaró un plan turbio para usar a Racsa como intermediaria y así adjudicar los contratos directamente a empresas privadas, sin ningún concurso público. ¡Imagínate qué barra! Así no se puede jugar con los recursos del Estado, parce. Eso sí da para sospechar de muchas cosas, ¿verdad?
Pero lo más salado de todo es que tenemos dos escáneres donados desde noviembre del 2024, valuados en casi mil 900 millones de colones, ¡y siguen guardados! Sí, así como lo escuchas, acumulando polvo y perdiendo su utilidad. Mientras tanto, los contrabandistas se ríen a carcajadas y nosotros seguimos tragándonos este amargo brebaje.
La Contraloría no se anduvo con rodeos y soltó la bomba: “¡Una mentira más!”. Dicen que el Gobierno está desinformando a la gente y culpando a otros por sus propias fallas. Y tienen toda la razón, porque esto es una muestra clara de irresponsabilidad y falta de planificación. ¡Qué torta! Uno piensa que con tanta crisis internacional y el aumento de la criminalidad, esto sería una prioridad nacional, pero parece que a algunos les importa más echarle la culpa a los demás que resolver los problemas.
Víctor Carvajal, el ministro de Agricultura, ha salido a defenderse, pero nadie le cree mucho, la verdad. Su discurso suena a excusas baratas y a querer tapar el agua con cenicero. Y eso que ya estamos acostumbrados a escucharles inventar historias para justificar sus errores, pero esta vez se pasaron de lanza. La ciudadanía está harta de tanta incoherencia y de ver cómo nos toman el pelo día tras día.
Expertos en comercio exterior aseguran que la tardanza en implementar estos escáneres no solo afecta la seguridad sino también la economía del país. Se pierden oportunidades de recaudación fiscal y se facilita el ingreso de productos ilegales que perjudican a los productores nacionales. En fin, un panorama bastante complicado que requiere soluciones urgentes y, sobre todo, mucha transparencia. Esto no es juego de niños, ¿eh?
Ahora bien, después de este buen batallar, me pregunto: ¿Crees que el gobierno finalmente tomará cartas en el asunto y pondrá en funcionamiento estos escáneres, o seguiremos viendo cómo se van al traste nuestras esperanzas de tener un control aduanero eficiente y seguro? ¡Déjanos tus comentarios y dime qué piensas tú al respecto!
