Los discursos más tontos de Abel Paltecho
nacion.com / Opinin
Empecemos por cambiar nuestra educación. Empecemos por enseñar a pensar a nuestros muchachos. No es posible que sigamos enseñando los ríos de Europa, los montes de Asia, los generales, los nombres de los papas… Dios mío… ¿de qué me sirvió a mí partirme el cerebro aprendiendo a sacar seno, tangente y cotangente? En mi vida saqué una cotangente… nunca. Ni me sirvió de nada saber las capitales del mundo, que si quieren se las digo… todavía me acuerdo. A coscorrones las aprendí.
La lógica del sujeto. Enseñemos a pensar a nuestros muchachos, a nuestros niños. Enseñemos el proceso de pensamiento aristotélico, la lógica del sujeto, que nuestros pueblos no usan. Nuestro pueblo usa la lógica del predicado, la lógica que usan los niños: si yo me pongo los zapatos de papá, yo soy papá… si yo me pongo los lentes de mamá, yo soy mamá. Eso lo aplicamos nosotros. El muchacho que con una camiseta se siente futbolista. Es la lógica también de los enfermos mentales. Había un paciente que se ponía mis anteojos y creía que era yo… que con uno de los atributos de algo ¡ya está! Así nuestros médicos lo que quieren es el título, es la gabacha.
Enseñemos desde pequeñitos a nuestras muchachitas, a nuestros muchachitos a estudiar, a partirse el alma para aprender, para usar el pensamiento lógico, para ser empresarios, para generar riqueza. Pero, claro, es el punto de vista de un psiquiatra… Ojalá despierte en alguien inquietudes.
Nacion.com, San Jos
El subdesarollo es un problema mental
Abel Pacheco
Presidente de la República
Creo en nosotros, creo en este país y creo que esto que están haciendo ustedes hoy es el futuro y me parece genial y mi agradecimiento profundo con todos ustedes.
Porque yo cuando me metí en este cuento, no me explico cómo fue eso, pero bueno... A los que me hablaron les dije: bueno yo soy siquiatra, ¿qué voy a saber de economía y todas esas cosas?
Algunos me dijeron, bueno, don Abel, considérelo, y yo me puse a preguntarle a los que sabían, a los políticos, a los economistas... ¿Porqué es que somos subdesarrollados?
Muchos me dijeron: es que Costa Rica es un país muy pequeño, entonces no podemos ser país desarrollado.
Entonces, ¿cómo es la cosa? ¿Por qúe Irlanda, Finlandia, Dinamarca son países desarrollados?
Es que tenemos poca población y con poca población ¿cómo nos vamos a desarrollar?
Les dije, bueno, pero Noruega tiene los mismos habitantes que nosotros, sin contar los nicas, y, sin embargo, está desarrollado, ¿cómo es posible? Bueno, es que es un país agrícola y la agricultura no tiene futuro en este mundo.
Y yo les dije: Pero ¿cómo me dicen eso si Nueva Zelanda con este extraño a manera de jocote llamado kiwi ha logrado lo que ha logrado y es un país con justicia social y riqueza bien repartida?
¡Ah, no! Es que ustedes los países católicos se la pasan con sentimiento de culpa: santo, santo y nadie progresa.
No, miren a España, miren a Italia, Bélgica, qué países más justos y más admirables.
Bueno, es que la latitud.
En diferentes latitudes de la Tierra, por razones de clima, pues los habitantes solo son capaces de pelar un banano y comérselo porque no les da el cerebro.
Explíquenme Taiwán... está en la misma latitud que nosotros, igualito, y vean ustedes la maravilla. Y entonces me dijeron: es que la mezcla de razas es fatal.
Ustedes son producto de unas mezclas terribles.
Pero ¿cómo? Miren Singapur, mucho más mezclado que nosotros y vean qué maravilla; entonces tampoco es eso.
Y le pregunté a uno de los comunistas que de Dios goce.
Y me dijo es que los Estados Unidos se llevan la riqueza... No, si los Estados Unidos fueran ladrones se hubieran llevado de Europa todo cuando la guerra, se meterían a robar a Canadá.
¿Para qué se van a meter a robar aquí si no hay nada que robar, unas yucas y unos bananos?
Al final nadie me explicó y la conclusión fue que el subdesarrollo es un problema mental y yo soy siquiatra y me metí en este enredo y ya ven como me ha ido.
El otro día dije que solo me faltaba un terremoto y se vino. Y no volví a hablar.
Pero aquí el alza del petróleo, el terrorismo, guerra, huracanes., todo lo que me tocó. Yo le digo al Señor : caramba cómo me metiste en esto, y Él dice: bueno, yo no le pongo más carga de la que aguanta cada mula.
Así es que, a pesar de todos estos horrores, no me ha ido mal, y no me ha ido mal no por mérito mío, sino porque este es un gran país.
Así que, a pesar de terremotos, huracanes, terrorismo, guerras, bajas en el mercado de nuestros productos, de todas las cosas.
Don Óscar, usted ha sido tan duro, pero yo le estoy dejando un país bien amarradito. Nunca ha habido tantas divisas como ahora, nunca ha habido tantas exportaciones como ahora, con la ventaja de que muchas exportaciones de esas se basan en pequeñas empresitas familiares.
Estamos exportando productos agrícolas a montones, pero a montones. Estamos produciendo semilla de papa de mejor calidad que Holanda y a mitad de precio; este es un país increíble.
Yo por eso me enojo cuando hay medios de comunicación que, un día sí y otro también, insisten en que somos idiotas, porque no es cierto. Este es un gran país y con un gran futuro.
Nunca habíamos tenido tanto turismo, así que vamos por buen camino.
Yo sé que a usted le espera todo un calvario. Don Óscar, yo solo puedo decirle que estaré orando por usted; usted sabe que yo lo estimo bien, pero creo que de esta reunión nace toda una esperanza, que el subdesarrollo es un problema mental y se derrota así, pensando, con valentía, con fe en nosotros mismos.
Señoras y señores: tenemos un gran país. El costarricense es un ser increíble, la costarricense es una mujer maravillosa; así es que Dios los bendiga y muchas gracias (Fuente: La Nación, 7 de abril 2006).