/LA NACIÓN
¿Renegociar el TLC?
El PAC ha sido oportunista y no conoce el debate
interno en EE. UU.
Patricia Rodríguez Hölkemeyer
Aunque se ha afirmado que los temas que definieron
la elección de medio período en noviembre de 2006 en Estados Unidos
fueron principalmente la guerra en Irak y los escándalos de los
Republicanos, varios analistas consideran que el tema que realmente
definió el resultado de la elección fue el de la fuga de puestos de
trabajo hacia el Tercer Mundo.
Las ONG antiglobalización estadounidenses y
europeas, cuyo principal interés ha sido el lograr que las empresas
primermundistas abandonen la idea de migrar al Tercer Mundo para evitar
la fuga de empleos, han apoyado e influenciado a los movimientos
sociales de América Latina para que repudien los TLC y la inversión
extranjera, como se puede verificar en las páginas web de ambas.
La razón de ser de esas ONG antiglobalización en
Estados Unidos, de las cuales la más prominente es Public Citizen/Global
Trade Watch, radica en modificar la opinión mundial en temas de comercio
internacional estableciendo redes con otras similares para establecer
campañas y movilizaciones mundiales contra la globalizacion, en varios
idiomas, ejerciendo una labor de convencimiento también sobre las ONG
humanitarias y de vocación democrática que ejercen una encomiable labor
en el Tercer Mundo, pero que, lamentablemente, por carecer estas últimas
de conocimiento sobre los temas comerciales y sobre las intenciones
reales de las primeras, colaboran con ellas en esas campañas.
Fuerza de los sindicatos. Debido a que el
futuro electoral de los legisladores demócratas estadounidenses depende
del apoyo de los sindicatos y de la labor proselitista de las
organizaciones antiglobalización como Public Citizen/Global Trade Watch
y Citizens Trade Campaign, como se verá más adelante, la mayoría de
estos legisladores, por razones políticas, han adoptado sus puntos de
vista.
En la página web de Public Citizen se puede
obtener un extenso y completo listado de los congresistas que
históricamente votaron contra los acuerdos comerciales internacionales,
titulado CANDITATE PROFILES BY STATE. Ellos elaboraron dicho
documento con la idea de promocionar a los legisladores que se oponían a
dichos acuerdos y desplazar a los candidatos republicanos o demócratas
que hayan votado favorablemente los TLC o que apoyaron la ley TPA.
Esta misma ONG, después de las elecciones de medio
período, publicó un reportaje titulado Election 2006: No to Staying
the Course on Trade, que hacía alusión al triunfo de la labor
proselitista de la ONG Citizens Trade Campaign en la mencionada
campaña, del cual tomo el siguiente extracto: En 2006, Citizens Trade
Campaign (CTC), una coalición de organizaciones de base (grassroots
organizations), fundada inicialmente en l992 por grupos de consumidores,
trabajadores, agricultores y grupos religiosos para combatir al NAFTA,
formó un comité de afiliados políticos (PAC en inglés), para capacitar a
los organizadores de base de las campañas electorales de alrededor de
una docena de candidatos. … La ayuda fue reconocida por los propios
candidatos. Patrick Murphy, quien derrotó al candidato pro CAFTA Mike
Fitzpatrick (R-Pa), afirma: “Estoy orgulloso de haber recibido el
soporte de Citizens Trade Campaign” –y añade dicho reporte– “El
congresista Fitzpatrick traicionó su distrito al haber votado por CAFTA
y haber demostrado que apoya el envío de buenos trabajos americanos
hacia el exterior. Yo siempre estaré del lado de las familias altamente
trabajadoras de Pensilvania”. En adición a la campaña a favor de Murphy
–continúa diciendo dicho reporte– el CTC-PAC ha ayudado a remover a
cinco candidatos adicionales anticomercio justo, al darles apoyo a sus
contendores”.
Nuevas trabas. Por otra parte, el punto
central en campaña electoral presidencial del senador John Kerry y de su
vicepresidente el senador John Edwards en el 2004, fue la oposición a la
pérdida de trabajos debido a las empresas que se trasladan al Tercer
Mundo, y particularmente su oposición al “offshore outsourcing” de
trabajos de cuello blanco (en lo cual Costa Rica es altamente
competitiva).
Eso explica que Edwards recientemente haya
obtenido más apoyo electoral que la senadora Hillary Clinton o el
senador Barak Obama, para la designación del candidato demócrata de las
próximas elecciones, según sondeo preliminar publicado por La Nación
el pasado 29 de diciembre. Por esta razón, más bien podemos esperar
nuevas trabas a la entrada de nuestros productos en Estados Unidos si no
contamos con el respaldo del TLC.
Para mantener el apoyo de los sindicatos, los
congresistas demócratas le negaron por diez años consecutivos al propio
presidente Clinton la posibilidad para negociar acuerdos comerciales
internacionales por la “vía rápida”. Finalmente, en el 2001, dichos
congresistas por presión de las empresas exportadoras llegaron a
negociar con los sindicatos la aprobación de dicha ley a cambio de que
se incorporaran en los acuerdos comerciales internacionales los
capítulos laborales y ambientales que exigían estos últimos.
No obstante, la intención proteccionista y no
necesariamente altruista de los propios sindicatos (que dicen
solidarizarse con los del Tercer Mundo en sus campañas anti-TLC) se puso
irónicamente de manifiesto a la hora de la redacción del título bajo el
cual se incluía como punto único en la ley de vía rápida o TPA, la
exigencia del capítulo laboral en los futuros TLC: “Prioridades para
atender y mantener la competitividad de Estados Unidos en la Economía
Mundial” (sección 2102 17, c).
Por estas razones, tan ilusas e irreales, ha sido
la idea que defendió al inicio de las negociaciones de CAFTA don Abel
Pacheco, al afirmar que Costa Rica quedaría excluida de abrir el mercado
de telecomunicaciones (puesto que esta fue una de las exigencias
impuestas por las empresas de alta tecnología a los negociadores
estadounidenses del CAFTA y uno de los temas centrales en la
introducción de la ley TPA), como lo es la desinformada u oportunista
idea de don Ottón Solís de que los demócratas estarían dispuestos a
renegociar un tratado más ventajoso para Costa Rica.
¿Renegociar el TLC?
El PAC ha sido oportunista y no conoce el debate
interno en EE. UU.
Patricia Rodríguez Hölkemeyer
Aunque se ha afirmado que los temas que definieron
la elección de medio período en noviembre de 2006 en Estados Unidos
fueron principalmente la guerra en Irak y los escándalos de los
Republicanos, varios analistas consideran que el tema que realmente
definió el resultado de la elección fue el de la fuga de puestos de
trabajo hacia el Tercer Mundo.
Las ONG antiglobalización estadounidenses y
europeas, cuyo principal interés ha sido el lograr que las empresas
primermundistas abandonen la idea de migrar al Tercer Mundo para evitar
la fuga de empleos, han apoyado e influenciado a los movimientos
sociales de América Latina para que repudien los TLC y la inversión
extranjera, como se puede verificar en las páginas web de ambas.
La razón de ser de esas ONG antiglobalización en
Estados Unidos, de las cuales la más prominente es Public Citizen/Global
Trade Watch, radica en modificar la opinión mundial en temas de comercio
internacional estableciendo redes con otras similares para establecer
campañas y movilizaciones mundiales contra la globalizacion, en varios
idiomas, ejerciendo una labor de convencimiento también sobre las ONG
humanitarias y de vocación democrática que ejercen una encomiable labor
en el Tercer Mundo, pero que, lamentablemente, por carecer estas últimas
de conocimiento sobre los temas comerciales y sobre las intenciones
reales de las primeras, colaboran con ellas en esas campañas.
Fuerza de los sindicatos. Debido a que el
futuro electoral de los legisladores demócratas estadounidenses depende
del apoyo de los sindicatos y de la labor proselitista de las
organizaciones antiglobalización como Public Citizen/Global Trade Watch
y Citizens Trade Campaign, como se verá más adelante, la mayoría de
estos legisladores, por razones políticas, han adoptado sus puntos de
vista.
En la página web de Public Citizen se puede
obtener un extenso y completo listado de los congresistas que
históricamente votaron contra los acuerdos comerciales internacionales,
titulado CANDITATE PROFILES BY STATE. Ellos elaboraron dicho
documento con la idea de promocionar a los legisladores que se oponían a
dichos acuerdos y desplazar a los candidatos republicanos o demócratas
que hayan votado favorablemente los TLC o que apoyaron la ley TPA.
Esta misma ONG, después de las elecciones de medio
período, publicó un reportaje titulado Election 2006: No to Staying
the Course on Trade, que hacía alusión al triunfo de la labor
proselitista de la ONG Citizens Trade Campaign en la mencionada
campaña, del cual tomo el siguiente extracto: En 2006, Citizens Trade
Campaign (CTC), una coalición de organizaciones de base (grassroots
organizations), fundada inicialmente en l992 por grupos de consumidores,
trabajadores, agricultores y grupos religiosos para combatir al NAFTA,
formó un comité de afiliados políticos (PAC en inglés), para capacitar a
los organizadores de base de las campañas electorales de alrededor de
una docena de candidatos. … La ayuda fue reconocida por los propios
candidatos. Patrick Murphy, quien derrotó al candidato pro CAFTA Mike
Fitzpatrick (R-Pa), afirma: “Estoy orgulloso de haber recibido el
soporte de Citizens Trade Campaign” –y añade dicho reporte– “El
congresista Fitzpatrick traicionó su distrito al haber votado por CAFTA
y haber demostrado que apoya el envío de buenos trabajos americanos
hacia el exterior. Yo siempre estaré del lado de las familias altamente
trabajadoras de Pensilvania”. En adición a la campaña a favor de Murphy
–continúa diciendo dicho reporte– el CTC-PAC ha ayudado a remover a
cinco candidatos adicionales anticomercio justo, al darles apoyo a sus
contendores”.
Nuevas trabas. Por otra parte, el punto
central en campaña electoral presidencial del senador John Kerry y de su
vicepresidente el senador John Edwards en el 2004, fue la oposición a la
pérdida de trabajos debido a las empresas que se trasladan al Tercer
Mundo, y particularmente su oposición al “offshore outsourcing” de
trabajos de cuello blanco (en lo cual Costa Rica es altamente
competitiva).
Eso explica que Edwards recientemente haya
obtenido más apoyo electoral que la senadora Hillary Clinton o el
senador Barak Obama, para la designación del candidato demócrata de las
próximas elecciones, según sondeo preliminar publicado por La Nación
el pasado 29 de diciembre. Por esta razón, más bien podemos esperar
nuevas trabas a la entrada de nuestros productos en Estados Unidos si no
contamos con el respaldo del TLC.
Para mantener el apoyo de los sindicatos, los
congresistas demócratas le negaron por diez años consecutivos al propio
presidente Clinton la posibilidad para negociar acuerdos comerciales
internacionales por la “vía rápida”. Finalmente, en el 2001, dichos
congresistas por presión de las empresas exportadoras llegaron a
negociar con los sindicatos la aprobación de dicha ley a cambio de que
se incorporaran en los acuerdos comerciales internacionales los
capítulos laborales y ambientales que exigían estos últimos.
No obstante, la intención proteccionista y no
necesariamente altruista de los propios sindicatos (que dicen
solidarizarse con los del Tercer Mundo en sus campañas anti-TLC) se puso
irónicamente de manifiesto a la hora de la redacción del título bajo el
cual se incluía como punto único en la ley de vía rápida o TPA, la
exigencia del capítulo laboral en los futuros TLC: “Prioridades para
atender y mantener la competitividad de Estados Unidos en la Economía
Mundial” (sección 2102 17, c).
Por estas razones, tan ilusas e irreales, ha sido
la idea que defendió al inicio de las negociaciones de CAFTA don Abel
Pacheco, al afirmar que Costa Rica quedaría excluida de abrir el mercado
de telecomunicaciones (puesto que esta fue una de las exigencias
impuestas por las empresas de alta tecnología a los negociadores
estadounidenses del CAFTA y uno de los temas centrales en la
introducción de la ley TPA), como lo es la desinformada u oportunista
idea de don Ottón Solís de que los demócratas estarían dispuestos a
renegociar un tratado más ventajoso para Costa Rica.
