¡Ay, pata! Qué bajón nos cayó a los hinchas de la Sele. Tras quedar descalificados de la Copa del Mundo 2026, el otrora timonel Gustavo Alfaro salió a hablar, mostrando cara de pocos amigos pero también enviando un mensaje de aliento a la afición. El mae se veía afectado, pero tratando de mantener la compostura ante las cámaras, justo después de ver a Paraguay darle una lección a México.
Alfaro, quien dejó la banca de la Tricolor allá por agosto del año pasado, no podía creer cómo se fue esfumando la base que él había tratado de sentar. Dijo sentirse como si hubiera pavimentado un camino, “sentí que había un camino hecho”, pero luego, lamentablemente, los resultados no llegaron. Entre la transición con Claudio Vivas y la llegada del ‘Piojo’ Miguel Herrera, hubo destellos de esperanza, pero las eliminatorias, como bien sabemos, son un brete duro, donde hasta el equipo más sólido puede tropezar.
Y vaya que tropezamos. El técnico argentino destacó esos detalles crueles que terminan metiéndote en problemas: empates agónicos, ventajas desperdiciadas… Recordó aquel partido contra Haití, donde íbamos ganando 2-0 y terminamos empatándolo. “Son detalles que te terminan poniendo en una situación límite,” comentó con frustración. Es que dejar pasar la oportunidad de ir al Mundial, especialmente con el potencial que tenemos, duele como papelito raspado.
El dolor es compartido. Alfaro enfatizó que siente muchísimo que Costa Rica no esté presente en la justa mundialista, no solo por el equipo, sino por todo el país, por los dirigentes, por la afición. Un pueblo entero se queda sin la ilusión de ver a su Sele peleando a nivel internacional. Pidió resistencia, que no nos vayamos al traste con las críticas y que mantengamos la fe en el futuro.
Pero claro, después de un fracaso así, lo primero que sale es la crítica fácil, los analistas improvisados dando vueltas con sus recetas mágicas. “Empiezan las críticas, los cuestionamientos, los pronosticadores de fracasos; hablan los que tienen las recetas mágicas de lo que hay que hacer,” lanzó Alfaro, visiblemente molesto por la ola de negatividad que azota al fútbol tico. El mae parece que ya ha vivido este escenario varias veces, porque sabe cómo funcionan estos ciclos.
Lo importante, según el ex entrenador, es mantener la calma, volver a las bases, enfocar las baterías y entender que, con trabajo arduo y constancia, Costa Rica puede recuperar su lugar entre los mejores de la Concacaf. No es tarea fácil, pero tampoco imposible. Hay que recordar que incluso Paraguay, que tampoco logró clasificar al Mundial, tuvo que pasar por momentos difíciles antes de regresar a escena.
Más allá de las controversias y las polémicas, Alfaro siempre ha demostrado su cariño y respeto por la Selección Nacional. Aunque dejó su cargo hace tiempo, seguía al tanto de los partidos, esperando una oportunidad para alcanzar la repesca. Sin embargo, el destino quiso otra cosa y ahora toca recoger las piezas y empezar de nuevo. La Vara está dura, pero aún hay esperanza. La actitud de Alfaro refleja la de muchos hinchas: decepcionados, sí, pero no derrotados.
Ahora bien, comadres y compadres, la pregunta del millón es esta: ¿creen que Gustavo Alfaro tenía razón al pedir calma y enfocarse en el largo plazo, o deberíamos buscar cambios drásticos e inmediatos en la estructura de la selección? ¿Deberían descartar a algunos jugadores experimentados y apostar por nuevos talentos, aunque esto implique sacrificar estabilidad a corto plazo? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero leer qué piensa la cantera!
Alfaro, quien dejó la banca de la Tricolor allá por agosto del año pasado, no podía creer cómo se fue esfumando la base que él había tratado de sentar. Dijo sentirse como si hubiera pavimentado un camino, “sentí que había un camino hecho”, pero luego, lamentablemente, los resultados no llegaron. Entre la transición con Claudio Vivas y la llegada del ‘Piojo’ Miguel Herrera, hubo destellos de esperanza, pero las eliminatorias, como bien sabemos, son un brete duro, donde hasta el equipo más sólido puede tropezar.
Y vaya que tropezamos. El técnico argentino destacó esos detalles crueles que terminan metiéndote en problemas: empates agónicos, ventajas desperdiciadas… Recordó aquel partido contra Haití, donde íbamos ganando 2-0 y terminamos empatándolo. “Son detalles que te terminan poniendo en una situación límite,” comentó con frustración. Es que dejar pasar la oportunidad de ir al Mundial, especialmente con el potencial que tenemos, duele como papelito raspado.
El dolor es compartido. Alfaro enfatizó que siente muchísimo que Costa Rica no esté presente en la justa mundialista, no solo por el equipo, sino por todo el país, por los dirigentes, por la afición. Un pueblo entero se queda sin la ilusión de ver a su Sele peleando a nivel internacional. Pidió resistencia, que no nos vayamos al traste con las críticas y que mantengamos la fe en el futuro.
Pero claro, después de un fracaso así, lo primero que sale es la crítica fácil, los analistas improvisados dando vueltas con sus recetas mágicas. “Empiezan las críticas, los cuestionamientos, los pronosticadores de fracasos; hablan los que tienen las recetas mágicas de lo que hay que hacer,” lanzó Alfaro, visiblemente molesto por la ola de negatividad que azota al fútbol tico. El mae parece que ya ha vivido este escenario varias veces, porque sabe cómo funcionan estos ciclos.
Lo importante, según el ex entrenador, es mantener la calma, volver a las bases, enfocar las baterías y entender que, con trabajo arduo y constancia, Costa Rica puede recuperar su lugar entre los mejores de la Concacaf. No es tarea fácil, pero tampoco imposible. Hay que recordar que incluso Paraguay, que tampoco logró clasificar al Mundial, tuvo que pasar por momentos difíciles antes de regresar a escena.
Más allá de las controversias y las polémicas, Alfaro siempre ha demostrado su cariño y respeto por la Selección Nacional. Aunque dejó su cargo hace tiempo, seguía al tanto de los partidos, esperando una oportunidad para alcanzar la repesca. Sin embargo, el destino quiso otra cosa y ahora toca recoger las piezas y empezar de nuevo. La Vara está dura, pero aún hay esperanza. La actitud de Alfaro refleja la de muchos hinchas: decepcionados, sí, pero no derrotados.
Ahora bien, comadres y compadres, la pregunta del millón es esta: ¿creen que Gustavo Alfaro tenía razón al pedir calma y enfocarse en el largo plazo, o deberíamos buscar cambios drásticos e inmediatos en la estructura de la selección? ¿Deberían descartar a algunos jugadores experimentados y apostar por nuevos talentos, aunque esto implique sacrificar estabilidad a corto plazo? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero leer qué piensa la cantera!