¡Ay, Dios mío! El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ha soltado una bomba tremenda hoy lunes, declarando con derecho a cuatro denuncias de beligerancia política. Parece que algunos funcionarios decidieron meterse donde no debían en medio de este marejazo electoral y ahora van a pagar las consecuencias. ¡Qué carga!
Resulta que la Sección Especializada del TSE, después de casi cuatro años lidiando con acciones de inconstitucionalidad que les frenaban las manos, finalmente se animó a aplicar castigos fuertes. Nos referimos a inhabilitaciones y hasta destituciones, dejando claro que no se andan con rodeos cuando alguien intenta influir en el proceso democrático desde un puesto público. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿esto es solo la punta del iceberg o veremos más cabezas rodando?
El primer sancionado es Henry Núñez Nájera, quien estaba en el Consejo Nacional del Deporte y la Recreación (CONADE). Al parecer, le dio por lanzar indirectas pro-candidato a diputado en sus redes sociales, pensando que así iba a sumar puntos. ¡Pero vaya si se equivocó! Ahora tendrá que estar dos años fuera del ruedo político, pensando qué salió torcido. ¡Qué torta!
Luego tenemos a Wilber Antonio Gómez Campos, integrante de la Junta Administrativa del Liceo Ricardo Jiménez Guardia. Este señor decidió inscribirse como candidato a una asamblea distrital y también participaba en convenciones internas de un partido. ¿Quién se cree que está, jugando a ser futbolista y cantante al mismo tiempo? Se quedó con la miel en los labios, porque también tendrá dos años de inhabilitación.
Mauricio Antonio Gómez Valverde, que laboraba en la Universidad Estatal a Distancia (UNED), tampoco tuvo mucha suerte. Resulta que mientras era miembro de la Junta Administrativa del Colegio San Luis Gonzaga, se metía en asambleas de un partido político. ¡Eso sí es irse al traste! Lo sacaron de la UNED y lo inhabilitaron por dos años. Parece que algunos no aprenden la lección.
Y Jazmín González Briceño, funcionaria del Poder Judicial, recibió la sentencia más dura: destitución y tres años de inhabilitación. Esta señora, al parecer, no se mordía la lengua en redes sociales y lanzaba comentarios políticos sobre varios partidos. Tres años… ¡eso duele más que un clavo en el pie!
Además de estos casos ya resueltos, la Inspección Electoral deberá investigar a Francisco Ernesto Gamboa Soto, quien enfrenta una denuncia por parte del diputado Francisco José Nicolás Alvarado. El TSE reconoce que tiene un buen montón de denuncias acumuladas, producto de esos años en los que no podían actuar por las acciones de inconstitucionalidad contra su reglamento. Ahora sí están moviéndose, revisando expedientes y poniendo orden en la casa. ¡Por fin!
Esta purga masiva levanta muchas interrogantes, ¿será que el TSE está actuando de forma justa y transparente o hay otros intereses detrás de todo esto? ¿Estamos ante un esfuerzo genuino por defender la integridad del proceso electoral o una herramienta política para eliminar opositores? ¿Creen que estas sanciones serán suficientes para disuadir futuras conductas indebidas o simplemente estamos viendo el principio de una larga temporada de conflictos? ¡Díganme qué piensan!
Resulta que la Sección Especializada del TSE, después de casi cuatro años lidiando con acciones de inconstitucionalidad que les frenaban las manos, finalmente se animó a aplicar castigos fuertes. Nos referimos a inhabilitaciones y hasta destituciones, dejando claro que no se andan con rodeos cuando alguien intenta influir en el proceso democrático desde un puesto público. Lo que nos lleva a preguntarnos, ¿esto es solo la punta del iceberg o veremos más cabezas rodando?
El primer sancionado es Henry Núñez Nájera, quien estaba en el Consejo Nacional del Deporte y la Recreación (CONADE). Al parecer, le dio por lanzar indirectas pro-candidato a diputado en sus redes sociales, pensando que así iba a sumar puntos. ¡Pero vaya si se equivocó! Ahora tendrá que estar dos años fuera del ruedo político, pensando qué salió torcido. ¡Qué torta!
Luego tenemos a Wilber Antonio Gómez Campos, integrante de la Junta Administrativa del Liceo Ricardo Jiménez Guardia. Este señor decidió inscribirse como candidato a una asamblea distrital y también participaba en convenciones internas de un partido. ¿Quién se cree que está, jugando a ser futbolista y cantante al mismo tiempo? Se quedó con la miel en los labios, porque también tendrá dos años de inhabilitación.
Mauricio Antonio Gómez Valverde, que laboraba en la Universidad Estatal a Distancia (UNED), tampoco tuvo mucha suerte. Resulta que mientras era miembro de la Junta Administrativa del Colegio San Luis Gonzaga, se metía en asambleas de un partido político. ¡Eso sí es irse al traste! Lo sacaron de la UNED y lo inhabilitaron por dos años. Parece que algunos no aprenden la lección.
Y Jazmín González Briceño, funcionaria del Poder Judicial, recibió la sentencia más dura: destitución y tres años de inhabilitación. Esta señora, al parecer, no se mordía la lengua en redes sociales y lanzaba comentarios políticos sobre varios partidos. Tres años… ¡eso duele más que un clavo en el pie!
Además de estos casos ya resueltos, la Inspección Electoral deberá investigar a Francisco Ernesto Gamboa Soto, quien enfrenta una denuncia por parte del diputado Francisco José Nicolás Alvarado. El TSE reconoce que tiene un buen montón de denuncias acumuladas, producto de esos años en los que no podían actuar por las acciones de inconstitucionalidad contra su reglamento. Ahora sí están moviéndose, revisando expedientes y poniendo orden en la casa. ¡Por fin!
Esta purga masiva levanta muchas interrogantes, ¿será que el TSE está actuando de forma justa y transparente o hay otros intereses detrás de todo esto? ¿Estamos ante un esfuerzo genuino por defender la integridad del proceso electoral o una herramienta política para eliminar opositores? ¿Creen que estas sanciones serán suficientes para disuadir futuras conductas indebidas o simplemente estamos viendo el principio de una larga temporada de conflictos? ¡Díganme qué piensan!