¡Aguante! Parece que las cosas se están poniendo un poquito más chivas en el frente económico de Costa Rica. Según el Ministerio de Hacienda, cerramos 2024 con un déficit del 3,8% del PIB, sí, un poco más alto que el año anterior, pero ahora en los primeros siete meses de 2025 estamos viendo una ligera bajada a 1,3%, unos mil trescientos millones de dólares. ¡Eso suena a que alguien está haciendo bien el brete!
Para ponerle un poco de contexto, vamos a echar un vistazo atrás. En 2023 ya estábamos batallando con un déficit considerable, así que ver esta pequeña mejora es como encontrar un chunche perdido en medio del caos. Aunque hay que tomarlo con pinzas porque la economía mundial anda un tanto diay, con incertidumbre en todos lados. El panorama global no pinta fácil, y eso nos afecta a nosotros directamente, pues dependemos mucho de lo que pasa afuera.
Lo bueno es que, si le quitamos el peso de los intereses de la deuda, la cosa se ve aún mejor. Ya van cinco años seguidos que tenemos un superávit primario. Eso significa que, aparte de pagar lo que ya debemos, nos sobra pa’ otras cosas. Un alivio, la verdad, porque esos pagos de interés nos estaban agarrando a jalar la pana constantemente. Minister Rudolf Lücke, como buen ministro, se puso contento y mandó un comunicado diciendo que esto refleja el compromiso del gobierno con la estabilidad fiscal y todas esas palabritas bonitas que uno espera escuchar, pero que esperamos se traduzcan en mejoras reales para nosotros los ticos.
Y hablando de números, la deuda pública se ha reducido a 57,3% del PIB, es decir, alrededor de 58 mil millones de dólares. Eso es casi dos puntos porcentuales menos que el año pasado. ¡Una ganga! Claro, todavía queda muchísimo por hacer, pero cada paso cuenta. Estamos avanzando, aunque a paso de tortuga a veces, pero avanzando, como dicen por ahí. Hay que darle crédito donde corresponde, porque mantener las finanzas bajo control no es tarea fácil en estos tiempos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, ¿verdad, maes? El ministro Lücke también mencionó que siguen buscando el “grado de inversión”. Esto significa convencer a los inversionistas extranjeros de que Costa Rica es un lugar seguro para meter sus billetes. Si logramos conseguirlo, podríamos acceder a créditos más baratos y atraer más inversiones, lo cual sería una bendición para nuestra economía. Pero para eso necesitamos demostrarles que somos responsables y confiables, y eso requiere disciplina y planificación a largo plazo, que a veces cuesta encontrarla por estas bandas.
Muchos analistas económicos señalan que esta recuperación podría deberse, en parte, al aumento de los precios internacionales de algunos productos básicos que exportamos, como café y banano. Así que, aunque hemos trabajado duro para mejorar nuestras finanzas, también hay un factor externo que nos está ayudando. No podemos depender solamente de la suerte; tenemos que fortalecer nuestra economía desde adentro, diversificando nuestras fuentes de ingreso y apostando por sectores innovadores.
Es importante recordar que estas cifras son solo una fotografía de un momento dado. La economía es dinámica y puede cambiar rápidamente. Tenemos que estar atentos a los factores internos y externos que pueden afectar nuestro desempeño económico. Además, es fundamental que sigamos invirtiendo en educación, salud e infraestructura para asegurar un futuro próspero para todos los costarricenses. Porque al final del día, lo que realmente importa es el bienestar de la gente, no los números en un papel.
Ahora, con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que esta tendencia positiva se mantendrá a largo plazo, o es solo un respiro temporal antes de otra tormenta económica? ¿Deberíamos celebrar estos logros o ser cautelosos ante posibles recaídas? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios, maes!
Para ponerle un poco de contexto, vamos a echar un vistazo atrás. En 2023 ya estábamos batallando con un déficit considerable, así que ver esta pequeña mejora es como encontrar un chunche perdido en medio del caos. Aunque hay que tomarlo con pinzas porque la economía mundial anda un tanto diay, con incertidumbre en todos lados. El panorama global no pinta fácil, y eso nos afecta a nosotros directamente, pues dependemos mucho de lo que pasa afuera.
Lo bueno es que, si le quitamos el peso de los intereses de la deuda, la cosa se ve aún mejor. Ya van cinco años seguidos que tenemos un superávit primario. Eso significa que, aparte de pagar lo que ya debemos, nos sobra pa’ otras cosas. Un alivio, la verdad, porque esos pagos de interés nos estaban agarrando a jalar la pana constantemente. Minister Rudolf Lücke, como buen ministro, se puso contento y mandó un comunicado diciendo que esto refleja el compromiso del gobierno con la estabilidad fiscal y todas esas palabritas bonitas que uno espera escuchar, pero que esperamos se traduzcan en mejoras reales para nosotros los ticos.
Y hablando de números, la deuda pública se ha reducido a 57,3% del PIB, es decir, alrededor de 58 mil millones de dólares. Eso es casi dos puntos porcentuales menos que el año pasado. ¡Una ganga! Claro, todavía queda muchísimo por hacer, pero cada paso cuenta. Estamos avanzando, aunque a paso de tortuga a veces, pero avanzando, como dicen por ahí. Hay que darle crédito donde corresponde, porque mantener las finanzas bajo control no es tarea fácil en estos tiempos.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, ¿verdad, maes? El ministro Lücke también mencionó que siguen buscando el “grado de inversión”. Esto significa convencer a los inversionistas extranjeros de que Costa Rica es un lugar seguro para meter sus billetes. Si logramos conseguirlo, podríamos acceder a créditos más baratos y atraer más inversiones, lo cual sería una bendición para nuestra economía. Pero para eso necesitamos demostrarles que somos responsables y confiables, y eso requiere disciplina y planificación a largo plazo, que a veces cuesta encontrarla por estas bandas.
Muchos analistas económicos señalan que esta recuperación podría deberse, en parte, al aumento de los precios internacionales de algunos productos básicos que exportamos, como café y banano. Así que, aunque hemos trabajado duro para mejorar nuestras finanzas, también hay un factor externo que nos está ayudando. No podemos depender solamente de la suerte; tenemos que fortalecer nuestra economía desde adentro, diversificando nuestras fuentes de ingreso y apostando por sectores innovadores.
Es importante recordar que estas cifras son solo una fotografía de un momento dado. La economía es dinámica y puede cambiar rápidamente. Tenemos que estar atentos a los factores internos y externos que pueden afectar nuestro desempeño económico. Además, es fundamental que sigamos invirtiendo en educación, salud e infraestructura para asegurar un futuro próspero para todos los costarricenses. Porque al final del día, lo que realmente importa es el bienestar de la gente, no los números en un papel.
Ahora, con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que esta tendencia positiva se mantendrá a largo plazo, o es solo un respiro temporal antes de otra tormenta económica? ¿Deberíamos celebrar estos logros o ser cautelosos ante posibles recaídas? ¡Déjeme saber su opinión en los comentarios, maes!