KvotheViBritannia
Forero Regular
Hola amigos. Soy hombre de 25 años, con algunas experiencias como corneador, quiero contarlas por acá, ya que obviamente es algo que no puedo compartir con nadie cercano a mí, por la naturaleza taboo de estos encuentros.
Mi primera experiencia fue con una pareja que me contactó en tinder. Ellos fueron muy directos y me comentaron lo que buscaban.
Una pareja joven, el tendría unos treinta y pocos y ella unos treinta y tantos.
Quedamos en salir por unas cervezas y si todo iba bien ir a un motel. También era la primera vez de ellos, y, al igual que yo, estaban algo nerviosos (al menos eso noté).
Con los tragos se fue amenizando el ambiente y todos entramos en algo de confianza. La conversación fue amena y en realidad poco se habló de lo que iba a pasar luego, ya las reglas habían quedado claras antes de vernos. Creo que los tres estábamos ansiosos y mas temprano que tarde nos fuimos al motel.
Ya en la habitación empezamos a elevar el tono de la conversación. En un momento ella se sentó en mis regazos y le metí mano, mientras su marido me contaba lo puta que era, y como él no podía satisfacerla.
La conversación murió poco a poco hasta que solo se escuchaban respiraciones agitadas y algún gemido o frase. Yo, sin poder contenerme mucho más, le ordené a ella que me sacara el pene y lo pusiera en su boca. Ella obedeció con diligencia, primero comenzó a besarlo mientras miraba provocativamente a su esposo. "Esto si es una picha mi amor". Cuando me di cuenta la tenía en su garganta.
La mamada fue buena, alcancé a decirle al esposo que su mujer era una putita muy buena, que la chupaba bien, y que era una lástima que en su relación no le daban lo que necesitaba. Mientras ella me chupaba la picha, él se sacó la propia, y noté que la tenía muy pequeña.
La mamada fue buena, pero faltaba el plato fuerte. Yo ya estaba un poco desesperado, así que la levanté a ella (estábamos sentados en la cama, él en la silla de posiciones) y la puse de cuatro patas en la cama, dándole la cara a su esposo. "Quiero que tu marido te vea la cara de puta cuando tenés adentro una verdadera picha Adriana*"
Se la metí toda de una vez, ya estaba empapada, se dejo caer sobre su cabeza y yo seguí penetrándola con fuerza. Él se regó a los pocos segundos.
Seguí cogiendola y me dejé llevar. La tomaba del pelo y las muñecas. La ahorcaba y le mordía la espalda, siempre me ha gustado el sexo duro. Ella gemía de placer. Cambiamos de posicion y ella me montó. Me olvidé de su marido y me parece que ella también. Yo lo notaba al fondo, como habíamos acordado, masturbaba una nueva erección. Ella le había dado la espalda y me veía a los ojos con una mirada de absoluta lujuria.
Luego la acosté sobre la cama, y la penetré en la posición del misionero. "Mi amor, quiero besarlo" (Habíamos acordado que no nos daríamos besos en la boca). "Lo que querás amor" dijo el marido. Antes de que ella pudiera hacerlo yo junté mi boca a la suya. Sentí su lengua bien adentro de mi boca, salivaba como perra hambrienta.
Yo la cogía con fuerza y sentí como se acercaba mi orgasmo. Ella clavaba sus uñas en mi espalda. Antes de que pudiera sacarla, me sujetó la cadera con sus piernas y me miró a los ojos. En ese momento me decidí y finalmente me vine con fuerza dentro de ella.
Me apoyé en mis manos y la miré a los ojos mientras alcanzaba a escurrir las últimas gotas de semen y mi sudor caía sobre su cuerpo. Dejé mi pene adentro por un rato, y cada vez que lo hinchaba ella daba pequeños gemidos de placer. Finalmente la saqué, me quité el condón, y ella, sin indicación de nadie me limpió la verga con su boca.
La volví a sentar en mis regazos y comencé a hablar con él de su mujer, mientras pasaba mis manos por su cuerpo y ella lo veía con una mezcla de culpa y lujuria, y me daba algún beso en el cuerpo y la boca. "Te gustó como me cogieron mi amor?"
Hablamos un poco más y lo hicimos otras dos veces. Al final nos despedimos y cada quién fue por su lado.
Quedé obsesionado con el acto de seducir a una mujer desconocida, de alguien más. Ver cómo poco a poco deja de lado sus principios para deshacerse en sus instintos más básicos.
Tengo otra anécdota en que otra pareja me contacto para que recogiera a la esposa, la llevara a un motel e hicieramos una especie de role-play, en donde ella era una puta y yo su cliente. Talvez después la escribo.
*Cambié el nombre por discreción
Mi primera experiencia fue con una pareja que me contactó en tinder. Ellos fueron muy directos y me comentaron lo que buscaban.
Una pareja joven, el tendría unos treinta y pocos y ella unos treinta y tantos.
Quedamos en salir por unas cervezas y si todo iba bien ir a un motel. También era la primera vez de ellos, y, al igual que yo, estaban algo nerviosos (al menos eso noté).
Con los tragos se fue amenizando el ambiente y todos entramos en algo de confianza. La conversación fue amena y en realidad poco se habló de lo que iba a pasar luego, ya las reglas habían quedado claras antes de vernos. Creo que los tres estábamos ansiosos y mas temprano que tarde nos fuimos al motel.
Ya en la habitación empezamos a elevar el tono de la conversación. En un momento ella se sentó en mis regazos y le metí mano, mientras su marido me contaba lo puta que era, y como él no podía satisfacerla.
La conversación murió poco a poco hasta que solo se escuchaban respiraciones agitadas y algún gemido o frase. Yo, sin poder contenerme mucho más, le ordené a ella que me sacara el pene y lo pusiera en su boca. Ella obedeció con diligencia, primero comenzó a besarlo mientras miraba provocativamente a su esposo. "Esto si es una picha mi amor". Cuando me di cuenta la tenía en su garganta.
La mamada fue buena, alcancé a decirle al esposo que su mujer era una putita muy buena, que la chupaba bien, y que era una lástima que en su relación no le daban lo que necesitaba. Mientras ella me chupaba la picha, él se sacó la propia, y noté que la tenía muy pequeña.
La mamada fue buena, pero faltaba el plato fuerte. Yo ya estaba un poco desesperado, así que la levanté a ella (estábamos sentados en la cama, él en la silla de posiciones) y la puse de cuatro patas en la cama, dándole la cara a su esposo. "Quiero que tu marido te vea la cara de puta cuando tenés adentro una verdadera picha Adriana*"
Se la metí toda de una vez, ya estaba empapada, se dejo caer sobre su cabeza y yo seguí penetrándola con fuerza. Él se regó a los pocos segundos.
Seguí cogiendola y me dejé llevar. La tomaba del pelo y las muñecas. La ahorcaba y le mordía la espalda, siempre me ha gustado el sexo duro. Ella gemía de placer. Cambiamos de posicion y ella me montó. Me olvidé de su marido y me parece que ella también. Yo lo notaba al fondo, como habíamos acordado, masturbaba una nueva erección. Ella le había dado la espalda y me veía a los ojos con una mirada de absoluta lujuria.
Luego la acosté sobre la cama, y la penetré en la posición del misionero. "Mi amor, quiero besarlo" (Habíamos acordado que no nos daríamos besos en la boca). "Lo que querás amor" dijo el marido. Antes de que ella pudiera hacerlo yo junté mi boca a la suya. Sentí su lengua bien adentro de mi boca, salivaba como perra hambrienta.
Yo la cogía con fuerza y sentí como se acercaba mi orgasmo. Ella clavaba sus uñas en mi espalda. Antes de que pudiera sacarla, me sujetó la cadera con sus piernas y me miró a los ojos. En ese momento me decidí y finalmente me vine con fuerza dentro de ella.
Me apoyé en mis manos y la miré a los ojos mientras alcanzaba a escurrir las últimas gotas de semen y mi sudor caía sobre su cuerpo. Dejé mi pene adentro por un rato, y cada vez que lo hinchaba ella daba pequeños gemidos de placer. Finalmente la saqué, me quité el condón, y ella, sin indicación de nadie me limpió la verga con su boca.
La volví a sentar en mis regazos y comencé a hablar con él de su mujer, mientras pasaba mis manos por su cuerpo y ella lo veía con una mezcla de culpa y lujuria, y me daba algún beso en el cuerpo y la boca. "Te gustó como me cogieron mi amor?"
Hablamos un poco más y lo hicimos otras dos veces. Al final nos despedimos y cada quién fue por su lado.
Quedé obsesionado con el acto de seducir a una mujer desconocida, de alguien más. Ver cómo poco a poco deja de lado sus principios para deshacerse en sus instintos más básicos.
Tengo otra anécdota en que otra pareja me contacto para que recogiera a la esposa, la llevara a un motel e hicieramos una especie de role-play, en donde ella era una puta y yo su cliente. Talvez después la escribo.
*Cambié el nombre por discreción